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Tensión entre Susanna Griso y Adolfo Carretero por el trato a Elisa Mouliaá: "Es muy difícil soportar este linchamiento mediático"

"Me han usado de muñeco de palo para ponerme en la hoguera". Con estas palabras ha defendido el juez Adolfo Carretero su interrogatorio a Elisa Mouliaá. Lo ha hecho este viernes en Espejo Público, en una entrevista en la que ha respondido, con evidente enfado, a Susanna Griso. Desde hace días el nombre del titular del Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid copa los titulares por el tono bronco que utilizó para interrogar el jueves 16 de enero a la denunciante de Íñigo Errejón, investigado por presunta agresión sexual. El magistrado asegura que utilizó durante la sesión el mismo estilo que emplea en el resto de casos, y ha recordado que la difusión del interrogatorio es un delito por revelación de secretos. Ha pedido a la Fiscalía que lo investigue, pues tiene sospechas de quién podría haberlo filtrado. "Lamento mucho que alguien se haya sentido ofendido", ha insistido en su conversación.

La presentadora ha rescatado uno de los adjetivos que se emplean estos días para definir el tono del juez: "Testosterónico". Apenas había comenzado la entrevista y Carretero empleaba el mismo ritmo acelerado que usó en su interrogatorio a Mouliaá. "No sé a qué llama usted testosterónico. Mi tono de voz es alto, como ven. Yo me limité a preguntar a la víctima sobre las cuestiones que ponía en su propia denuncia", ha avanzado, recalcando que en este tipo de sesiones "no se trata de ser o no empático, porque el denunciante tiene que contestar a lo que se le pregunta con respecto a la denuncia". En sus palabras, los denunciantes deben recorrer "los extremos de su denuncia". "Los tres requisitos que se exigen son, el primero, la permanencia a la imputación; el segundo, que exista una credibilidad; y el tercero, la ausencia de motivos de espurio. Eso es que haya un motivo de espurio -una mentira motivada por, entre otros motivos, razones de venganza- para poner la denuncia".

Mantiene que el tono del interrogatorio fue el adecuado

El juez ha apuntado que no solo se dedica "a oír" a las partes de la denuncia: "Debo también indagar, contrarrestar, ver las contradicciones. Quiero que se ratifique la totalidad de la denuncia. Luego voy línea por línea desglosando la misma. Eso es lo que hice ese día", ha expresado. Y, a propósito de esto, ha subrayado que las palabras que empleó durante el interrogatorio y por las que tanto se le ha criticado -"culo" y "tetas"- "son las que se usan en la propia denuncia". "Estamos hablando de eso. Si los términos son duros es lo que hay". No obstante, ha reconocido que si supiera que "toda España" iba a presenciar el interrogatorio, habría suavizado el tono. "Si llego a saberlo pues igual el tono que tengo lo habría intentado rebajar un poco, o habría hecho las preguntas no con tanta prisa. Pero habrían sido las mismas, no podrían ser otras", ha señalado.

"No soy machista en absoluto"

A la pregunta de Griso sobre si se considera una persona machista, el magistrado ha respondido: "En absoluto me considero machista. ¿Machista por preguntar preguntas sobre un delito sexual? En la vida he faltado al respeto a una mujer. (...) Sobre una denuncia por agresión sexual se habla de temas sexuales. Y si hablamos de temas sexuales hablamos de consentimiento, tocamientos...". Respecto a la falta de formación en materia de género que se la achacado al magistrado esta semana, ha sido claro: "Si nos falta formación, que nos la den". "Hay una cosa que se llama presunción de inocencia. Los hombres y las mujeres somos iguales ante la Constitución".

Cristina Fallarás, un delito penal y un linchamiento mediático

"Es muy difícil soportar este linchamiento mediático. (...) Mi honor y el de mi familia ha quedado vulnerado. Mi familia tiene un prestigio", ha lamentado Carretero. "Mire, lo que no puedo ser es objeto de crítica. Lo que no se puede es leer algunos artículos en los que se dice que el juez chupa las tetas", ha criticado, en referencia al artículo de opinión Cristina Fallarás publicó tras circular el interrogatorio. "He oído y leído que soy un sádico", ha añadido, insistiendo en que "el máximo perjudicado" de esta polémica es él. "Elisa Mouliaá estaba afectada por lo que estaba pasando, que es un calvario".

"A las 24 horas se filtra la totalidad del vídeo. Eso es una infracción que está penada con penas de hasta 60.000 euros. (...) Tengo sospechas de quién lo ha filtrado, pero no tengo pruebas. Si las tuviese iría a un juzgado de guardia. De todas maneras que sepa que he instado ala fiscalía para que investigue este asunto eso se va a investigar", ha sentenciado Carretero por vía telefónica. Desde el plató, la abogada Beatriz de Vicente, sentada junto a Griso, ha apoyado sus palabras y ha recordado que "es un juez muy respetado" en Madrid. Para la letrada, su forma proceder con Mouliaá fue la adecuada.

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