Las sobremesas de Cuatro han sido, históricamente, el dolor de cabeza de Mediaset. Cuando la cadena ya no sabía ni qué emitir después de comer, porque nada funcionaba, lanzó Todo es mentira, un programa de política para los espectadores que a esa hora hacen la digestión. Un suicidio, pensaron unos. Una decisión desesperada, opinaron otros. "Los primeros meses fueron un infierno", reconoce Risto Mejide, un presentador al que conocimos primero como juez de OT y luego como entrevistador en el Chester. "Había días que hacíamos menos de un 1% de share". Casi seis años de 'pico y pala' después, el programa goza de uno de sus mejores momentos. "Ahora tenemos relevancia, poder e influencia", nos dice el presentador, que habla con Informalia después de tres horas y media agotadoras de televisión en directo.
"Si este programa está como está hoy, es porque damos igual con la izquierda que con la derecha", explica el comunicador, que asegura que "nunca" ha recibido "injerencias" por parte de la cadena. "El día que me ordenen lo que tengo que decir, lo casco y me voy a casa", asegura.
Risto habla de política en Todo es mentira, sí, pero quiere a los políticos lejos. "Una de las reglas que me he impuesto ha sido no cenar con ninguno". Y también ha rechazado entrar de lleno en ese terreno cuando un partido le quiso incorporar a sus filas. "Lo rechacé porque se cobra más en televisión", señala el presentador, convertido ahora en una de las principales figuras de Mediaset -tres programas en antena- y productor de confianza de la cadena, tras hacerse cargo de los formatos que heredó de Óscar Cornejo y Adrián Madrid. "Fui el vínculo en la dolorosa separación de Mediaset y La Fábrica de la Tele".
Su última aventura es Demos, un programa de debate que cada semana propone un gran sondeo -una especie de CIS en directo- entre los espectadores del prime time de Telecinco. "¿Sabes que quise hacer la promo con Tezanos? Se lo propusimos, pero no le convencimos".
'Todo es mentira' está viviendo su mejor momento de audiencia. ¿Estáis recogiendo todo lo que habéis sembrado?
Sí. Este es un programa que empezó en una franja que no quería nadie y la cadena llevaba siete años probando cosas. Los primeros meses fueron un suplicio y un infierno, porque había días que hacíamos menos de un 1% de share. Recuerdo un momento de inflexión, cuando yo me rebelé contra los guionistas, que en realidad no tenían la culpa, porque sentía que no estábamos encontrando el lugar en el que el espectador nos valorase. Entendí que había que dar rienda suelta a la improvisación y la libertad.
¿Por qué el programa está gozando de estos buenos datos actualmente?
Si este programa está como está hoy, tiene que ver con nuestra capacidad por ser ecuánimes, de dar por igual con la izquierda que con la derecha.
¿Una buena audiencia te hace ser más exigente?
Los buenos datos te dan sensación de responsabilidad, porque aportamos el 25% de la audiencia de la cadena. También nos sentimos responsables con el espectador, porque tenemos que intentar tener un enfoque en el que todo el mundo sea bienvenido. Me da igual si votas izquierda o derecha, mi compromiso es que voy a ser igual con los unos que con los otros. Mi función es defender al espectador.
A nivel de audiencia, ¿te beneficia que Ana Rosa no hable de política a la misma hora en Telecinco?
No me afecta. Coincidimos con Más vale tarde, que sí habla de política. Emitimos en una franja muy competitiva y de mucho consumo, por eso somos el programa de actualidad política que más espectadores tiene, incluidos los matinales, porque hay mucha gente viendo la televisión por la tarde. Y eso nos ha dado relevancia, poder e influencia. Antes no quería venir nadie y ahora tenemos cola.

En los últimos días, el programa también ha crecido a raíz del caso Errejón. De todo lo que ha sucedido, ¿qué es lo que más te ha sorprendido o indignado?
Me indigna que haya fallado todo el sistema. Cuando una mujer no se atreve a denunciar, estamos fallando. Tenemos una oportunidad ahora para reflexionar y mejorar el sistema.
Eres publicista y sabes mucho de comunicación. ¿Cómo calificarías el comunicado de Errejón?
Soy poco dado a los eufemismos. Cuando leo algo que tiene un exceso de eufemismos, lo primero que hago es desconfiar.
Hay quien dice que esta situación va a ser aprovechada por Podemos para que Pablo Iglesias vuelva a la primera línea política. ¿Lo crees así?
Desconozco sus intenciones.
El hecho de no casarte con ningún partido, ¿te cuesta muchos disgustos o vienes llorado de casa?
Cuando no te pones una camiseta, cuando no haces periodismo de trincheras, estás muy solo. Es más cómodo tener una camiseta puesta, porque va a haber periódicos, radios, asociaciones, premios o eventos que te van a proteger. Cuando no te pones una camiseta, eres el árbitro. Y el árbitro ya sabemos lo mal que lo pasa en todos los partidos. Una de las reglas que me he impuesto ha sido no cenar con ningún político. Lo intento, al menos, porque a veces no he podido cumplirlo porque he coincidido con más gente. No lo hago porque sé que algún día los puedo tener aquí en la mesa.
¿Hay políticos que han intentado quedar contigo para acercarse a ti?
Sí, y lo siguen intentando. Entre que soy asocial y además respecto mucho al espectador, intento mantenerme al margen.
¿Pedro Sánchez te ha invitado a Moncloa?
No, no. He tenido algunos encuentros fuera de cámara, cuando yo estaba haciendo el Chester, pero cuando ni siquiera era candidato a la presidencia del Gobierno. Fue porque me quería consultar temas de comunicación política, pero ocurrió hace muchos años.
¿Qué impresión te dio Pedro Sánchez?
Te diría que es un profesional surgido del sistema y quizás sea el mejor para conseguir conservar su puesto. En eso es el mejor. No hay nadie que le haga sombra en nuestro país.

Risto Mejide posa para Informalia en el plató de 'Todo es mentira'. Foto: Alberto Martín. Vídeo: Remo Vicario.
¿Qué partido encaja mejor las críticas de 'Todo es mentira'?
No va por partidos, sino por personas. Hay gente que tiene mejor cintura que otras. Aquí [en el programa], solo sobreviven los analistas que aceptan las críticas. Tenemos a Margallo, que es uno de nuestros mejores tertulianos, no solo por ser exministro, sino porque sabe reírse de sí mismo. Y con nosotros ha estado Ábalos, al que le hemos hecho mil perrerías. Si no tienes la capacidad de que se rían de ti en la cara, mejor no vengas a este programa.
¿Qué partido os presiona más?
Ninguno. Tenemos la inmensa suerte de que tenemos una cadena que nos ha protegido siempre de esas injerencias. Quizás porque me conocen y saben que el día que me digan que no puedo hablar de algo, lo voy a cascar, porque me debo al espectador. Y el día que eso no cuadre con la cadena, me iré a casa.
¿Hasta ahora la cadena nunca te ha dado una directriz política?
Jamás. En 18 años que llevo en televisión, 17 en Mediaset, jamás nadie me ha dicho di esto o no digas aquello. Soy un privilegiado. El día que no ocurra eso, me iré.
De hecho, el momento más tenso de 'TEM' se produjo cuando Óscar Puente os acusó de actuar al mandado de Miguel Ángel Rodríguez...
Sí, y de aquello hicimos un personaje en el programa, que es la directora de Contenidos [Virginia Riezu]. A ver, yo vengo aquí porque creo en lo que hago y creo de verdad que estamos haciendo un programa honesto.
¿Qué pasó con Óscar Puente? Porque le invitaste a una entrevista, aquello se quedó parado y nunca más se supo...
Cuando empezamos a sacar todo lo que decía en Twitter y a reírnos, no le debió de sentar bien. Creo que tiene la mecha muy corta para el humor. Conozco a más bloqueados que no bloqueados por Óscar Puente, y de todas las ideologías. Creo que hay que tener más cintura y está bien que la gente se meta contigo. A mí no paran de llamarme calvo, pero ya sé que no tengo pelo. Imagínate que me tuviera que ofender cada vez que me lo dicen. Puente entrará [en el programa], cuando a él le interese o vea algún beneficio al respecto, pero yo creo que entrará. Y, como buen tuitero, seguro que le sacamos el lado divertido.
Ábalos sí accedió a jugar con vosotros y os dio las entrevistas más importantes cuando comenzó a ser investigado...
Ha dado la cara hasta el último momento, ahora nos ha dicho que se va a esperar hasta que todo se aclare, pero ha sido transparente en este plató. Otra cosa es que nos la haya pegado, que no lo sé, pero eso lo dirá un juez.
¿Te ha ofrecido algún partido entrar en política?
Sí, pero no te voy a decir quién.
¿Por qué lo rechazaste?
Está muy mal pagada la política, se cobra más en televisión. Además, hay una ley de incompatibilidades que no me permitirá seguir en el programa (risas).
A pesar de todas las polémicas, y teniendo en cuenta que la travesía ha sido dura, ¿'TEM' es el programa que más satisfacciones te está dando?
Para mí, sin duda, Chester y Todo es mentira son las dos experiencias en televisión más satisfactorias. Y las dos tienen que ver con escuchar. Y ahora, en Demos [el nuevo programa que presenta los miércoles en Telecinco], espero escuchar a mucha más gente, 300 espectadores anónimos.
¿Te pensaste mucho hacerte cargo de la producción de 'Todo es mentira'?
Mucho, mucho. Mi función de productor nace a raíz de un divorcio, el de La Fábrica de la Tele y Mediaset. Yo me sentía un poco como el hijo mayor, porque TEM y el Chester eran de La Fábrica. Pensé que si este divorcio no acababa bien, igual nos quedábamos sin trabajo. Se me planteó que asumiera la producción de los dos programas, porque son dos formatos que conozco, he contribuido a su creación y me sentía responsable de ellos. Después de darle muchas vueltas, decidí dar el paso adelante y estoy muy feliz.
Entiendo que Óscar Cornejo y Adrián Madrid [La Fábrica de la Tele, ahora Fabricantes Studio] están contentos de que tú te hayas quedado estos formatos...
Ellos fueron los que prefirieron que fuera yo. Si no fuera por la generosidad que tuvieron en ese acto, seguro que no lo hubiera aceptado. Y en Mediaset también estaban encantados. Me alegro de haber sido ese vínculo en esa separación, que como todas, son dolorosas.

¿Fue fácil el traspaso de poderes con La Fábrica de la Tele?
Sí. Además es que Óscar y yo somos amigos. Él fue el ideólogo del Chester pero yo lo parí con él. Y con Todo es mentira pasó igual, porque él me propuso hacer un programa de actualidad política, pero el que ha estado haciendo los contenidos desde el principio he sido yo.
¿Qué te parece lo que están haciendo en Canal Quickie? ¿Lo has visto?
Estoy trabajando cuando ellos están en emisión, pero les deseo todo lo mejor y estoy seguro de que así va a ser. Porque tienen un talentazo los dos.
Coproduces Demos, el nuevo programa de Telecinco. ¿Qué valoración haces del estreno?
Estoy muy contento. El programa nació hace un año, cuando no existía Vodevil [así se llama la productora de Risto]. Acudí a Fremantle [la otra productora de Demos] con una idea. Ellos creyeron que había formato y, lo más importante, Mediaset aprobó un programa de prime time que no es ni reality ni corazón... Y eso hay que ponerlo en valor: que esta casa apueste por algo que no es reality ni corazón. Ahora hay que consolidarlo y ver la evolución que tiene, pero eso es trabajo, trabajo y trabajo. Pero el hueco ya está y la valoración de este estreno es que es un éxito para la cadena, por apostar por otro tipo de contenidos, y para la producción también.
¿Cómo ves la situación actual de Mediaset y, sobre todo, la crisis de audiencia de Telecinco?
Toda esa gente que decía que en Telecinco solo había realities y corazón, ahora pueden ver otra cosa. No hay que decir a la gente lo que tiene que ver, sino ofrecerles cosas nuevas. Eso es lo que está haciendo Telecinco y parece ser que interesa. Sigamos por ahí, ¿no? No digo que sea malo hacer realities o corazón, porque yo también soy consumidor de ello, pero que una cadena generalista apueste por otros contenidos, me parece una excelente noticia. No sé si seré capaz de consolidar esta oferta [Demos], ojalá, pero lo que sí sé es que esto era necesario: llevar a gente de la calle y que se exprese libremente.
¿Hay exceso de tertulianos y todólogos en televisión?
Sin desmerecer a los analistas, lo que pasa con ellos es que son previsibles, sabes de qué pie cojea cada uno. La gente de la calle es todo lo contrario, no sabes por dónde te va a salir. Y eso es televisión pura.
'Demos' hace encuestas sobre los temas de actualidad que trata el programa. ¿Has tenido noticias de Tezanos?
¿Sabes que yo quería hacer la promo de Demos con Tezanos? Se lo propusimos y hablamos con su equipo. Quería hacer la promo y que al final apareciese él diciendo: 'No va a funcionar'. No le convencimos, pero me hubiera encantado.
Tienes tres programas en Mediaset. ¿Has despertado ya los celos de Jorge Javier, que antes lo presentaba todo? ¿Has hablado con él?
(Risas) Hablo con él mucho, porque coincidimos todos los días. Hoy me ha dicho: 'No hagas mucha audiencia, que con un 7% ya está bien'. Hacemos mucha broma, pero ambos deseamos que nos vaya bien a los dos.
Y en la segunda parte de la entrevista con Risto Mejide, el presentador habla de David Broncano, Pablo Motos, su pasado en OT... y también de Paolo Vasile. En los próximos días, en Informalia.

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