Pertenezco al inmenso grupo de españolas que de lunes a miércoles apenas vieron un segundo, de reojo y sin voz, ni a Pablo Motos ni a David Broncano: calculo unos 40 millones de no-espectadores, según los datos de no-audiencia. Pero este jueves, ante los sorprendentes datos de audiencia que airean los predicadores de moda, caí en la tentación de visitar esa nueva revolución televisiva llamada La Revuelta, versión en abierto de La Resistencia, esa especie de rebeldía naïf, tan eficaz, tema de conversación en peluquerías o barras de bar más o menos virtuales.
La polémica que precedió al estreno del humorista de origen jienense en TVE, la expectación creada, el tirón de un showman como Broncano, y la privilegiada e histórica demarcación del programa, devorando un buen rato del espacio que ocupaba el Telediario de las nueve de la noche, son sin duda algunas de las causas del innegable triunfo de esta nueva apuesta de RTVE, un acierto que deben aplaudir con más fervor si cabe los sanchistas que manejan la Corporación Pública. No solo porque funcione una idea del mismísimo presidente del Gobierno, tan arriesgada como trasladar a Broncano de Movistar a La 1, sino porque los aciertos en TVE son desde hace algunos años muy escasos, y eso ayuda a que saboreemos mejor éxitos tan poco frecuentes.
Porque, al César lo que es del César, y la brillante idea de sacar a Broncano de Movistar para colocarle en La 1 frente a Pablo Motos es del marido de Begoña Gómez. Hablábamos de la polémica que precedió al fichaje de Broncano en referencia a que, para que el contrato con el cómico saliera adelante, saltó por los aires la cúpula de RTVE, incluyendo la anterior presidenta, que se inmoló, llevándose por el camino a su número 2, ante las condiciones del acuerdo que exigían el presentador y sus socios, conscientes de que el jefe del Ejecutivo ordenó la operación costara lo que costara, un 'whatever it takes' al estilo de Lagarde, porque está claro que podemos definir a Broncano como un tipo de interés, muy alto, por cierto.
La abrupta salida de Elena Sánchez a causa de su llegada a TVE no ha podido negarla Broncano. Precisamente la mejor de cuantas evidencias prueban que la orden de fichar a Broncano llegaba de mucho más arriba que el más alto despacho de RTVE es que el cómico no ha parado de negar que a él le haya fichado Pedro Sánchez. Lo niega en serio y en broma, en el programa, en rueda de prensa y en la entrevista que dio a El País. (PRISA y el gurú mediático del PSOE José Miguel Contreras han cerrado filas con el el plan Broncano, lógicamente).
El presentador insiste en que a él no le ha fichado Pedro Sánchez pero no dice quién le ha fichado, con nombre, cargo, fecha y demás datos que nos permitan ir tirando del hilo en el escalafón a ver de quién fue esta magnífica idea y de paso enterarnos de quién, si no es Moncloa, tiene poder efectivo suficiente como para sacar adelante un contrato de 24 millones de euros en RTVE al que se opone la presidenta de RTVE. Perdón: expresidenta.
En realidad, cualquiera que tenga acceso a una hemeroteca sabe quién ha fichado a Broncano: el pasado 10 de abril, el Consejo de RTVE dio el visto bueno definitivo al millonario contrato con El Terrat, que produce el programa de Broncano, para emitir La Revuelta. La votación salió adelante ya con Concepción Cascajosa al frente del ente público, con cuatro votos a favor, los de la presidente interina, Concepción Cascajosa, Ramón Colom (PSOE), Roberto Lakidain (Sumar) y Juanjo Baños (PNV). Los tres consejeros propuestos por el PP (Jenaro Castro, Carmen Sastre y Consuelo Aparicio) votaron en contra, mientras que José Manuel Martín Medem, de Sumar, se abstuvo. El contrato salió adelante gracias al voto de calidad de la presidenta Cascajosa, ante el empate a síes y noes y abstenciones. Precisamente, Cascajosa sacó del orden del día del consejo la semana anterior la votación del programa alegando incertidumbre legal en el uso del voto de calidad ante un hipotético empate.
Sin embargo, Broncano se empeña en repetir que él no ha sido contratado por Moncloa, que no va a adoctrinar a nadie y que Pedro Sánchez no es su padre, como bromeaba Raúl Cimas, invitado de este jueves. Negar es un arte admirable. A Nerón le pillaron encima de una romana y dijo que se estaba pesando. En todo caso, ya dijimos que el objetivo de Moncloa poniendo a Broncano ahí no era pontificar convirtiendo al cómico en una especie de vendedor de crecepelos marxistas al ritmo de La Internacional, sino restar potencia a Pablo Motos, considerado por Sánchez y sus maquilladores mediáticos el azote más potente y que más pupa les hace. Pero ese objetivo no se ha conseguido. Pablo Motos ganó este jueves y cierra la mejor semana de su historia con un 20.5% de share de audiencia media, aunque Broncano firma un increíble 18.4%. Motos le saca dos puntos pero el éxito del cómico es fabuloso. Al menos hasta ahora. Porque Motos no solo no ha perdido audiencia sino que la ha ganado desde que está Broncano. Es más, quien pierde espectadores es Wyoming, que no es precisamente un hechicero mediático del neofascismo. Más bien es azote de la derecha. Y luego estaba Carlos Latre, que ya no está. El dato de Broncano ha sorprendido a todo el mundo, incluido al propio presentador y a TVE, donde le pusieron un mínimo del 7% en las cláusulas de su contrato para poder quitarle, temerosos de su eficacia en abierto.
La cuarta parte del tiempo están aplaudiendo
Volviendo al programa en sí, una de las principales conclusiones que podemos compartir es que, al menos el programa de este jueves, fue un coñazo. Por mucha gente que lo viera. Se hace largo y reiterativo, desordenado y por momentos es extremadamente aburrido. La cuarta parte del tiempo están aplaudiendo. Si cada programa cuesta 90.000 euros, en aplausos se les van unos 20.000 euros por noche. Y visualmente también es pobre: prueben a escucharlo sin verlo, como si fuera radio, y comprobarán que no pierde gran cosa. La hoja de ruta televisiva de Broncano comenzó en Movistar, ha llegado a TVE, y en unos meses le estarán ofreciendo un contrato en Mediaset, y lo aceptará porque será una oferta imposible de rechazar. En cuanto termine con TVE aterrizará en Fuencarral. Si el dato de Broncano ha sorprendido, más sorprendió la noticia de que fichaba por TVE para competir con Motos cuando dimos la primicia en febrero. Pero ha ocurrido. Broncano acaba en Telecinco como Franganillo o Bertín Orborne. Al tiempo.