Televisión

Elena Sánchez prefirió ceder la presidencia de RTVE a firmar el fichaje de Broncano por temor a incurrir en delito

Elena Sánchez y David Broncano

Dicen que no hay nada más triste que un payaso llorando. Cuando este miércoles, instantes después de confirmarse la contratación de Broncano por RTVE, le llamamos por teléfono, el cómico, extremadamente serio, tuvo la amabilidad de descolgar. Habló poco y se le notaba muy tenso. Apenas acertó a pronunciar tres frases. Dijo que se estaba enterando por Informalia de que el Consejo de RTVE había aprobado su fichaje. Explicó que ya hablaría cuando se enterara de todo. Y nos dio las gracias cuando le trasmitimos nuestra enhorabuena por haber firmado el contrato de su vida: 28 millones de euros por dos temporadas, aunque haga una audiencia demencial.

Broncano no habló apenas pero su voz nos dijo que estaba incómodo. Nos encontramos a un humorista muy serio. A un payaso triste, frío, tenso. Su tono nada tenía que ver con el que estamos acostumbrados a observar en La Resistencia. No estaba relajado, no estaba divertido. Se negó a decirnos siquiera si estaba contento, solo repitió que quería enterarse de todo y que luego hablaría. "No queremos saber cuánto sexo has tenido ni cuánto dinero tienes en la cuenta. Son preguntas más sencillas", le espetamos medio en broma imitando sus dos preguntas emblemáticas en La Resistencia, para desengrasar. Pero David Broncano no tuvo los bemoles de entrar al trapo, y no desenfundó esa chistosa verborrea que le ha convertido en el cómico más rico del panorama nacional. "Gracias pero no", acertó a decir con educada frialdad.

La filtración de la operación secreta que fabricaron entre Moncloa y TVE

Fue a mediados de febrero cuando una fuente de probada solvencia nos explicó que TVE quería fichar a Broncano y que el asunto era un empeño personal de Pedro Sánchez, que quería poner al cómico en La 1, después del Telediario, para debilitar la potencia mediática de Pablo Motos, a quien considera el peor de sus enemigos mediáticos, ya que registra a diario una audiencia colosal.

El titular de la exclusiva publicada aquel 28 de febrero rezaba: Pedro Sánchez quiere a David Broncano en TVE después del Telediario para desactivar a Pablo Motos. Habíamos hablado ya con tres fuentes distintas; una de ellas, cercana a la Secretaría de Estado de comunicación de Francés Valles, que llevaba semanas manos a la obra para darle a su señorito el capricho deseado. Otra fuente, cercana a la presidencia de RTVE, corroboró hasta las conversaciones de Moncloa con Elena Sánchez para explicarle el plan anti-Hormiguero. Un tercer informante confirmó, desde el entorno del Consejo de Movistar Plus+, que la consigna era "no oponer demasiada resistencia para retener a Broncano en la plataforma de Telefónica si RTVE se empañaba en llevarse La Resistencia", chiste incluido. No conviene llevarse mal con Moncloa en se sector. La información decía que Televisión Española estaba negociando un mega contrato con Broncano para arrancarlo de Movistar Plus+ y que iba a salir adelante "de un modo u otro" porque era "un empeño personal de Pedro Sánchez".

Diez días después de soltar la bomba desde Informalia, otro medio publicó que el contrato se había cerrado. Era mentira, como después se ha visto. Ese mismo medio, además, ignoró en sus primeras aproximaciones lo mollar de este asunto: la operación política que estaba detrás del polémico fichaje, una cacicada que después ha sido portada principal de varios periódicos generalistas de ámbito nacional. Pero el culebrón no ha terminado.

Los consejeros contrarios al fichaje estudian impugnar la contratación

Cerrar el polémico y millonario fichaje de Broncano movilizará cuantiosos fondos públicos que no están destinados a fortalecer RTVE ni dotarla de una fuerte audiencia. Tampoco se justifica el contrato del humorista como servicio público: más bien se trata de atender a intereses partidistas. Por ello ya han saltado voces que consideran seriamente la posibilidad de que estemos ante un caso de administración desleal. Además, algunos consejeros estudian al detalle el informe de la Abogacía del Estado que permitió a Cascajosa usar su voto de calidad como presidenta a pesar de que está pensado para casos de empate, cosa que no sucedió. El Consejo tiene base por tanto para impugnar el nombramiento.

La anterior presidenta prefirió ser relevada antes de acceder a sacar adelante el mandato de Moncloa y, según nuestras fuentes, lo hizo por temor a verse envuelta en un turbio asunto de responsabilidad contable. El artículo 252 del Código Penal señala que "pueden incurrir los miembros de un órgano colegiado que por acción u omisión permitan que la entidad suscriba contratos que sean desequilibrados o perjudiciales para los intereses de la entidad que administran". También hay una responsabilidad civil para los miembros de un órgano de administración: "Están sujetos a este tipo de responsabilidad contable por las decisiones que tomen que afecten a los fondos públicos".

Este miércoles, el fichaje de Broncano recibió el visto bueno con un discutible voto de cuatro consejeros a favor de la contratación, tres en contra y una abstención. El Consejo aprobó también con el voto de calidad de la presidenta del ente público la compra de That's my jam por 4,5 millones de euros, el programa LACOproductora, la productora de José Miguel Contreras, director de Contenidos de Prisa Media. El Consejo tiene diez asientos: hay una vacante por la dimisión de Pérez Tornero, el presidente que precedió a Elena Sánchez, quien volvió a ausentarse en este consejo extraordinario.

La SEPI y la Abogacía del Estado amparan la validez del voto de calidad de Cascajosa

La votación de este miércoles en el Consejo de Administración era incierta. La situación a priori era idéntica que la semana anterior: cuatro votos a favor, tres en contra y una abstención. Pero esta vez la Sociedad Estatal de Particiones Industriales (SEPI) y la Abogacía del Estado amparaban que Cascajosa recurriera al voto de calidad, el que decide en caso de empate. Pero no hubo empate.

Los informes de ambos órganos del Gobierno si se presentaban ocho consejeros –tal y como ocurrió este miércoles– y se producía un empate de cuatro a cuatro –incluyendo abstenciones y votos nulos–, la presidenta, podía hacer uso del voto de calidad siempre y cuando su voto fuera a favor y, por tanto, desbloquear el contrato. Así se lograba lo que exige el Estatuto de RTVE para sacar adelante proyectos audiovisuales del calado del de Broncano: mayoría absoluta, es decir, cinco votos del Consejo. Cascajosa paralizó la semana pasada la votación del contrato de La Resistencia y el resto de proyectos audiovisuales por "nseguridad jurídica" al no haber empate, pues uno de los votos, el del consejero a propuesta del PCE (Sumar), José Manuel Martín Medem, era una abstención. La presidenta consultó a la SEPI y a la Abogacía del Estado si se podría considerar empate y los órganos alegaron que sí. Cascajosa contó con el apoyo de Roberto Lakidain (Unidas Podemos), Juan José Baños (PNV) y Ramón Colom (PSOE). Los consejeros del PP Carmen Sastre, Jenaro Castro y Consuelo Aparicio votaron no. Y Medem (PC) se volvió a abstener.

Los tres consejeros del PP y el del PC, o sea, todos los que no han votado sí, van a analizar si el informe de la Abogacía del Estado que ha validado el voto de calidad con tres votos en contra y una abstención frente a cuatro a favor, cumple con los Estatutos de RTVE. El informe solicitado y creado ad hoc para esta situación establece que una abstención o un voto nulo pueden dan lugar a un empate.

El contrato de marras comprende dos temporadas –de septiembre de 2024 a julio de 2025 y de septiembre de 2025 a julio de 2026 (con parón navideño). Durante el primer año y medio TVE no puede cancelar el programa aunque no lo vea nadie. No existe cláusula de corte. Se mantendrá durante ese tiempo en el access prime time sin posibilidad de cancelarlo ni de pasarlo a otra franja. Una vez pasen esos 18 meses, la cláusula de corte obligará a Broncano a hacer una cuota de pantalla no inferior al 7,5% de media (ahora está dos puntos por encima). Si en el primer año y medio el programa no consigue índices aceptables de audiencia afectaría al Telediario de Marta Carazo, que va a reducir su tiempo de emisión entre 25 o 10 minutos. Cada temporada constará de unos 160 capítulos para ser emitidos de lunes a jueves, con una duración cada uno de entre entre 70 y 80 minutos. Cada capítulo cuesta 90.000 euros: un total de 28 millones de euros por las dos temporadas.

El coste reputacional sufrido por RTVE con este culebrón es inmenso

Pero más allá de cómo funcione el programa y del coste para las arcas públicas, el coste reputacional sufrido por RTVE con este culebrón es inmenso. No olvidemos que el escándalo se ha llevado por delante a la anterior presidenta interina, Elena Sánchez, al director de Contenidos, José Pablo López y al secretario del Consejo. No es necesario que Broncano ejerza de mamporrero mediático de Pedro Sánchez. De hecho, el contenido puramente político de los shows de humorista es nulo o prácticamente inexistente. La jugada propagandística o la estrategia de Francés Vallés, secretario de Estado de Comunicación, se basa en restar potencia o audiencia neta a Pablo Motos, considerado azote incómodo del sanchismo.

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