Emmanuel y Brigitte Macron ya se han trasladado, como cada verano, a su tradicional estancia de vacaciones: Bormes-les-Mimosas, un pequeño enclave medieval del siglo XII ubicado en la Provenza francesa y con una población de apenas 7.000 habitantes. Sin embargo, por el momento solo hemos podido ver a la primera dama paseando por las proximidades del Fuerte de Brégançon. Ni rastro del presidente de la República.
Brigitte ha sido fotografiada paseando en solitario -aunque acompañada de un pequeño cuerpo de seguridad- y vestida con ropa deportiva. En su brazo izquierdo sujetaba unas aletas, preparada para darse un chapuzón y despejarse de los meses tan complicados que han hecho tambalear su estabilidad. En las imágenes aparece sonriente, aunque, como se suele decir, la procesión va por dentro.
Cabe recordar que, tras saltar los rumores de una supuesta crisis matrimonial con su marido debido a sus apariciones, aparentemente tensas, en público -dio mucho que hablar el vídeo donde la primera dama parecía golpear, durante una discusión y punto de encontrarse con las autoridades, al político-, Brigitte vivió el fallecimiento de su hermana y, después, el de su sobrina.

Fue el pasado 5 de julio cuando perdió la vida su hermana Anne Marie, que, a sus 92 años, atravesaba una salud era muy delicada. Solo quince días después, murió su hija, Christine Hacquin, de 68 años. Una doble tragedia que dejó completamente desolada a la familia, especialmente a la esposa de Emmanuel Macron, que estaba muy unida a ambas.
La causa del fallecimiento de Christine se debió a una larga enfermedad por la cual estaba recibiendo tratamiento en uno de los mejores hospitales de París. La primera dama estuvo junto a su sobrina durante sus últimos días y se despidió de ella en privado. Brigitte se mostró durante aquellos días verdaderamente triste por lo sucedido. La prensa francesa indicaba que tenía "el ánimo por los suelos", algo que ya mostró durante su viaje de Estado a Reino Unido, cuando muchos críticos destacaron su actitud apática y seria durante el encuentro con los reyes Carlos III y Camila.

La primera dama francesa es la menor de seis hermanos. En 1961 perdió a Maryvonne, que falleció en un accidente de coche. Años después, en 2018, tuvo que despedirse de su hermano Jean-Claude, de 85 años.
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