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La abogada de Errejón y el psicólogo forense que examinó a Elisa Mouliaá se enzarzan en plena batalla judicial: ella le acusa de buscar de exposición mediática

En plena batalla judicial entre Íñigo Errejón y Elisa Mouliaá, la tensión ha trascendido más allá de los tribunales. Mientras el juez rechaza investigar a la actriz por presuntas coacciones y da validez al testimonio de su terapeuta sobre el estrés postraumático que sufrió tras la presunta agresión, la abogada de Errejón, Eva Gimbernat, ha arremetido contra el forense José Miguel Capote, autor de un informe clave que apunta a la falta de consentimiento en el encuentro entre la actriz y el expolítico.

La defensa de Errejón asegura que Capote se puso en contacto con ellos en dos ocasiones, ofreciéndoles un informe pericial para demostrar la inocencia del exlíder de Sumar. Pero la abogada aclara que nunca le contrataron y, para sorpresa suya, un mes después descubrió que el mismo psicólogo estaba trabajando con la defensa de Elisa Mouliaá. Por eso, le reprochó su intromisión en "una causa mediática".

Es más, la abogada de Errejón se puso a indagar en las redes del psicólogo forense y encontró un tuit suyo en el que Capote criticaba duramente el relato de Mouliaá, asegurando que "parecía hecho por un robot" y que "estaba muy lejos de ser una realidad objetiva desde la psicología del comportamiento".

A lo que el forense se defendió aclarando que "es preciso diferenciar entre una opinión preliminar —formada a partir de información limitada y, a menudo, sesgada, como ocurre habitualmente con el tratamiento mediático de los casos judiciales— y un juicio técnico, basado en el análisis riguroso, completo y contrastado de la documentación obrante en autos, las declaraciones judiciales y los elementos periciales disponibles".

Y añadió: "Los informes son objetivos y, como es habitual, se abonan antes de su emisión, porque su contenido no está condicionado a ninguna expectativa de resultado", explicó en respuesta a las acusaciones de que elaboraba informes favorables para influir en el curso de la investigación. Además, aclaró que fue la defensa de Elisa Mouliaá quien contactó con él para contratar sus servicios. "Acepté, entendiendo que la otra parte nunca mostró un interés real ni llegó a establecer comunicación efectiva", aseguró.

El pulso entre los equipos se intensifica justo cuando la instrucción entra en su fase final, según fuentes cercanas a Informalia, que apuntan a la próxima revisión del móvil de Borja Valls como punto clave para esclarecer posibles intentos de manipulación.

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