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El juez rechaza imputar a Elisa Mouliaá por presionar a testigos y su psicoterapeuta avala su estrés postraumático

Elisa Mouliaá

Elisa Mouliaá ha recibido un respaldo clave en el proceso judicial que investiga la presunta agresión sexual cometida por Íñigo Errejón. El juez Adolfo Carretero rechaza la petición del ex portavoz de Sumar para que se abriera una investigación contra la actriz por presunto delito de coacciones a testigos. Además, el tribunal ha dado validez al testimonio del terapeuta de Mouliaá, quien ha ratificado que la actriz sufre un cuadro de estrés postraumático compatible con una agresión sexual.

La defensa de Errejón había presentado una denuncia contra la actriz, alegando que habría presionado a Soraya García —anfitriona de la fiesta donde presuntamente ocurrió el ataque— a través de mensajes de WhatsApp. En uno de los audios, Mouliaá expresaba: "Tía, me das miedo. Me da miedo que declares en mi contra. ¡Que tengo una hija y soy mamá soltera!". También le pedía: "Facilita un poco la movida (…) que se archive por falta de pruebas, pero no por denuncia falsa, porque falsa no es".

Sin embargo, el juez Carretero ha considerado que estos mensajes no constituyen delito. Según su auto, la conversación se enmarca dentro del ámbito personal entre "dos amigas íntimas" y, aunque admite que hubo una confrontación de pareceres "en ocasiones fuerte", en ningún caso se aprecia coacción ni intimidación. Añade, además, que el testimonio de Mouliaá se ha mantenido firme desde el inicio de la causa y ha sido corroborado parcialmente en sede judicial, pese a las contradicciones entre las versiones.

El juez también descarta imputar a Errejón por hechos similares. La defensa de Mouliaá había señalado que el expolítico conversó antes del juicio con Borja Valls, novio de Soraya García y otro testigo clave. Sin embargo, el magistrado argumenta que tampoco en ese caso se puede hablar de manipulación de testigos, ya que no se demostró que la conversación condicionara la declaración de Valls.

En lo relativo al estado psicológico de la actriz, este jueves declaró el doctor Omar Rueda, terapeuta que trató a Mouliaá apenas cinco días después del presunto ataque. Según su testimonio, desde el primer encuentro detectó signos de estrés postraumático tanto por su lenguaje verbal como no verbal. Rueda indicó que la actriz le comentó entonces que estaba teniendo "problemas con un político famoso".

También compareció el psiquiatra Alfredo Calcedo, perito de la defensa de Errejón, quien elaboró un contrainforme señalando supuestas "incongruencias" en el relato de la actriz. Sin embargo, reconoció que su análisis se hizo sin evaluar personalmente a la afectada y que no podía descartar del todo que su estado mental estuviera relacionado con el episodio denunciado.

A pesar de las tensiones entre los testigos —amigos de la actriz que acabaron alineados con el acusado—, fuentes cercanas a la defensa de Mouliaá aseguran a Informalia que la instrucción se encuentra en su tramo final. Solo falta clonar el teléfono de Borja Valls para determinar si existió algún intento de manipulación por parte de Errejón. Mientras tanto, la Audiencia Provincial ha impedido acceder al dispositivo de Mouliaá, alegando que vulneraría sus derechos fundamentales.

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