Ana de Armas vuelve al centro del foco mediático y esta vez no por un estreno cinematográfico, sino por las imágenes definitivas que confirman lo que hasta ahora eran solo rumores. El pasado 30 de julio la protagonista de Ballerina fue fotografiada disfrutando de una jornada de navegación junto a Tom Cruise, en aguas de Mallorca, en lo que parece ser el capítulo más reciente (y más revelador) de una relación que lleva meses en el punto de mira.

Las fotos, tomadas entre Cala'n Bosh y el Cap d'Andratx, en el suroeste de la isla, muestran a Ana y a Tom relajados y sonrientes, compartiendo confidencias en la cubierta de un exclusivo velero. La complicidad es evidente. Ambos charlan distendidos mientras disfrutan del sol y de un paisaje que bien podría formar parte de un set de rodaje, pero que en esta ocasión es puro Mediterráneo. Ana, vestida con un ligero vestido blanco semitransparente sobre el biquini, sin calzado y con un sombrero de rafia, se muestra cómoda y natural. Tom, por su parte, luce un suéter celeste, bermudas y un clásico panamá, también relajado y sonriente.

Las instantáneas difundidas por Hola han sido interpretadas como la confirmación oficiosa de una relación sentimental que va más allá de lo profesional. Desde que ambos fueron vistos juntos el pasado febrero, en una cena londinense en la noche de San Valentín, las especulaciones han ido creciendo. Primero se habló de proyectos conjuntos, de reuniones de trabajo y de colaboraciones futuras. La propia Ana de Armas aseguró en mayo, durante la promoción de Ballerina, que trabajaban en "muchísimas cosas" con directores como Doug Liman y Christopher McQuarrie. Sin embargo, las imágenes de Mallorca muestran una complicidad difícil de disimular y poco habitual en simples socios laborales.

El verano parece haber dado un giro definitivo a esta historia. Después de semanas sin verlos juntos debido a sus compromisos profesionales, han reaparecido, pero esta vez fuera del circuito promocional y en un entorno claramente privado. Ni alfombra roja, ni photocall. Sol, mar y calma. Y, lo más llamativo, la presencia de Salsa, uno de los perros de Ana, que también los acompañaba a bordo, lo que muchos han interpretado como una prueba más de que Tom Cruise es ya parte de su círculo más íntimo.

Esta inesperada relación supone también un giro en la vida sentimental de la actriz cubana, que parece haber dejado atrás su historia con su compatriota Manuel Anido, hijastro del presidente de Cuba. Desde hace meses Ana de Armas no ha sido vista con él y ha evitado cualquier referencia pública al respecto. El cambio de rumbo, al menos a ojos del público, parece evidente.

En declaraciones recientes Ana confesaba su deseo de formar una familia: "Me gustaría tener hijos y una familia. A ser posible, pronto. Pero no depende solo de mí. El amor es impredecible, nunca se sabe cuándo llega el amor verdadero. Las relaciones no se pueden controlar: la vida no es una película". Sin embargo, la actriz de 37 años (Cruise tiene 63) no imaginaba quizás que el "guion" de su vida personal la llevaría a compartir escenario con uno de los actores más influyentes de Hollywood.

Por ahora, ni Ana de Armas ni Tom Cruise han hecho comentarios sobre estas imágenes, pero lo cierto es que sus agendas coinciden cada vez más. Además de los supuestos proyectos cinematográficos en común, los dos han estado presentes en eventos sociales, como la fiesta del 50 cumpleaños de David Beckham, donde también se les vio juntos, aunque con discreción.

Lo que ocurra en adelante solo el tiempo lo dirá. Lo que sí está claro es que, entre película y película, Ana y Tom han encontrado en Mallorca su particular oasis lejos de los focos de Hollywood. Y aunque "la vida no es una película", como dice Ana, las fotos de este verano parecen sacadas directamente de una.

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