A poco más de dos semanas de cumplir sus primeros 58 años, Carmen Borrego ha recibido por anticipado un regalo en forma de caché por ir a ver a Santi Acosta y Beatriz Archidona. Nos referimos al dinerito que se ha llevado a cambio de contar sus cosas: no cosas de Ábalos ni de las elecciones en EEUU, ni del conflicto que enfrenta a Israel con sus vecinos, ni siquiera de la relación del rey Juan Carlos con sus distintas amantes o de la polémica fotografía de la reina Letizia que ha puesto Hola en su portada esta semana, con las raíces sin teñir y gesto complicado.
No: la hermana pequeña de Terelu Campos fue al programa donde trabaja su hermana y donde su hijo se gana los cuartos, lo mismo poniéndola a parir que tendiéndole la mano, para hablar de su vida, para estirar a cambio de un poquito de dinero más un culebrón que no afecta a nuestra existencia, pero que da de comer a la mitad de la familia de la pobre María Teresa Campos, que en gloria esté.
Carmen Borrego, acostumbrada a pasar por debajo del futbolín y humillarse acudiendo por unas monedas al lugar donde la desprecian, se plantó de nuevo en '¡De viernes!' pero ante una pregunta de Antonio Montero se negó a responder. La tía de Alejandra Rubio se sentó la misma noche que su hijo para sumarse al patético pero paniaguado elenco del teatrillo-show que la familia Campos ha puesto al servicio de Mediaset, que sostiene su prime time con falsas promesas: las promociones del programa daban a entender que José María Almoguera y su mami iban a revolcarse en el barro frente a frente y se iban a destrozar mirándose a la caras. Pero no. Eso quizás será más adelante si hay más pasta. Este viernes, la hermana de Terelu se sentó primero para conceder una entrevista y posteriormente lo hizo su nene.
Durante la primera parte de su intervención, Carmen Borrego levantó un escudo antimisiles que ríete tú del domo de hierro que protege a Tel Aviv de los cohetes que mandan sus enemigos: la peque de las Campos se defendió de los proyectiles que lanzaban Ángela Portero, Antonio Montero o José Antonio León. Lógicamente, los periodistas preguntaron a la bufona que cobraba por estar en medio de la pista sobre algunos de los reproches que su hijo había hecho la semana anterior en el mismo plató. Antonio Montero le preguntó si ya había recogido el guante tras el ofrecimiento de su hijo la semana pasada para que, a partir de ahora, pueda ver a su nieto y ejercer como abuela, como la propia Borrego ha reclamado públicamente en varias ocasiones.
Y ahora viene lo más acongojante de esta señora, capaz de hablar de sus dramas, vender la boda de su hijo a sus espaldas, el embarazo de su nuera sin que Paola Olmedo se lo hubiera dicho ni a su familia (que se enteraron por la revista): "Lo que pase, haya pasado o deje de pasar, va a pasar en privado. No voy a hacer público jamás si estoy o no estoy o si ejerzo o no ejerzo".
Lo hemos puesto literal porque si no es imposible creerlo: Borrego va a hablar de la relación con su hijo, de su calvario como abuela, de sus dramas y de su teatrillo, cobra la noche y cuando le preguntan dice que nanay.
Le parece intimidad decir si puede ver al nieto y sin embargo, en el mismo programa y este mismo día, este viernes, su hijo confesaba que llevó a Carmen Borrego a un psicólogo para mediar en su conflicto. Carmen Borrego había escuchado en plató todo lo que dijo su hijo el otro día. En el otro extremo del plató José María oía a su madre. "Estoy nerviosa. Para mí esta noche es uno de los peores escenarios que me habría imaginado", admitió. "Después de tantos meses podría decir que estoy preparada, creo que las madres estamos poco preparadas. Pero a lo mejor también hay comentarios míos que a él tampoco le gustan, creo que siempre que se hable con respeto y, sobre todo, es importante hablar con amor, estamos hablando de mi hijo", comenzaba.

El miedo de Borrego, que recula tras la advertencia de su ex nuera
Carmen Borrego es tan mentirosa que dijo esto: "Espero que sea la ultima vez que me tengo que sentar en un plató para solucionar o no un tema con mi hijo. Como madre me encantaría poder estar con él. Los problemas no se van a solucionar públicamente", espetó la vendedora de exclusivas... ¡Desde un plató de televisión, en prime time!
Pero luego hablo, claro. "Espero que no esté tan frío, esa frialdad no la había padecido. He pedido perdón de todas las maneras posibles. Lo que ocurrió de la exclusiva está más que amortizado". En otro momento, pero nunca cara a cara, su hijo explicaba así su visión: "No me impone porque es mi madre, como madre lo más duro fue la falta de empatía".
José María dijo que esperaba que su mami dejara de mentir: "Que diga la verdad. Sabe que tiene que esperar. Yo ya he pedido perdón. No tengo miedo, no es un enfrentamiento lo que busco, quiero escuchar lo que tiene que decir", decía él. Y su madre: "Esto al final terminará bien, estoy loca por abrazar a mi hijo. José María. cuando esto se solucione tendré ganas de abrazar a mi madre, ahora mismo no puedo". Vamos, un teatrillo, un mal chiste. Tal vez alguien advirtió a la abuela Borrego que hablar de un menor en televisión podía acarrearle algún problema si la madre del aludido la demanda. No olvidemos las palabras de Paola Olmedo antes del programa: "Un plató no es el lugar para hablar de ciertas personitas".