La princesa Leonor y la infanta Sofía han debutado este lunes, 4 de agosto, en la tradicional recepción a la sociedad balear en Marivent, en Palma. Han llegado al acto sonrientes, tan deslumbrantes como sus vestidos estampados, y agarradas del brazo de su abuela, doña Sofía, que viajó a la isla este pasado domingo, con retraso, debido al delicado estado de salud de su hermana, la princesa Irene de Grecia, de la que permanece pendiente. Junto a sus padres, Felipe VI y doña Letizia, las hermanas debutan así en la recepción de los cerca de 600 representantes de todas las instituciones y sectores de Baleares que pasan, por cuarto año consecutivo, por la residencia estival de los monarcas.
La llegada de la familia real se ha producido sobre las 20.56 horas, dando paso a un acto que, un año más, reúne a sus miembros con rostros de diversos ámbitos de la sociedad balear, y que abarcan desde miembros del Gobierno autonómico y del Parlamento balear hasta rostros del mundo empresarial, cultural, deportivo, sanitario y periodístico. Para todos ellos se ha preparado un menú a la altura inspirado, como hasta el momento han venido haciendo las chefs Marga Coll y Maca De Castro, en la gastronomía mallorquina. Este año, ha sido el chef Andreu Genestra el encargado de alegrar el paladar de los presentes.

La estampa de este año -no se les veía a la familia reunida desde octubre del pasado año, durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, en Oviedo- indica que, ahora que la benjamina de los reyes ha alcanzado la mayoría de edad, se potenciará su papel institucional. Se espera, de hecho, que se estrene el próximo 12 de octubre en la recepción del Palacio Real tras el desfile de la Fiesta Nacional.
Las hermanas han asistido con dos vestidos largos y veraniegos, pero de distinto corte y estampado. Leonor de Borbón ha recuperado la pieza de materiales ecológicos que ya llevó su madre en la recepción a las autoridades de las Islas Baleares en 2023; un diseño con escote barco, dibujos azules sobre fondo blanco y falda muy fluida, de la diseñadora Stella Jean en colaboración con la firma española Desigual. La infanta Sofía, por su parte, ha lucido un vestido de estampado floral con tonos rosa palo y fucsia. El traje, de cuello cerrado, es más entallado que el de su hermana, de palabra de honor.

Ha llamado también la atención el vestido que ha elegido para la ocasión la reina consorte. Doña Letizia se ha enfundado en un vestido de estilo adlib que destaca por sus bordados, así como su favorecedor escote en V. El tejido aporta frescura y un aire romántico sin renunciar a la comodidad. Para complementar su estilismo, ha seleccionado una alpargatas plateadas y unos favorecedores pendientes.


La zona en la que se recibe a los invitados en el palacio es la misma en la que cada año el presidente de Gobierno ofrece una rueda de prensa tras mantener el despacho de verano con el rey, un área próxima a las pistas de tenis del complejo y desde la que se puede atisbar el Mediterráneo entre los árboles. Los miembros de la Familia Real al completo han esperado para recibirlos al final del camino que une la vivienda principal con la anexa. Los invitados, puntuales, han estrechado la mano de los miembros de la familia real en un desfile que ha durado cerca de 20 minutos, y luego se han dispersado por la estancia principal.
Cabe decir que este año no solo es una novedad la presencia de la princesa Leonor y la infanta Sofía. La etiqueta, esta vez, invitaba a las mujeres a asistir con traje corto y a los hombres con camisa o guayabera. Por primera vez, se podía asistir sin necesidad de usar chaqueta.

Invitados de excepción
Entre los representantes políticos que han asistido a la recepción se ha podido ver a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y a la presidenta del Gobierno de Baleares, Marga Prohens, entre otros. También ha asistido el director del Atlàntida Film Fest, Jaume Ripoll; el diseñador Pablo Erroz, el cantante Jaime Anglada, el chef y exconcursante de Supervivientes Koldo Royo, el exjugador de baloncesto Rudy Fernández (acompañado por Helen Lindes) o el extenista Rafa Nadal, quien, recordemos, el pasado mes de junio fue nombrado por el rey marqués de Llevant de Mallorca.

Han pasado 11 desde que los monarcas cambiaran la cena de gala que Juan Carlos I y Sofía ofrecían a las autoridades políticas y militares por esta recepción, que tiene como principal objetivo el intercambio de opiniones e ideas entre los reyes y los asistentes al evento en una maniobra de acercamiento a la sociedad. Los años pasan y, con ellos, las tradiciones. Probablemente, Leonor y Sofía nunca olvidarán este día.