Casas Reales

Carlos III se deshace del funcionario apodado El Avispón, que alejó a Harry y a Meghan de la Familia Real: Operación Regreso

Tras la victoria de Trump cobró sentido la amenaza del futuro inquilino de la Casa Blanca contra los Sussex. El presidente electo no traga a Harry y Meghan, a los que considera los peores traidores de los Windsor. El sucesor de Biden considera que la residencia permanente del hijo díscolo de Diana de Gales en EEUU se consiguió porque el marido de la actriz canadiense mintió en los formularios de entrada jurando que no había fumado porros cuando en su demoledora biografía admite lo contrario. Eso desató las informaciones sobre una nueva mudanza de los Sussex, como ya recogimos.

Además está la salud del rey Carlos y de Camila, que se acercan a los 80 años en plena lucha contra el cáncer en el caso del monarca y de otro tipo de dolencia en el de la segunda esposa del soberano. Ahora un nuevo hecho se suma a los rumores de un nuevo acercamiento del príncipe a su padre y a Buckingham.

La relación entre Carlos III y el príncipe Harry parece estar en el punto en el que ambas partes se han acostumbrado a vivir con sus relaciones congeladas. Las tensiones y conflictos que comenzaron mucho antes de que los duques de Sussex anunciaran su salida de la realeza británica han quedado sin resolver y la vida ha seguido a base de adaptación emocional y rutina. No obstante, cuando al rey británico le diagnosticaron un cáncer, su hijo voló (en sentido literal y figurado) para verlo. Tras el viaje transoceánico, Carlos III dedicó a su hijo 45 minutos y puso rumbo a su retiro en Sandringham. Harry se mostró satisfecho con el breve encuentro, pero cuando regresó tres meses después, en un giro poco espontáneo de los acontecimientos, el soberano ocupó su agenda celebrando su primera fiesta tras el cáncer al mismo tiempo que Harry estaba en la Catedral de San Pablo celebrando los diez años de los Juegos Invictus en solitario. En resumen, oportunidades para un acercamiento ha habido y la pregunta persiste: ¿por qué no ha sido posible una reconciliación? Ahora, con el cambio de circunstancias, las cosas podrían tomar un rumbo diferente.

Un retiro estratégico

La noticia de la posible salida de Sir Clive Alderton, apodado por algunos como 'El Avispón', ha avivado la especulación sobre un giro en la relación entre Harry y el resto de la Familia Real. Alderton, un experimentado diplomático que ha sido el guardián más cercano de Carlos III desde sus días como príncipe de Gales, es conocido por su capacidad para filtrar y controlar el acceso al monarca. Su rol, aunque vital para la administración eficiente de la Casa Real, también ha sido señalado como un obstáculo en el camino de reconciliación de Harry con su familia.

Tina Brown, reconocida autora y periodista con vínculos cercanos a los Windsor, sostiene que la salida de Alderton podría abrir nuevas posibilidades de diálogo. Según Brown, Alderton no solo fue una figura clave en mantener las distancias entre Harry y Carlos, sino que también contribuyó al distanciamiento entre Meghan y la Casa Real, alimentando tensiones que dificultaron cualquier acercamiento. Si su retiro se concreta, un cambio en el entorno del monarca podría facilitar negociaciones más abiertas y cordiales entre padre e hijo.

"El Avispón": enemigo o defensor de la monarquía

El apodo 'El Avispón', usado en las memorias de Harry, Spare, describe a un funcionario de la Casa Real cuya influencia era tan incisiva como su carácter. Aunque Harry nunca lo menciona por su nombre, muchos creen que el perfil coincide con Alderton. Según el libro, este personaje era un maestro en la política de la corte, utilizando su aparente deferencia para consolidar poder y mantener un control férreo sobre las decisiones que afectan a la familia real.

Harry pinta en su libro una imagen de enfrentamiento constante con estos burócratas de alto nivel, a quienes percibía como usurpadores del poder real. Este sentimiento no es aislado. La percepción de que los altos funcionarios de palacio ejercen más control del que deberían no es nueva, y ha sido discutida ampliamente en libros y artículos sobre la monarquía moderna.

Sin embargo, Alderton también tiene sus defensores. Algunos lo ven como un escudo esencial para proteger a Carlos III de las distracciones y conflictos internos, asegurando que el monarca pueda centrarse en sus deberes. Este delicado equilibrio entre protección y aislamiento es, quizás, el mayor desafío que enfrenta cualquier secretario privado de la realeza.

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