Casas Reales

Mary de Dinamarca y su nueva normalidad: del "no aceptaría una infidelidad" al paseo de la mano con Federico

A Mary Donaldson le ha cambiado la vida: el paso del tiempo, los casi 20 años de matrimonio con Federico y los cuatro hijos que tienen en común. Ahora afronta una realidad muy diferente a la que tenía cuando compartió sus reflexiones sobre el matrimonio y la infidelidad a la periodista Anne Wolden-Raethinge, que las recogió en el libro La princesa heredera Mary. Fue en 2004, el año en que se casó con el heredero. Entonces, la abogada australiana aseguró que "no aceptaría una infidelidad dentro del matrimonio". Sus palabras ahora cobran un sentido distinto tras la publicación de las sonadas fotos de Federico con su amiga, Genoveva Casanova, paseando por Madrid.

Proseguía Mary su idea sobre la fidelidad como parte de los cimientos de la unión y de la confianza en una relación. Lo explica así en el mencionado libro, que se lanzó hace ahora veinte años. "Una relación se basa en la confianza. Si se abusa de esa confianza (...) hay un abuso de confianza muy grave". Y añadía: "Es difícil recuperar la confianza cuando se ha roto"; para subrayar que "la confianza es sagrada". La princesa hacía, además, una reflexión sobre el concepto de relación abierta que mantienen algunas personas, "que están felizmente casadas con hijos, y tienen otras relaciones, y esto es aceptado". Ante esta opción, la abogada se mostraba rotunda: "Yo no podría hacerlo, me duele." Y se ponía en el papel de madre (cuando se produjeron estas declaraciones aún no se había estrenado en la maternidad): "Cuando llega un niño, ya no se trata solo de ti". Son testimonios del libro de Wolden-Raethinge que ha recogido Hola.

Estos valores sobre la fidelidad, la confianza y la traición cobran un sentido distinto por la secuencia que hemos visto en las semanas. Las fotos del hijo de la reina Margarita paseando con Genoveva que causaron un seísmo informativo; la huida de Mary a su Australia natal con dos de sus hijos; el posterior viaje de Federico a tierras de Nueva Zelanda donde se encontraba su mujer; y, como última y sorprendente fotografía, el paseo escenificado del príncipe danés de la mano de Mary, ya de vuelta a casa en tierras danesas, en las puertas de la catedral de Aarhus. Iba a misa de Navidad. Una imagen de armonía familiar.

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