Divertido, sonriente y disfrutón. Así se ha mostrado don Juan Carlos, después de haber dado un paseo por la Ría de Pontevedra a bordo de su querido Bribón. El rey emérito llevaba en la mano derecha una pandereta tradicional gallega, que le han obsequiado desde un programa de televisión autonómico.
Ha sido el gesto más cercano que ha tenido don Juan Carlos con los medios desde su llegada al aeropuerto de Peinador, en Vigo, el miércoles 19. Desde que aterrizó se ha dejado ver en tres ocasiones y siempre ha mantenido la distancia física y fotográfica. En coche, con la ventanilla subida, o a su llegada al Club Náutico de Sanxenxo, donde ha sido recibido en la más estricta privacidad. Ni declaraciones a la prensa ni photocall ni recepción ni baño de masas vecinal. Se buscaba hacer menos ruido informativo que el año pasado.
El gesto, simpático y divertido, del padre de Felipe VI con la pandereta en mano demuestra su gran sentido del humor y también lo feliz que se siente junto a sus amigos en Sanxenxo. Una visita a España que le devuelve la sonrisa.
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