Industria
De la Cúpula Dorada a misiles nucleares intercontinentales: estas son las armas que financiará la reforma fiscal de Trump
- La ley recién aprobada recorta programas sociales para aumentar la defensa
- Drones, IA y nuevos buques de guerra, entre los principales gastos militares
- La financiación extra respaldará el presupuesto del Pentágono del año que viene
Julio De Manuel Écija
Menos programas sociales y más armas. La ley fiscal de Trump, aprobada después de una agonía de meses en el Congreso de EEUU, inyectará 150.000 millones de dólares (127.000 millones de euros) en diferentes programas militares a costa de enormes recortes en políticas sociales como Medicaid y el Programa de Asistencia Nutricional. La Casa Blanca pretende, además de los 150.000 millones ya aprobados, elevar un 13% el presupuesto en defensa de 2026 hasta superar el billón de dólares, por primera vez en su historia.
En el caso de la ley fiscal recién aprobada, las partidas militares hacen hincapié en financiar diversos proyectos militares que el Pentágono comandado por Pete Hegseth quiere agilizar. Estas son las principales partidas.
Construcción de buques de guerra
La "Gran y Bella Ley" de Trump (nombre oficial de la norma) inyectará 29.000 millones de dólares en la construcción naval y el desarrollo industrial marítimo. A través de este fondo, la Armada quiere asegurarse el pago de 16 buques que ha solicitado para el próximo ejercicio fiscal. Entre los navíos destacan dos destructores de la clase Arleigh Burke y un nuevo submarino de la clase Virginia; un sumergible propulsado por un reactor nuclear y centrado en disparar misiles de cruceros como los usados contra Irán en la operación Martillo de Medianoche.
El Pentágono lleva tiempo encontrándose con problemas para botar más buques y modernizar su flota. Los principales astilleros militares del país se encuentran inmersos en una vorágine de sobrecostes y descontrol de la Administración Federal. Medios como The Wall Street Journal se han hecho ecos de las dificultades que afronta el sector marítimo estadounidense por una mezcla de malas decisiones, plazos demasiado ajustados y peticiones cambiantes.
La Cúpula Dorada de Trump
Es el programa militar estrella del presidente estadounidense. El proyecto pretende imitar la Cúpula de Hierro de Israel para desarrollar un sistema de defensa contra misiles balísticos intercontinentales y ataques provenientes del espacio contra EEUU.
La Cúpula Dorada supone rescatar, además, el proyecto 'Star Wars' creado por Ronald Reagan en los 80: una red de satélites defensivos que utilizarían armas de energía. La iniciativa se canceló por la imposibilidad técnica, el alto coste y la falta de un peligro estratégico que justificara la inversión.
El Congreso ha aprobado arrancar el proyecto de Trump con una inversión inicial de 25.000 millones de dólares. El coste total del proyecto se estima que sobrepasará los 175.000 millones de dólares y puede alimentar una carrera armamentística en el espacio entre las principales potencias.
Munición, misiles y bombas
A lo largo del paso de la ley por el Senado estadounidense, el Comité de Defensa de la Cámara Alta ha ido modificando las partidas internas, disminuyendo el dinero en construcción naval y aumentando las cuentas destinadas a compra y desarrollo de munición, incluidos bombas y misiles. La ley prevé desembolsar 25.000 millones de dólares en adquisiciones y desarrollos de programas militares considerados críticos (3.000 millones solo en esta última sección).
En este campo, destaca la inversión extra de 5.000 millones de dólares en asegurar cadenas de suministros estratégicos para Estados Unidos. Además, el Senado ha insistido en la defensa aérea: la ley recoge la adquisición de lanzadores para interceptores de defensa aérea (167 millones), interceptores antimisiles de alcance medio (200 millones) y la ampliación de los programas de fabricación avanzada de defensa aérea (500 millones).
Innovación: drones, IA y armas 'low cost'
El Congreso ha decidido inyectar 16.000 millones de dólares para acelerar los proyectos de inteligencia artificial, drones y producción masiva de armas de bajo coste. En el campo de los vehículos no tripulados, la ley financiará la base industrial de pequeños drones hasta los 1.400 millones de dólares. Unos 1.000 millones se destinarán a incrementar el tejido industrial estadounidense en el sector. Otros 2.000 millones van a parar al desarrollo de medidas contradrón.
En el campo de la inteligencia artificial, la ley disemina los proyectos en diferentes partidas poco específicas (teniendo en cuenta, además, la ya de por si falta de transparencia en el ámbito militar). Uno de los beneficiarios de estas inversiones será el Ejército de EEUU (la rama de tierra), que ha creado un nuevo cuerpo con directivos de tecnológicas de Silicon Valley como Palantir, OpenAI y Meta: el Destacamento 201.
Disuasión nuclear: nuevo misil intercontinental
La ley fiscal de Trump establece un desembolso de 15.000 millones de dólares en la modernización nuclear, partida que lleva al alza los últimos años en los presupuestos norteamericanos. El principal beneficiario es el programa Sentinel, el nuevo misil balístico intercontinental (ICBM en inglés). Desarrollado por Northrop Grumman, esta arma es uno de los mayores quebraderos de cabeza del Pentágono debido a los retrasos y sobrecostes. La ley de Trump destinará 3.000 millones de dólares al programa Sentinel.
El plan de modernización atómica pasa por la actualización de ICBM disparados desde tierra como el Sentinel. El problema principal es que el actual misil es incompatible con los silos usados por los viejos Minuteman III, lo que obligará a excavar nuevas instalaciones, con el coste adicional que supone.
Programa aéreo: el B-21 Raider
Northrop Grumman es, otra vez, protagonista de uno de los mayores hazmerreír del Pentágono: el nuevo bombardero nuclear B-21 Raider. Durmiendo el sueño de los justos, esta aeronave se ha enfrentado a retrasos y aumento del gasto hasta niveles que ha perjudicado la cotización de la compañía militar en bolsa.
La ley financiará 9.000 millones de dólares en programas de superioridad aérea, cuyo mayor beneficiario será el desarrollo del B-21. Además, el Congreso ha aprobado desviar inversiones que inicialmente recalarían en la Armada al programa del F-47, el caza de sexta generación que está desarrollando Boeing.
Otras partidas han contemplado un aumento del presupuesto del Comando del Indopacífico de 12.000 millones de dólares. Esta nueva región es la obsesión de Washington ante el peso militar de China. Adicionalmente, la ley financiará un programa de 9.000 millones de dólares para incrementar los salarios y condiciones profesionales de los soldados en activo.