Energía
La desesperación de Irán acerca el colapso de Ormuz: un mercado roto con el petróleo en 150 dólares y el gas saltando un 50%
- Desde Irán ya se propone un control de 100 días del estrecho
- Tempos: "Solo las tensiones pueden llevar el gas a los 50 euros"
- China sería la clave, el 40% de su crudo y buena parte del gas dependes de ese acceso
Álvaro Moreno, Julio De Manuel Écija, Vicente Nieves
El estrecho de Ormuz es el cuello de botella más importante del planeta y está en manos de una Irán que deja la habla abiertamente de bloquearlo. Por ese paso angosto cruza el 20% de suministro mundial de petróleo y del gas del planeta. Es la arteria que permite que los mercados y el sistema energético mundial respiren. Sin embargo, la escalada en la región está poniéndolo en el foco y crece el temor a que los problemas emerjan en sus aguas. Al margen de un cierre total, se evalúan la opción de ataques concretos, como ocurrió precisamente en la escalada EEUU-Irán del primer mandato de Trump. Los expertos lo tienen claro, solo esta incertidumbre podría disparar los precios de la energía, particularmente en Europa y China, que se han encomendado a Catar para abastecerse. De momento ya hay diversos grupos navieros que se alejan de Ormuz ante la escalada de la tensión. Además, desde la propia Irán se habla abiertamente de un control del estrecho de 100 días para someter diplomáticas a Israel y EEUU.
Tras seis jornadas de bombardeos recíprocos, la guerra abierta entre Israel e Irán está alimentando la inseguridad y la amenaza de un enfrentamiento regional descontrolado que desestabilice a todos los países del Golfo. La intensificación del conflicto entre las dos potencias ha conducido a que Estados Unidos estudie un ataque contra Irán para proteger a su aliado. Teherán podría ejecutar ataques desesperados que desestabilicen Oriente Medio y el planeta en respuesta.
El motivo detrás de la intensificación de la guerra entre Israel e Irán se debe al supuesto programa nuclear persa para desarrollar un arma atómica, tecnología que en la región solo posee el Estado hebreo. Tanto Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, como Donald Trump, presidente de EEUU, han amenazado con eliminar al líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei, y han exigido una "rendición incondicional" y la retirada del programa atómico.
Mientras los bombardeos se suceden, la tensión en Irán es crítica, lo que está llevando al régimen a plantear escenarios de una beligerancia creciente. Entre las opciones de la república islámica, se encuentra atacar los países del golfo Pérsico, bloquear el estrecho de Ormuz y reactivar los asaltos anfibios en el mar Rojo.
Irán posee uno de los arsenales aéreos más sofisticados del planeta. Los continuos bombardeos contra la Cúpula de Hierro israelí ha demostrado que los sistemas defensivos hebreos son falibles. Los ataques del país persa han constado del lanzamiento de enjambres de drones kamikazes y misiles balísticos. La mezcla de ambos tipos de armamento puede saturar las defensas enemigas y provocar severos daños.
El temor ahora es que Irán apunte sus armas a infraestructuras críticas de los países del golfo Pérsico. La sola amenaza de que Teherán ataque a sus vecinos del otro lado del mar o que bloquee el estrecho de Ormuz con ataques de drones a los buques petroleros ya podría disparar los precios mundiales del petróleo y el gas. Según Reuters, cerrar el Golfo es una opción que el Gobierno iraní está considerando y la CNBC recoge testimonios de expertos que apuntan a que las navieras están evitando Ormuz. El exministro de Economía, Ehsan Kahndouzi, ha propuesto en una publicación en X que Teherán establezca controles durante 100 días: "Ningún petrolero o cargamento de GNL podrá atravesar el estrecho sin la aprobación de Irán. Esta política es decisiva si se aplica a tiempo".
"Las circunstancias y la tolerancia al riesgo varían mucho entre navieras. Parece que actualmente la mayoría de los armadores optan por seguir adelante, mientras que algunos se están manteniendo al margen", declaró Jakob Larsen, jefe de seguridad de la patronal del sector, a la CNBC. Otros comparan el escenario con el mar Rojo. "Aunque se han producido muy pocos ataques recientes contra el transporte marítimo en esa región, la amenaza ha hecho que la inmensa mayoría del comercio de contenedores se desplace hacia el sur de África. Eso viene ocurriendo desde hace un año", indicó Peter Tirschwell, v vicepresidente de Comercio Marítimo de S&P Global Market Intelligence.
En paralelo, las milicias hutíes asentadas en Yemen, único aliado fiable que le queda al régimen de los ayatolás, podrían reiniciar los ataques en el mar Rojo e incluso atacar 'por la puerta de atrás' a Arabia Saudí, como sucedió con los ataques de 2019 a varias refinerías de Aramco. Este doble ataque de pinzas sería el último paso para desestabilizar la región.
Un petróleo a 130 dólares
La situación va escalando y esto va provocando poco a poco que los analistas vayan subiendo sus apuestas como si de una cerrar de caballos se tratase. El día del primer ataque, los expertos de Deutsche Bank aseguraron que el cierre del Estrecho de Ormuz llevar el petróleo a los 120 dólares. Más tarde, otros expertos empezaron a hablar de 130 dólares, puesto que este cierre implicaría rutas mucho más largas, tediosas y costosas en términos de eficiencia y económicos.
Ahora, con el beneficio que da el tiempo y el análisis pausado ya se empieza hasta hablar de 150 dólares por barril. El cierre de este punto de estrangulamiento supondría que la principal 'sonda' por la que se alimenta China quedaría taponada, por lo que Pekín tendría que buscar petróleo en otros mercados, lejos de Irán. Esto podría generar un efecto sustitución que amenaza las compras de crudo de los países europeos, por ejemplo. Cada barril de crudo iraní que China deje de consumir se convertirá en un crudo de otro país que China intentará comprar. Ese crudo tiene hoy ya compradores.
Casi la mitad de los barriles de petróleo que compra China pasan por el estrecho de Ormuz, estamos hablando del 53% de sus importaciones de crudo o 4,2 millones de barriles diarios. Mientras que EEUU y Europa han ido virando sus dependencia de la región hacia otros puertos, la realidad es que China se ha puesto en brazos de Catar e Irán. Por lo tanto, lo que ocurra los próximos días y semanas puede sacudir por completo al país y al mercado.
"El petróleo del Golfo está geográficamente concentrado y atrapado en un único punto"
Irán ha amenazado repetidamente con bloquear el Estrecho de Ormuz, especialmente durante las crisis con Estados Unidos en 2011, 2018 y 2020. Hasta la fecha, estas amenazas nunca se han materializado en un cierre total, pero su mera mención basta para provocar un aumento en el precio del crudo. Según varios bancos, un cierre total del Estrecho podría disparar los precios del crudo por encima de los 120 a 150 dólares por barril, o incluso más si el conflicto se prolonga.
Para Deutsche Bank, "el escenario de un cierre total del Estrecho, que provocaría una interrupción de 21 millones de barriles diarios durante dos meses, podría impulsar el precio del petróleo por encima de los 120 dólares por barril, o incluso más si la oferta mundial se ve interrumpida permanentemente".
En una nota de Rabobank, los analistas incluso mencionan un repunte hacia los 150 dólares por barril, recordando que en 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, el Brent rozó brevemente los 139 dólares. Pero la diferencia aquí es fundamental: "El petróleo del Golfo está geográficamente concentrado y atrapado en un único punto de acceso", señalan. "No es una exageración, es un hecho".
TD Securities, por su parte, señala que "el mercado petrolero se encuentra actualmente en una situación de sobreoferta, pero si el Estrecho se bloquea, incluso temporalmente, ninguna capacidad de producción, ni de la OPEP ni de Estados Unidos, podrá compensar de inmediato un déficit de 17 a 20 millones de barriles diarios".
Por un lado, esto amenaza con generar una oleada de Inflación energética. Los precios del petróleo crudo y el gas se dispararían, afectando las facturas de los hogares, los costes industriales y la inflación general. Un aumento del precio del petróleo por encima de los 120 dólares provocaría "una caída del crecimiento mundial, similar a la de 1973, 1990 o 2022", señala Deutsche Bank. Crisis energética en Europa y Asia: Europa sigue dependiendo en gran medida del GNL catarí, que transita por Ormuz. Y para Asia, "el cierre del Estrecho sería un duro golpe, especialmente para China, India y Corea del Sur", según ING.
Pero también con generar una interrupción de las cadenas de suministro. Más allá de la energía, Ormuz también es un eje clave del comercio marítimo mundial. Un cierre prolongado aumentaría las primas de los seguros marítimos, lo que afectaría a los precios de los bienes importados y retrasaría muchas importaciones.
Solo el miedo ya golpearía con fuerza el gas
Los precios del gas a nivel mundial se preparan para un golpe, menor al del petróleo, pero también clave. Por ese paso angosto en el Índico pasa el 20% del GNL del planeta. Además, se trata de un punto clave para el abastecimiento de China. Los países del golfo pérsico son clave para entender el suministro del mayor consumidor del planeta. Según datos de la EIA el 23% del mismo viene de la mano de Catar, siendo el segundo máximo vendedor superando a Rusia y solo siendo menor que Australia.
Cabe destacar que estos son los datos abiertos pero que el negocio con la propia Irán también es muy relevante siendo uno los países con mayores reservas y 'bloqueado' por sanciones que hacen que las operaciones no se vean reflejadas. Ya no es solo que Pekín compre 1,7 millones de barriles diarios de crudo iraní sancionado a través de la 'flota fantasma', según datos de Kepler, sin embargo se sospecha que tambien compra gas natural licuado, aunque no hay cifras oficiales al respecto.
Todo esto crea un cóctel explosivo, para el mercado de gas a nivel mundial pero particularmente para Europa. Con las reservas de gas al 54% y ante un verano caluroso, los almacenes europeos tienen que llenarse rápidamente para llegar al 85% de capacidad de cara al invierno. Aunque estos límites se han relajado con unos precios caóticos, la realidad es que irrumpir en un mercado destrozado por Ormuz puede ser letal para el Viejo Continente.
Solo Catar representa el 4,3% del suministro de gas de Europa, el quinto proveedor, con Noruega, EEUU, Argelia y Rusia por delante
Y ya no es solo que una China desatada y desabastecida pueda romper el mercado, sino que la propia Europa depende en buena medida del gas de Catar para completar su suministro, unos envíos que se quedarían encerrados a las puertas de Ormuz. Según los últimos datos del el Instituto de Economía y Análisis Financiero de la Energía (IEEFA, por su siglas en inglés), Catar suministra en total 13,4 BCM al año (al menos esas fueron las cifras de 2024). El primer trimestre ya fueron 3,5 BCM, frente a los 3,1 de hace un año. En resumen, los pedidos estaban repuntando ante unos pedidos en caída de Rusia por el cierre del gasoducto de Ucrania.
Para poner en contexto estas cifras, estamos hablando de que solo Catar representa un 4,3% del suministro total de gas, incluyendo tanto GNL como gasoducto. Se trata del quinto mayor proveedor de la región superado solo por Noruega, EEUU, Argelia y Rusia. Un suministro de gas que desparecería de la noche a la mañana dejando un claro vacío en los planes de abastecimiento de Europa. El Viejo Continente se vería abocado a lanzarse al mercado de contratos global, el spot, compitiendo de forma agresiva con países de todo el mundo que se encontrarían en la misma situación.
En declaraciones a elEconomista, Ana María Jaller-Makarewicz, analista principal de energía de IEEFA, explica que "un golpe en el estrecho de Ormuz, ya no un cierre, sino incertidumbre respecto al mismo, provocaría que los precios subieran de forma muy sensible". La experta explica que todo se vería afectado por las altas temperaturas y demanda del verano que podrían convertir la escalada en catástrofe. "Es un momento decisivo, ahora es un punto de abastecimiento clave para los almacenes europeos. Solo sería peor en invierno".
Esto de momento está teniendo un impacto relativamente moderado en los precios de referencia en Europa que han pasado de los 34 euros el megavatio hora a 39 desde que empezó el toma y daca de Irán e Israel. Sin embargo, desde ING consideran que si se dan más pasos "los precios subirán significativamente dado que el mercado está realmente equilibrado pero cualquier amenaza de interrupción desataría un déficit y una brutal competencia entre compradores asiáticos y europeos".
Desde Tempos Energía, en declaraciones a elEconomista se habla de que "aunque todavía no se ha producido un bloqueo físico, Qatar ha ordenado a sus buques esperar fuera del canal y Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la zona". En este contexto, China juega un papel clave: es un comprador prioritario de GNL qatarí (con importaciones que ya alcanzan los 8,8 millones de toneladas en lo que va de año), por lo que, "en caso de disrupción prolongada, tendría que competir directamente con Europa por los escasos suministros alternativos".
"Es un camino de doble sentido, Irán no podría sacar petróleo de allí, sería sin duda un tiro en el pie y afectaría tanto a ellos mismos como a sus aliados"
A pesar de que desde Tempos Energía ven esto como un episodio transitorio, solo con la tensión esperan que podamos ver episodios de volatilidad que lleve el precio del megavatio hora hasta los 50 euros. Sin embargo "creemos que hay mucha emocionalidad y podría invertirse la situación rápidamente con vías diplomáticas. Hay que recordar que el estrecho ha sido una amenaza recurrente, pero nunca utilizada". En ese sentido creen que lo normal sería que el megavatio hora tienda hacia un rango habitual de 35 euros. Sin embargo, "todo depende de que la demanda China se mantenga apagada".
Cabe destacar que durante 2019, en la primera legislatura de Trump solo con ataques a cargueros concretos en la región (en el marco de una escalada de tensiones parecida) provocó una subida en el precio del barril del 4% y del 4,27% en un solo día para el gas europeo. En resumen, una escalada incluso mayor, una vez el mercado se crea que puede haber peligro real, debería ser incluso mayor.
En cualquier caso, Jaller-Makarewicz comenta que ve muy improbable un cierre total de Ormuz debido a que Irán sería el que más tendría que perder de ese intercambio de golpes. "Se trata del cuello de botella más importante del mundo. Es un camino de doble sentido, Irán no podría sacar petróleo de allí, sería sin duda un tiro en el pie y afectaría tanto a ellos mismos como a sus aliados". En cualquier caso, solo el miedo podría desatar subidas sin precedentes, un miedo que ya se está instaurando con diversos barcos alejándose del estrecho y extremando precauciones en el Mar Rojo.