Energía
¿Distensión en Oriente Medio? Esto es lo que se juega Europa con la desescalada de Irán
- Los analistas ven un posible evento temporal que no tenga impacto...
- ... pero si la crisis se mantiene desataría un rebrote de la inflación
Álvaro Moreno, Vicente Nieves
El caos parecía volver a extenderse por Oriente Medio. Un toma y daca de ataques entre Israel e Irán parece estar desescalando con la noticia de que Irán buscará de forma urgente el fin de las hostilidades, sentándose a la mesa de negociación. Esta situación ha llevado a que el barril de petróleo suba con fuerza y que crezca la incertidumbre en todo el mundo. Ahora, aunque el crudo caiga con el paso adelante desde Teherán, desde Bruselas se mira con ansia lo que pase en el país persa. El futro de la UE depende de que esta distensión cristalice.
Con el BCE ya dándose una tregua con los tipos, la economía de la eurozona ha entrado en una nueva fase. La inflación ya parece atada y el mayor gasto abre la puerta a una época de algo más de crecimiento. Sin embargo, lo que ocurra en la región puede cambiarlo todo. Con la energía como principal foco, todo el contexto que se ha construido a fuego lento se enfrentaría a un giro radical si el caos se mantuviese. Esto es lo que opinan los expertos.
El riesgo del petróleo
George Saravelos, analistas de Deutsche Bank, explica en una nota publicada hace unas horas que "en el escenario más negativo, de una interrupción total del suministro de petróleo iraní y el cierre del estrecho de Ormuz, el precio del petróleo podría superar los 120 dólares por barril".
En un escenario más moderado, de una reducción del 50% en las exportaciones iraníes sin una interrupción más amplia, el aumento del precio del petróleo se limitaría a los niveles actuales, lo que implica que este es el escenario que el mercado actualmente descuenta. Estos precios son los 74 dólares actuales del Brent, unos niveles que ya se encuentran 14 dólares por encima de los vistos a principios de mayo.
Sorprende que los expertos hablen de un 'golpe' tan comedido al crudo en una guerra tan peligrosa y con un gran productor de petróleo por medio como es Irán. Sin embargo, esto tiene explicación. Frente a los embargos petroleros del pasado en los que la OPEP y los países musulmanes actuaban como un auténtico bloque, esta vez es diferente. Arabia Saudí, aunque no lo dice públicamente, está más cerca de EEUU que de Irán, mientras que la capacidad ociosa del reino (unos 2-3 millones de barriles) podría amortiguar (si se usa) el golpe que supondría el cierre del Estrecho de Ormuz o un ataque que redujera en un 50% la producción de crudo de Irán. Es esto, en parte, lo que está permitiendo que el precio del crudo cotice este esta semana con cierta tranquilidad, incluso con leves descensos en la jornada de este lunes. Aunque la situación no sea tan grave como en principio parece.
"Si el petróleo sube con fuerza se desencadenaría un importante shock inflacionario que reduciría el crecimiento en muchos países importadores"
Algunos analistas creen que haría falta unas tensiones mucho mayores para ver algo más que una prima temporal. Norbert Rücker, responsable de Investigación Económica y Next Generation de Julius Baer, explica que "si bien la situación sigue fluctuando y hay un alto grado de imprevisibilidad, el mercado es muy resiliente, es poco probable que los suministros están en riesgo".
El experto, señala que "el almacenamiento es abundante, la capacidad disponible también y las exportaciones están creciendo fuera de Oriente Medio. Nuestra mejor estimación es que este último estallido del conflicto seguirá el patrón habitual, con precios que subirán temporalmente antes de volver a los niveles anteriores".
Los expertos de Deutsche Bank insisten: "Se necesita algo que provoque un cambio fundamental en las variables macroeconómicas globales. Por ejemplo, si se concretara el escenario petrolero más negativo descrito por nuestros estrategas con el cierre del Estrecho de Ormuz llevando el petróleo por encima de los 120 dólares por barril, se desencadenaría un importante shock inflacionario que reduciría el crecimiento en muchos países importadores de petróleo", aseguran estos expertos.
Las comparaciones con los shocks de los 70, la invasión de Irak a Kuwait o la guerra de Ucrania parecen atractivas para los medios y los analistas, pero los expertos de DB creen que no tienen demasiado sentido: "La situación actual no se compara con estas, ya que los precios del petróleo apenas han recuperado los niveles previos al Día de la Liberación. Hasta cierto punto, los mercados también están considerando la posibilidad de que el conflicto pierde fuerza, como ocurrió en 2024. Por ejemplo, el presidente Trump ha instado abiertamente a ambas partes a llegar a un acuerdo, declarando ayer: "¡Pronto tendremos PAZ entre Israel e Irán!".
Una opinión algo distinta viene desde Edmond Rothschild. Michaël Nizard, responsable de multiactivos y overlay, comenta que se ha generado un "elevadísimo nivel de incertidumbre obligará a mantener una mayor prima de riesgo geopolítica en los precios durante las próximas semanas". El experto cree que el impacto del repunte del crudo en la economía mundial o una oleada inflacionaria en Europa se puede evitar "si la OPEP, y Arabia Saudí en particular, acuerdan aumentar la producción".
El gas no sufriría... salvo el escenario crítico
Por su parte, si bien el petróleo más caro parece una realidad, no ha sucedido algo similar con el gas europeo. Una de las principales preocupaciones cuando hay un evento geopolítico es en este frente, siendo una de las claves del pool europeo y abriendo la puerta a una escalada de precios clara. Según un estudio del propio BCE, un aumento del 10% en los precios del gas equivale a 0,1 puntos en la inflación europea.
Sin embargo y para sorpresa de algunos, los eventos entre Israel e Irán no han tenido un gran impacto en el TTF europeo (precio de referencia del continente, que es el contrato de la bolsa holandesa). Si bien ha habido una subida, esta ha sido limitada de solo 36 euros el megavatio hora a 38 desde que comenzaron los ataques entre Israel e Irán.
"Aunque hay ramificaciones para el mercado europeo, solo subirían los precios de forma significativa en el peor escenario posible, el cierre del estrecho de Ormuz"
Irán es el tercer mayor productor de gas del planeta, con 275.000 millones de metros cúbicos de gas natural. Por lo tanto, cualquier cosa que ocurra con este país de por medio afecta al mercado en general y, dado que Europa se abastece en los mercados internacionales, también se vería afectado. Sin embargo, desde ING señalan que solo un escenario llevaría a un enorme rally del gas europeo por lo que pasa en Oriente Medio.
"Aunque hay ramificaciones para el mercado europeo, solo subirían los precios de forma significativa en el peor escenario posible, el cierre del estrecho de Ormuz". Si el país realiza esta drástica medida quitaría a Europa a su cuarto mayor socio en gas, Qatar, que también representa el 20% del mercado mundial del gas natural licuado y que se borraría del mapa de una tacada. Para Europa es el quinto socio por detrás de Noruega (33% del suministro), Rusia (18%), EEUU (16,5%), Argelia (14,4%) y finalmente Catar con 4,3%. Sin embargo, ese agujero que dejaría en el mercado internacional provocaría "una competencia masiva por el resto de pedidos" comentan desde ING, algo que subiría los precios. Fuera de este escenario "el mercado está equilibrado" pero "cualquier caída abrupta de la oferta llevaría a un déficit".
El gas iraní si bien afecta, está fuertemente gravado por sanciones desde hace años por lo que el impacto en los mercados de gas europeos es muy indirecto y el continente se abastece con otros clientes que no se tendrían que ver, a priori, afectados por la crisis de Oriente Medio.
Rebrote inflacionario
En cualquier caso, si bien el gas no supone un desafío tan grande como sí lo hace el petróleo, los expertos esperan una inflación alzándose si el conflicto se mantiene y no hay una desescalada. Desde ING comentan que en caso de que la tensión siga avanzando esperan que "la inflación sería 0,6 y 0,4 puntos porcentuales mayor, respectivamente, en relación con su escenario base". Una situación que, más allá de los escenarios más complicados "dificultara la acción del BCE". Las cifras del banco neerlandés se basan en los proyecciones del último informe macro del mismo BCE que especifica que un cambio del 10% en los precios del crudo equivale a 0,4 puntos más en los precios.
Si el estrecho de Ormuz tuviera problemas para el tránsito de crudo y gas, según los modelos del BCE estaríamos ante un rebrote del IPC de hasta 1,2 puntos. Aunque no hablan de este evento concreto en sus últimas proyecciones macroeconómicas, sí que ponen de relieve una relación entre el IPC y el PIB frente a la subida del precio y del petróleo/gas. Con esto como base y teniendo en cuenta que estiman que un shock energético en oriente medio puede subir entre un 20-30% estos precios (según estimaciones de XTB), el impacto sería de esos 1,2 puntos.
Al igual que señalan los expertos de ING esto se traduciría en unos precios más altos a nivel general en EEUU. Precios más altos y PIB más bajo, la peor combinación posible para el consumidor. Desde Apollo explican que según el modelo de la Fed para la economía estadounidense, se espera que un aumento sostenido de 10 dólares en los precios del petróleo incremente la inflación un 0,4% y reduzca el PIB un 0,4%. Los aranceles también aumentan la inflación y reducen el crecimiento del PIB.
Esto sería una combinación falta: "Las restricciones a la inmigración también aumentan la inflación salarial y reducen el crecimiento del empleo. En resumen, el aumento de los precios del petróleo exacerba el shock de estanflación actual derivado de los aranceles y las restricciones a la inmigración", sentencian desde Apollo.
El golpe en el PIB
Por ahora el impacto en el PIB sería limitado. El BCE, en su último informe sobre precios de la energía comentaba que un aumento del 20% en los precios de la energía podría reducir el crecimiento en 0,1 puntos porcentuales tanto en 2026 como en 2027. El banco neerlandés explica que la lógica detrás de esto es que a medio plazo el conflicto y la energía más alta debilitaría la confianza de los consumidores. Un cóctel de incertidumbre y energía que "agregaría un elemento estanflación a las perspectivas de la eurozona".
Desde European Policy Center comentan que este elemento podría ser definitivo para la trayectoria del BCE, que hasta ahora se daba por hecho que había llegado a una tregua de recortes para dar uno o dos pasos más como mucho y llegar al 'tipo neutral'. La firma explica que si la situación se mantiene mucho tiempo y se acaba filtrando a los precios de la energía "tendría que volver a subirse los tipos, lo que acabaría golpeando más a la economía europea".
El alivio: la caída del dólar hace un alto
En cualquier caso la UE encontraría cierto alivio en el mercado de divisas. Hasta ahora la fortaleza del euro podría generar algunas dudas sobre las exportaciones del Viejo Continente. Sin embargo, tras los sucesos de Oriente Medio la debilidad del dólar ha encontrado un tope. Aunque la debilidad del mismo ha dado buena cuenta de cómo el billete verde está perdiendo sus poderes, ha supuesto un alto en el camino.
Desde Capital Economics comentan que "el dólar ha recuperado parte del terreno perdido a principios de semana tras los ataques nocturnos de Israel contra Irán. Si bien esto aún lo mantiene cerca de su nivel más bajo en más de tres años y cerca de romper por debajo del límite inferior de su rango de cotización posterior a 2022, sugiere que sus características de refugio seguro se mantienen".
Más allá del dólar como activo refugio, un factor que ha perdido fuerza desde el ascenso de Donald Trump, desde la firma ven un punto yaparte en la divisa en su cambio con el euro debido a la vinculación que se ha ido estrechando con el paso de los años con el petróleo. "Si el conflicto sigue o se agrava el dólar podría mejorar porque EEUU es un exportador neto de energía, un precio del crudo más alto lleva a un dólar más fuerte". Todo esto frente "a una economía como la europea que importa gran parte del petróleo y gas del exterior".
Coinciden desde ING, pues alegan que "si las tensiones se intensifican y los precios del petróleo siguen subiendo, debería haber más margen de ganancia para el dólar, que ya está sobrevendido y muy infravalorado a corto plazo. Sin embargo, el repunte relativamente contenido del dólar esta mañana demuestra que ha perdido parte de su estatus de refugio seguro y que persiste un sesgo bajista estructural".
Los mercados de bonos europeos se consolidan
Por su parte la renta fija europea recibe gracias a la crisis de Oriente Medio un espaldarazo clave. Las rentabilidades de los principales títulos de deuda de la región caen a medida que los inversores buscan en los bonos alemanes, franceses, italianos… etc un refugio seguro. "Los mercados ya habían reaccionado el jueves a la escalada de tensiones en torno a Irán, con los bonos del gobierno alemán reafirmando su estatus de refugio seguro al comenzar a superar el rendimiento de los swaps" defienden desde ING.
El banco neerlandés explica que esperan, en cualquier caso, "una reacción moderada en el mercado de deuda". Pues aunque la incertidumbre provoque que estos activos seguros se convierten en un faro, la realidad es que los problemas económicos pueden acabar restando solidez a las perspectivas de los títulos. Algo que se mezcla con "unas mayores preocupaciones por el gasto de la UE".
El estrecho de Ormuz es el factor decisivo
Todo esto es en caso de una escalada o mantenimiento del conflicto pero sin implicar al estrecho de Ormuz. Sin embargo, simplemente con amenazarlo el riesgo se dispararía. Desde Mirabaud recuerdan que son ya muchas las veces que se ha puesto en peligro el tránsito entre ambas partes.
La firma recuerda la guerra de los petroleros en 1980, cuando se atacaron a los buques, pero también los enfrentamientos de lanchas y buques de guerra de EEUU e Irán en 2008, el secuestro de un buque comercial por parte de Teherán en 2025 y los ataques en 2019 a varias embarcaciones. Cabe recordar que aquel eventó derivó en una escalada EEUU-Irán que, según reconoció el propio Trump, estuvo al límite de la declaraciones de guerra e invasión del régimen de los ayatolás. También ha habido eventos similares en 2022, 2023, y 2024, con ataques o secuestros contra los petroleros.
"Un simple ataque o amenaza puede disparar los precios del petróleo". Según Mirabaud tal es el impacto que no solo "se renovaría la presión inflacionista" tanto en EEUU como en Europa. Por lo tanto, este escenario sería el elemento clave que puede convertir Oriente Medio de un elemento de tensión en una bomba de relojería auténtica que desate una crisis a nivel global.