Luis Aires: "No tenemos incentivos para invertir con la Ley de Cambio climático"
- "Hay que ver si la sensibilidad que muestra el Gobierno se plasma en la Ley"
- "Hay una recuperación del 5% del consumo cada semana, un 20% al mes"
- "Una horquilla entre 30 y 50 dólares sería razonable hasta final de año"
Rubén Esteller
Luis Aires, presidente de BP España y de la Asociación de Operadores Petrolíferos, es el máximo representante del sector petrolero en nuestro país en pleno debate sobre la Ley de cambio climático y del plan de recuperación por la Covid-19.
¿Qué les parece el nuevo proyecto de Ley de Cambio climático?
Estamos en el momento de la verdad. Hemos hablado de borradores de la Ley de Cambio climático desde hace un año y medio. Si recuerdas, el primero fue en noviembre de 2018, la semana antes del 25º aniversario de AOP. Ese borrador hablaba entonces de prohibición para todo lo que no fuese el vehículo eléctrico. Desde entonces hasta ahora ha habido un cambio. Se ha introducido el concepto de neutralidad tecnológica. Ya no hay una prohibición de las tecnologías que no sean eléctricas. Hay unos objetivos muy ambiciosos en los cuáles, como asociación, estamos de acuerdo. Las empresas hemos tenido nuestro propio viaje interno y nos hemos fijado objetivos de descarbonización para llegar a las emisiones netas cero. Estamos más alineados que nunca con unos pequeños cambios.
¿En qué consisten los cambios?
En el artículo 11 se habla de combustibles alternativos sostenibles pero se limita al tráfico aéreo. ¿Cuál es nuestra propuesta? Pues no hablar exclusivamente del tráfico aéreo sino de todo el tráfico dando paso al uso de los biocombustibles. En segundo lugar, el artículo 12 tiene el objetivo de que en 2040 los automóviles tengan emisiones directas de cero. Para nosotros, con quitar la palabra directas es suficiente para permitir los combustibles sintéticos que usan el CO2 que capturas del aire y el hidrógeno. Las emisiones netas serían cero, aunque emitiría por el tubo de escape. Pensamos que con esas dos pequeñas modificaciones se da cabida a los combustibles en la Ley. ¿Por qué pensamos que es importante darle cabida? Porque nos estamos jugando mucho en la industria. Si los únicos productos líquidos con contenido en carbono que la legislación futura incentiva a que produzcas tiene que ver con el tráfico aéreo supone un porcentaje muy pequeño de la producción de cualquier refinería. ¿Qué incentivos tienes para hacer las inversiones que queremos hacer como sector para transformar las refinerías españolas en refinerías de cero emisiones y reducir la huella de carbono? No tienes ningún tipo de incentivo. No estamos pidiendo ningún tipo de ayudas económica sino simplemente un marco legislativo.
¿Qué inversión supondría la conversión de las refinerías?
Depende mucho de la configuración de la refinería, pero te puedo anticipar que la conversión completa es de miles de millones por cada una de las refinería.
¿Cuál sería el escenario si no se hicieran esas inversiones?
Seguiríamos emitiendo lo mismo en la producción. Los carburantes tendrían el mismo contenido en carbono y mientras podamos venderlos en el mercado nacional se venderían y en el momento en el que ya no se pudieran vender, se exportarían a otros países cercanos de África. No estaríamos contribuyendo al cambio climático y tendríamos un tejido industrial que, con el paso del tiempo, iría cerrando.
¿El sector ha puesto sobre la mesa estas inversiones para que el Gobierno las tenga en cuenta?
Hemos discutido nuestros planes con el Gobierno. Esta semana, los sectores que forman parte de la Alianza para la industrialización hemos tenido una videoconferencia con la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, y con la secretaria de estado de Energía, Sara Aagsen, para hablar de los planes para la recuperación. El mensaje fundamental es que pensamos que todas las medidas que pueden ayudar en el corto plazo pasan por generar más demanda e intentar no cargar a la industria con costes que la hagan menos competitiva. Desde el punto de vista de nuestro sector, le damos mucha importancia al medio y largo plazo. En el petróleo hemos vivido innumerables crisis de oferta y de demanda. El precio del crudo sube y baja o que la demanda caiga un 25% , como pasó de 2008 a 2014, suponen escenarios en los cuáles estamos acostumbrados a vivir por la naturaleza de nuestro negocio. Son temas importantes, pero para nosotros es crucial la transformación del sector. Es importante que el Gobierno conozca los planes y nuestro compromiso -que lo conoce- y la oportunidad que tenemos como país de seguir invirtiendo en un industria puntera, que genera empleo de calidad y que nos va a permitir liderar a España en la reducción de emisiones en Europa. Ese mensaje va calando cada vez más en el Gobierno y esperamos que se tengan en cuenta las peticiones que estamos haciendo de estas modificaciones.
¿Cómo recibió la vicepresidenta esta propuesta?
Los mensajes de la vicepresidenta fueron positivos. Primero reconoció la labor que el sector ha jugado durante la crisis sanitaria. Llevamos unos meses en los que las refinerías y las estaciones de servicio han estado funcionando. En el peor momento de la crisis, el 98% de las estaciones de servicio con una bandera de AOP estaban abiertas. Hemos sido capaces de garantizar la operación de las refinerías y las estaciones de servicio con seguridad para los empleados y para los clientes. No se ha corrido ningún riesgo de suministro y se ha mantenido el empleo. Hemos sido capaces de capear del temporal en un situación tremendamente difícil y lo hemos hecho con responsabilidad.
A continuación, la vicepresidenta hizo comentarios positivos en cuanto al papel que los ecocombustibles van a poder jugar en la transición energética y reconoció que teníamos mucha razón en las peticiones que estábamos haciendo. Lo que hay que hacer ahora es ver si esa sensibilidad que está teniendo el Gobierno se plasma en los artículos de la ley. Para eso hemos tenido una conversación con más detalle con la secretaria de estado de Energía y en los próximos días quedamos que tendríamos una reunión, para que nos dijeran cuál va a ser su posición. En paralelo, hemos visto a los grupos parlamentarios y con todos los que nos hemos podido reunir reconocen que la transición es un objetivo muy ambicioso. que necesita de la colaboración de todos los sectores y todo lo que hemos visto son palabras de apoyo. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos. Queremos ver cómo se plasman esas buenas palabras en un lenguaje que nos dé esa tranquilidad para poder invertir en reducir las emisiones y hacer que las refinerías españolas sean las más competitivas y sostenibles de Europa.
¿Como está evolucionando la demanda de carburantes?
La demanda a nivel internacional de aviación ha colapsado entre un 90% y un 95% y sigue a estos niveles de caída. A partir de ese momento, todos los refineros tuvimos que ajustar la producción, porque ya sabes que esa parte no la vas a vender. En la primera quincena de abril tuvimos caídas de un 80% en el mercado local. Un mes más tarde, del 60%. Esta semana, del 40%. Hay una recuperación del 5% cada semana desde el suelo de abril. Aun así, una caída del 40% es enorme y lo que no vendíamos lo estábamos colocando fuera. Los inventarios a nivel mundial estaban subiendo y eso hizo tambien ajustar. Hay refinerías, las menos competitivas, que cerraron en Italia, Turquía y Portugal. En España han bajado entre un 20% y un 30% la producción al principio en abril, pero conforme se saturaron los mercados internacionales por la exportación se pudo retomar el mercado nacional.
¿Ven venir ya nuevos impuestos para los carburantes?
La fiscalidad medioambiental es un tema muy importante. Como asociación, llevamos hablando mucho tiempo y pensamos que como parte de la transición energética tiene que haber un coste sobre el CO2 que se puede poner por soluciones fiscales o mecanismos de mercado como un cap and trade. Entendemos que tiene que haber un coste del CO2 que tiene que ir llegando al sector y a todas las fuentes de energía de forma que se pague más en función de la contaminación. Es algo en lo que estamos de acuerdo y apoyamos y que a nivel de Europa en algún momento llegará. Y cuando llegue, hay que ver cómo y qué mecanismos se establecen de forma que si en Europa el CO2 va a tener un coste, habrá que ver qué barreras se ponen para cuando llegue un producto de fuera donde no se paga por el CO2. Habrá que imponer un coste a la entrada para proteger a la industria europea y que para cuando se exporte haya un mecanismo parecido al IVA de la exportación.
¿Puede subir en España?
Hay que ver como país lo que se hace en Europa. Esto no son cosas que se hagan solo a nivel de país. Cualquier cosa que sea retocar el impuesto del gasóleo frente a la gasolina se puede hacer, aunque pensamos que no es la solución. Hay que ver el coste del CO2 y hacer un diseño integral. Cada Gobierno puede hacer pequeños ajustes y decidir en cada momento. Se quería subir algo el coste del impuesto especial para acercar el precio del gasóleo al de la gasolina. Medidas de ese tipo es posible que ocurran, porque estaban ya anunciadas.
¿Qué impacto puede tener?
Quizás puede tener algún impacto sobre la demanda y la recuperación económica. Hay que pensarlo bien. Un impuesto adicional sobre el gasóleo que se utiliza mucho en el transporte de mercancías puede reducir la competitividad. La situación actual del Covid tiene que hacer al Gobierno pensar en los impactos que puedan tener estas medidas. No creo que sea el problema de tener un marco de referencia con el coste del CO2 si lo único que hacemos es subir el impuesto.
¿Qué les parece la subida de costes del 5% de Cores, tras años bajando?
Al final, cuanto más costes haya en la cadena de valor repercute en el consumidor final. En un momento en el que sufrimos las consecuencias de la crisis económica ayudas a estimular la demanda y no aumentar las cargas de las distintas industrias. Esas son el tipo de medidas más necesarias.
¿Cómo ven el Plan de incentivo al motor?
Una de las medidas que apoyamos son medidas que reactiven la de-manda de automóviles sea cual sea la tecnología, porque somos conscientes del peso que tiene esta industria en nuestro país y del efecto tractor y dinamizador que tiene en la economía. Medidas que ayuden las aplaudimos, sean motores eléctricos o de combustión interna. Lo apoyamos, porque ayudan a reducir las emisiones. El parque automovilístico español es de los más antiguos de Europa, con 12,7 años. Cualquier vehículo antiguo que cambies por uno actual, sea cual sea la tecnología, el consumo va a ser menor. Vamos a ahorrar casi un 30% de las emisiones y el problema de calidad del aire de las ciudades, un vehículo actual tiene un 85% menos de óxidos de nitrógeno que un diésel de hace quince años.
¿Volveremos a ver precios negativos en el petróleo?
El precio negativo que se vivió en un momento puntual en Estados Unidos por los problemas logísticos en la terminal de cierre de Cushing de los futuros. Es algo de lo que hablaremos durante muchos años, como algo anecdótico. Son circunstancias excepcionales en un momento excepcional.
¿Cómo ve los precios?
Los precios del petróleo empezaron el año muy bajos y llegaron a estar en menos de los 20 dólares. Los países de la OPEP han empezado a reducir producción y ya hemos visto una corrección. Ya está en los 40 dólares. En los próximos meses, espero una banda entre 30 y 50 dólares, que puede ser razonable de aquí a final de año a no ser que ocurra algo que ahora se nos escapa. El mercado vivía una situación anómala por los cortes de producción de la OPEP a principio de año y ahora, tras la recuperación por la pandemia, vuelve a la normalidad.