Empresas y finanzas
Abengoa se arriesga a quedarse sin nada en la nueva Abengoa
- La batalla de los minoritarios puede llevar a los acreedores a tomar el 100% de Abenewco 1
- El expresidente de Amper, Clemente Fernández, se postula para presidir la firma sevillana
Javier Mesones, Rubén Esteller
La escisión en el seno de Abengoa Shares, la plataforma que aglutina a accionistas minoritarios representativos del 15% del capital de Abengoa, ha reavivado las incertidumbres respecto al desenlace de la compañía, que se halla en preconcurso de acreedores desde el pasado 18 de agosto.
Tanto que existe el riesgo de que la matriz incluso se quede sin ni siquiera el 2,7% de Abengoa Abenewco 1, la conocida como nueva Abengoa y que es ya la que tiene el control sobre todos los negocios y los activos.
Los accionistas minoritarios se han dividido como consecuencia del acuerdo que los representantes de Abengoa Shares alcanzaron el pasado martes con los principales acreedores de Abengoa, con Santander y KKR a la cabeza. La propuesta obtuvo 9 votos a favor y 6 en contra, dando así validez a la propuesta que la ingeniería sevillana incluso trasladó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta falta de unanimidad ha ido más allá en la votación realizada entre todos los miembros de la plataforma, de manera que el 55% de los más de 1.350 accionistas minoritarios que la integran la han rechazado.
El exdiputado Marcos de Quinto se desvincula de Abengoa Shares
El resultado provoca que Abengoa Shares ya no pueda seguir adelante con el plan, que contempla que los accionistas de Abengoa SA tendrán derecho al 12% de la revalorización de Abenewco 1 en caso de que se produzca un evento de liquidez (venta de una participación de control o salida a Bolsa). Para ello, recoge la creación de unos instrumentos financieros (PIVs) para canjear las acciones de Abengoa SA. Marcos de Quinto, la figura que ha estado en la cabecera pública de la plataforma, se desvincula. El despacho Navas & Cusí, por su parte, tiene el encargo para el nombramiento de los nuevos consejeros en la junta de este martes.
El acuerdo queda ahora en el aire. Éste no había podido ser firmado por las partes porque Abengoa Shares no está constituida como una asociación, si bien la comunicación a la CNMV demostraba el compromiso de Abenewco 1 y los acreedores de cumplirlo.
Los accionistas minoritarios reactivos al acuerdo se están movilizando para instrumentar una nueva plataforma a través de la que retomar la hoja de ruta que inicialmente promovía Abengoa Shares: aumentar sustancialmente la participación de Abengoa SA en Abenewco 1 que contempla el Plan Vellocino, nombre con el que se bautizó el acuerdo de reestructuración firmado por los mayores acreedores el pasado 6 de agosto.
Los accionistas minoritarios reactivos al acuerdo se están movilizando para instrumentar una nueva plataforma
En concreto, el plan diseñado por el equipo Gonzalo Urquijo, cesado a instancias de Abengoa Shares como presidente de Abengoa en la junta de accionistas del pasado 17 de noviembre y todavía presidente de Abenewco 1, con el asesoramiento de KPMG, implica que Abengoa SA pasará de tener el 77,5% de Abenewco 1 al 2,7%. Un porcentaje que los accionistas minoritarios siempre han considerado insuficiente, planteando alternativas en las que mantendrían entre el 20% y el 38% de la sociedad.
Pero esa pretensión se ha topado con la cruda realidad que fijan los acuerdos aprobados en sucesivas juntas de accionistas desde 2017, por los que, a través de una estructuración financiera muy compleja y de difícil comprensión para inversores no cualificados, los fondos y bancos que inyectaron liquidez o asumieron quitas para refinanciar una deuda que en 2015 superaba los 20.000 millones de euros se quedaron con derechos vinculantes sobre el capital de Abenewco. Este vehículo se ha ido 'llenando' progresivamente con los negocios del grupo andaluz en detrimento de la matriz, Abengoa SA, que siguió en todo caso cotizando -está suspendida desde el 14 de julio pasado-. Así, Santander y el resto de acreedores tienen el as de convertir su deuda en acciones de Abenewco 1 anticipadamente y quedarse con el 100% de la compañía.
Esta opción ya ha sido trasladada por las entidades a los accionistas minoritarios en el marco de las negociaciones que mantienen desde que en la junta del 17 de noviembre derrocaron a Urquijo y el resto de consejeros de Abengoa –no pudieron sin embargo nombrar a sus candidatos, con Marcos de Quinto para la presidencia–. Es ante esta posibilidad por lo que los representantes de Abengoa Shares plegaron sus pretensiones originales. Lo hicieron a cambio de acuerdo que les abre la puerta a recuperar al menos una parte de su inversión en el futuro, siempre que la evolución de Abenewco 1 sea la prevista en el plan de viabilidad. Y, además, les permitiría aún aspirar al 2,7% de la sociedad, si bien esta posibilidad está aún lejos puesto que está condicionada a que el 94% de los proveedores que tienen una deuda de 153 millones de euros con Abengoa SA acepten una reestructuración con créditos participativos. Un porcentaje que por ahora se torna muy difícil de conseguir. Para lograrlo hay tiempo hasta el 18 de febrero, fecha en la que vence el plazo legal del preconcurso de acreedores.
La renuncia de los consejeros
En este escenario, el próximo martes se celebrará una junta de accionistas de Abengoa en la que se elegirá un nuevo consejo con tres miembros. Lo previsible es que sean nombradas las personas propuestas por Abengoa Shares: Margarida Smith, Jordi Sarrías y Juan Pablo López-Bravo. Estas podrían seguir adelante con el plan pactado al ser en todo caso independientes y en aras, si lo consideran así, de proteger a Abengoa SA. Ahora bien, de acuerdo con las fuentes consultadas, la idea actual es que alguno de ellos renuncie, posibilitando el nombramiento por cooptación de representantes que previsiblemente la nueva facción de minoritarios quiere llevar a la asamblea. Por el momento no se ha oficializado nada por parte de estos accionistas, pero ya mantienen negociaciones con el expresidente de Amper, Clemente Fernández, que sería el elegido para presidir el grupo, según fuentes conocedoras.
Su nombramiento genera dudas jurídicas, pero en el caso de que pudieran llevarlo a cabo, el plan consistiría en cesar al consejo de Abenewco, con Gonzalo Urquijo a la cabeza, y echar para atrás la Operación Vellocino, al menos en lo referente a la participación del 2,7%. Pero en esa hipótesis los acreedores podrían también en paralelo tomar el control de la sociedad y anular cualquier pretensión de los minoritarios. Así eliminarían el único obstáculo para sacar adelante la reestructuración, quedando Abengoa SA como una empresa sin activos, sin actividad y con una deuda de 153 millones, es decir, condenada al concurso. De llegar a este punto, los acreedores tendrían que decidir si mantienen el plan de canjear las acciones por PIVS o si por el contrario dejan definitivamente sin absolutamente nada a Abengoa SA y sus accionistas.
El problema de que los hechos sean estos es la amenaza de una posterior litigación y los nuevos retrasos que podrían producirse en la refinanciación. Y el objetivo, por cuestiones no menores en materia fiscal, es concretarlo antes del 31 de diciembre.