Los impagos del crédito al consumo escalan a su mayor nivel en seis años
- La morosidad alcanza los 5.110 millones, el 5,57% del saldo de préstamos
- ERTEs y desempleo pasan factura sobre la capacidad de los hogares para pagar sus deudas
Eva Díaz
La pandemia hace estragos en la capacidad de las familias a la hora de afrontar sus deudas. La morosidad en los créditos al consumo ya se sitúa en el 5,57%, un ratio que no se alcanzaba desde hace seis años, cuando los hogares comenzaron a desapalancar su deuda tras la última recesión económica. A cierre del primer semestre del año la cifra de impagos en este segmento de créditos alcanzó los 5.118 millones de euros, sobre el total de 91.769 millones de euros de la cartera de préstamos al consumo de la banca que opera en nuestro país, según los datos del Banco de España.
La última cifra similar se remonta a septiembre de 2014, cuando el volumen de impagos se situó en 5.262 millones de euros. Entonces el ratio de mora era mucho mayor, estableciéndose en el 8,81%. Sin embargo, a cierre de ese ejercicio, la tasa se situó en el 6,93%. Un año después, a diciembre de 2015, el ratio de morosidad estaba en el 5,48%, un nivel que ya se ha superado en esta crisis.
La mala situación económica por la que pasa nuestro país a consecuencia de la crisis sanitaria ha dejado mella en las familias, muchas de ellas afectadas por unas peores condiciones económicas, ERTEs o en situación de desempleo. Esta huella ya se deja notar en la peor capacidad de pago a la hora de afrontar sus deudas. Lo primero que dejan de pagar los clientes ante una mala situación son los préstamos personales, primando habitualmente el abono de las hipotecas.
No obstante, esta crisis también está dejando huella en el pago de las hipotecas, aunque aún de forma muy moderada. A cierre del primer semestre, los impagos en los préstamos para la adquisición de una vivienda se situaron en 16.897 millones de euros. El ratio de mora aún se mantiene bajo, en el 3,76%. Sin embargo, el volumen de impagos suponen por primera un repunte tras años de caída desde la última crisis. No obstante, este incremento aún es muy moderado, del 0,33%, frente al primer trimestre del año.
El sector financiero español espera comenzar a percibir un mayor incremento de la morosidad a partir del primer trimestre del año que viene, una vez culminen los plazos de las moratorias de préstamo que hay en vigor. Cabe recordar que al inicio de la pandemia, tanto el Gobierno como las propias entidades pusieron en marcha medidas para aplazar el pago de los créditos a las familias y empresas que se hubieran visto económicamente más afectados por los efectos del coronavirus.
Así, la banca permitió aplazar hasta doce meses el abono de las hipotecas y hasta seis meses, el de los créditos al consumo. Por tanto, será a partir abril cuando comiencen a finalizar las medidas para aquellos que pidieron posponer hasta doce meses el pago de su hipoteca, mientras que las primeras moratorias para los créditos al consumo han comenzado a expirar este mes de octubre.
La recuperación se pospone
Cuanto mayor sea la crudeza de la crisis, más difícil será para los clientes cumplir con sus compromisos con los bancos. Y en España la situación se colorea oscura. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya señaló el pasado martes que España es el país más afectado por la pandemia y el nivel de desempleo no bajará hasta 2022. Además, el Banco de España prevé que el país no se recuperará hasta 2023 y considera que la situación aún puede empeorar más.
Además, respecto a las empresas, el BCE ya ha dado la voz de alarma y señala que las compañías españolas son las que más deuda han absorbido durante la crisis a través de los avales públicos en comparación con las del resto de la zona euro. A su juicio, las firmas se han visto abocadas es tirar de crédito ante la falta de estímulos por parte del Ejecutivo como moratoria de impuestos o ayudas directas. En el global de la deuda de las empresas españolas, el 11% ya corresponde a los compromisos adquiridos a través de los avales ICO. La cifra dista de la situación de las firmas de otros países europeos. En Francia, el peso de la deuda de las empresas adquiridas a través de este sistema solo alcanza el 5%; en Italia, el 4% y en Alemania, el 2%.
El Banco de España reclama al Gobierno la puesta en marcha de otros estímulos para las empresas que no implica un mayor endeudamiento como ayudas directas o la entrada en el capital de compañías que son viables a través del fondo de 10.000 millones gestionado por la SEPI para rescatar empresas.