Deporte y Negocio

LaLiga del coronavirus: arranca una temporada marcada por la pandemia y el golpe económico a los clubes

  • LaLiga trabaja con un 50% de reducción en taquilla por los estadios vacíos
  • Barcelona y Real Madrid ya tienen en mente bajar los salarios de sus jugadores
  • El gasto en fichajes solo representa el 20% del total invertido en el curso 19/20
El Real Madrid defiende el título conquistado en la 19/20. Foto: Reuters.

Adrián Arranz
Madrid,

Un año más, LaLiga arranca una temporada que promete 38 jornadas de infarto para buscar un digno campeón, unos puestos europeos y evitar el terrible descenso. Sin embargo, la 20/21 estará marcada por el coronavirus y las consecuencias que la pandemia ha dejado en el fútbol español. Lejos de cursos prósperos en lo económico, los clubes se vieron obligados a apretarse el cinturón desde marzo y a lo largo de esta temporada tendrán que vigilar más que nunca por sus cuentas mientras luchan por unos objetivos deportivos que, con toda la crisis, son más que fundamentales.

Pérdida en patrocinios, rebajas salariales, gradas vacías, escasos fichajes... Son solo algunos de los temas que más han afrontado las directivas de las 20 entidades que esta campaña participarán en LaLiga Santander. Precisamente, el 'main sponsor' de la competición finaliza su acuerdo en esta 20/21 y, aunque la buena relación entre banco y patronal es evidente, la covid-19 también deja la duda de si habrá sexta campaña de común acuerdo. Renovado el acuerdo a principio de 2019, Javier Tebas y los directivos del Santander siempre se han mostrado cómodos yendo de la mano hasta el punto de llegar a abrir una jornada bursátil en Wall Street.

El número de acuerdos con patrocinadores ha descendido un 9%, mientras se maneja una reducción del 50% en venta de abonos y entradas

Pero mientras LaLiga sigue velando por sus patrocinadores (todos los importantes se han mantenido pese a la crisis) y con un colchón de no tener que vender sus grandes paquetes de derechos de televisión (el nacional se lo adjudicó en su mayoría Movistar+ hasta 2022, mientras el internacional lo maneja Mediapro hasta 2024), sus problemas entienden más de despachos y guerras con la RFEF o el CSD. Ahí, Tebas deberá seguir lidiando por los partidos de los lunes y los viernes, los protocolos sanitarios o las demás disputas que vayan surgiendo.

Más dificultades tendrán sus clubes, siempre bajo al amparo de la patronal, que ya son conscientes de todas las rebajas en sus cuentas que deberán hacer a lo largo del curso. Mientras los patrocinadores solo han decrecido un 9,1% respecto al anterior curso (hay 308 acuerdos con bancos, bebidas, automoción, cervezas...), LaLiga ya ha avisado que se trabaje con un 50% (como mucho) de la habitual taquilla.

Esto implicará graves pérdidas económicas, sumadas a las ya latentes de la pasada temporada suspendida durante tres meses y reanudada sin público. Con la vista puesta en 2021 para el regreso de los aficionados a los estadios, los equipos deberán estar, mínimo, otros tres meses sin venta de abonos y entradas. Un considerable daño financiero que afecta tanto a grandes como a pequeños.

El Barça perderá 320 millones sobre los 1.000 presupuestados

El Barcelona, uno de los clubes con mayor vulnerabilidad en su caja y con vistas a las elecciones de marzo del próximo año, ya ha reconocido un descenso del 30% en los ingresos (320 millones), en general, y alrededor de 80 millones de euros en taquilla, en particular. Unas previsiones en línea con las fijadas por Tebas que dependerán de que la normal actividad pueda reanudarse a partir de enero y con ello un turismo fundamental para el conjunto culé (la tienda y la venta de entradas el día de partido deja cerca de 120 millones al año).

Muy similares serán las previsiones de pérdidas del resto de clubes que tienen en las opciones más factibles la reducción de salarios y la venta de jugadores para minimizas la caída. Si ya tras tener que parar en la pasada campaña 19 de los 20 clubes de Primera se acogieron a ertes o reducciones salariales (solo el Getafe se salvó), mientras que el Elche también abogó desde Segunda por el expediente de regulación temporal de empleo y Cádiz y Huesca pactaron la rebaja de sueldo con sus plantillas, los recortes continuarán este curso.

El propio Barcelona o el Real Madrid son solo algunas de las entidades que ya han reconocido que tendrán que negociar con sus vestuarios para bajar los salarios millonarios de los futbolistas, mientras otros más humildes podrían alargar el erte en sus distintos empleados. Con la nula presencia de aficionados en las tiendas oficiales, el sector del 'retail' es el más vulnerable sin turismo, así como los distintos comercios alrededor de los estadios que dependen de la llegada de hinchas antes y después de los encuentros.

Una vía para minimizar pérdidas que podría y ya está yendo acompañada de la venta de activos -jugadores-. A falta de tres semanas para que cierre el extraño mercado de fichajes (5 de octubre), los clubes de LaLiga llevan un saldo positivo de 63 millones con unas ventas superiores a los 340 millones. Por ende, las compras se desarrollan con cuentagotas y, hasta la fecha, no alcanzan las 50 incorporaciones con 288 millones invertidos. Una distancia sideral respecto a los cerca de 1.500 'kilos' gastados en el verano 19/20.

Muestra de ello, las políticas de Real Madrid, Valencia y Betis sin un solo euro destinados a nuevos jugadores y con ingresos por ventas de 66,5, 59,5 y 35 millones, respectivamente, cuando otras campañas estaban en los puestos altos de mayores inversiones. También, las reticencias del Barcelona para dejar salir gratis a Leo Messi o Luis Suárez o que otros cuatro clubes, junto a los anteriormente citados, tampoco hayan costeado incorporaciones.

La rara 20/21. Una campaña que empieza con tres encuentros aplazados, por el alargue de las pasadas Champions y Europa League y el Playoff de ascenso y que tendrá como gran protagonista la pandemia del coronavirus. Ante las gradas vacías y la falta de ingresos, el fútbol español está más que nunca obligado a proteger sus finanzas mientras hace malabares para soportar la planificación deportiva.