Banca y finanzas
El euríbor de las hipotecas atropella a los otros índices del euríbor: los bancos ya aplican los futuros recortes de tipos
- La expectativa de recorte de tipos provoca un cortocircuito en el interbancario
- La sombra de los tipos negativos todavía interfiere en el euríbor
- ¿Qué pasará con el euríbor en 2024? Terminará el ejercicio cerca del 3%
Francisco S. Jiménez
Por primera vez desde 2005, el tipo de euríbor a más largo plazo ofrece menos interés que el euríbor a una semana. Este cortocircuito del mercado interbancario se produce porque los bancos comerciales europeos han comenzado a aplicarse bajadas en los tipos de interés para el capital que se prestan a un año, al anticipar los futuros recortes de tipos del BCE para 2024.
Las señales del mercado interbancario cada vez son más claras para tomarse en serio el cambio de ciclo del euríbor. El euríbor a doce meses, el que funciona como referencia para ciento de miles de hipotecas en España, ofrece un interés más bajo que otros plazos más cortos. Supone una auténtica anomalía para este tipo de mercado dónde solo operan bancos para financiarse entre ellos. Ahora mismo, los bancos se están prestando liquidez con un mayor coste de capital a corto plazo que a largo.
"Lo normal es que el diferencial entre el euríbor a tres meses y doce se sitúe históricamente en 30 puntos básicos", comenta Pau Monserrat, fundador de Futur Finances y profesor de Economía Financiera de la Universitat de Les Illes Balears (UIB). Ahora mismo el diferencial es negativo en 20 puntos básicos. Los bancos comerciales se están empezando a prestar más barato en el plazo más largo porque están anticipando que a doce meses los tipos de interés estarán en un nivel inferior al actual.
Actualmente, el euríbor a doce meses se sitúa en el 3,72% y es la referencia con el interés más bajo. Hay que tener en cuenta que en el mercado interbancario hay cruces de operaciones para obtener liquidez entre las entidades financieras a varios plazos. Los distintos índices del euríbor, incluso el euríbor a una semana, ofrece intereses más elevados que la referencia hipotecaria. Es una situación rara porque cuando se presta dinero los intereses suelen ser más elevados a plazos más largos. El prestatario asume más riesgo y lo compensa aplicando un mayor interés.
El euríbor es un índice que refleja la caída o la subida que se aplican los bancos cuando se prestan capital. Por eso funciona como una referencia de cómo evolucionan los intereses en los mercados financieros. "Es típico de los puntos de inflexión de final de ciclo de política monetaria y se produce cuando se espera un recorte en los tipos de interés", explica Adrià Morron, economista de CaixaBank Research, y añade que "a doce meses recoge la bajada, produciéndose una pequeña inversión en la curva".
No es la primera vez que pasa, pero hay que remontarse a 2005 para observar un comportamiento parecido. El euríbor a doce meses ha roto con el resto de primos en la mayoría de los inicios del ciclo bajista de los tipos hasta que llegó la crisis de 2008. Casualidad o no, en este episodio el euríbor corrió por libre respecto a los tipos del BCE, llegando a marcar un diferencial de 125 puntos básicos. Años después, algunos de los bancos implicados en la elaboración del índice y su homólogo en Reino Unido, Libor, estuvieron implicados en escándalos de manipulación.
A partir de 2020 los cálculos para elaborar el euríbor cambian. Ya no se tienen solo la información de los intercambios que facilitan los propios bancos, también se tiene en cuenta las propias estimaciones del propio mercado, lo que está facilitando que las expectativas de recorte de tipos se estén trasladando con mayor facilidad al mercado interbancario. El objetivo de la reforma del euríbor plus fue dar mayor transparencia al mercado y reducir el riesgo de manipulación.
¿Qué está pasando?
Todo el mercado descuenta que el BCE recorte tipos durante 2024, pero no una bajada o dos, sino hasta seis movimientos descendentes. El euríbor no está siendo ajeno a estas expectativas, al ir de la mano con los tipos oficiales. Desde finales de septiembre, cuando marcó máximos del actual ciclo alcista (4,22%), no ha parado de bajar, coincidiendo con el mensaje del BCE de que iba a terminar la subida de tipos. Este extremo se confirmó en la siguiente reunión del pasado mes de octubre.
El índice hipotecario ha acelerado las caídas y lleva siete días consecutivos de bajadas, mientras se acerca la última reunión del año del BCE. Para las hipotecas y euríbor el conclave será decisivo para saber si las caídas a plomo continuarán. De momento, los miembros del banco central son los únicos que se resisten a ofrecer señales de recorte de tipos. Será clave si la presidenta del BCE, Christine Lagarde, cambia el mensaje oficial. Ahora mismo, la frase más repetida que resuena es "demasiado prematuro para hablar de recortes".
El mercado ya empezado a descontar la primera bajada de tipos para marzo, pero ese escenario no lo contempla el euríbor a tres meses, que se mantiene estable. El mercado interbancario lo hace viable en el euríbor a seis meses, coincidiendo con la primera bajada de tipos para mitad de 2024. Las previsiones de los expertos contemplan que el euríbor para finales de 2024 termine cerca del 3%. Los futuros del euríbor también han apretado el acelerador y apuntan a que pueda terminar el próximo año por debajo del 3%.
¿Qué implicaciones tiene?
Básicamente financiación más barata para todo el mundo, no solo para las hipotecas. El euríbor refleja el precio que ponen los bancos comerciales para prestarse capital entre ellos. El mercado interbancario es de los primeros eslabones del crédito. Si los tipos de interés bajan, más temprano que tarde se trasladará a la economía real, con crédito a menor coste para empresas y familias.
Aunque el euríbor sea solo un índice, tiene su propia curva de tipos, igual que sucede con la deuda soberana, y tiene la misma dinámica. En los bonos, la rentabilidad a corto plazo es menor que a largo plazo, o por lo menos es lo habitual, al responder a la lógica de riesgo que afronta un inversor. El emisor tiene que ofrecer tipos más altos cuando la deuda dura más. El problema es cuando esta lógica se rompe y la curva de rendimiento queda invertida, como está sucediendo con el euríbor y con la deuda europea, ya que suele anticipar una lectura negativa para la economía.