Transportes y Turismo

El Gobierno allana el camino a Skoda para avanzar en su plan de fusión con Talgo

Fábrica de Skoda en Ostrava (República Checa). / Skoda

Víctor de Elena

El 'no' del Gobierno a la entrada del consorcio Ganz-MaVag en Talgo por razones de seguridad nacional allana el camino al otro actor interesado en el fabricante de trenes español, el grupo checo Skoda, que a mediados de julio hizo público su interés en una fusión entre ambas partes.

La compañía centroeuropea fue la única industria ferroviaria que respondió a la llamada de Moncloa para auspiciar una operación alternativa a la adquisición húngara de la compañía fundada por Goicoechea y Oriol, pero descartó hacerlo mediante una contraopa dadas las dificultades financieras atravesadas durante los últimos años, de las que todavía se está recuperando.

La propuesta de "integración industrial y combinación de negocio" planteada sin mucho detalle el pasado 16 de julio fue ampliada diez días después con una nueva carta en la que el CEO de Skoda, Petr Novotny, reclamó a la dirección de Talgo "abrir un diálogo" para explorar una fusión entre ambas empresas mediante la apertura de sus libros.

"Nuestro objetivo principal no es lograr el control de Talgo. Tampoco pretendemos privatizar la compañía, por lo que no estamos considerando lanzar una oferta por sus acciones", exclamó entonces el máximo ejecutivo de Skoda Group, quien llamó a negociar la fórmula para integrar sendas empresas en una.

Para ello, puso a disposición de la sociedad española hasta siete plantas con 365.000 m2 de capacidad industrial para hacer frente a la necesidad más urgente de Talgo en este momento: ser capaz de atender sus pedidos. Además, prometió facilitarle asistencia en tareas donde consideran que "requiere asistencia", como soldadura, pintura, propulsión, producción eléctrica, fases de pruebas o puesta en servicio.

La respuesta de la dirección española no se hizo esperar, después de que los principales accionistas se mostrasen contrarios a la fusión existiendo una oferta económica sobre la mesa. El consejo de administración de Talgo declinó la propuesta checa al considerar que Skoda "no tiene ninguna intención de iniciar una oferta pública de adquisición competidora".

Amparándose en los límites de la Ley de OPAs, los directivos contestaron al máximo ejecutivo de Skoda alegando que, "en esta etapa, no es el momento adecuado para explorar alternativas potenciales distintas". Dejaban así abierta la puerta a hacerlo el futuro, que este martes quedó más despejado.

En Talgo, por el momento, aguardan con prudencia a la espera de que avancen los hechos. Aunque confirman que están al tanto del rechazo del Gobierno, una vez hecho público mediante una nota de prensa del Ministerio de Economía, desde el fabricante esperan a que Magyar Vagon reciba la notificación oficial del Gobierno y le comunique "sus próximos pasos" en un encuentro próximo al que todavía no ponen fecha.

El consorcio húngaro tenía el apoyo total del consejo de administración del fabricante, que calificó la oferta de "amistosa" y dio luz verde a la propuesta de adquisición por el 100% de la compañía. Sin embargo, la encrucijada en la que se ha visto situada la compañía tras la injerencia del Gobierno les ha obligado a mantener una apariencia total de neutralidad en sus comunicaciones y declaraciones. Así lo explicitaron el consejo en las mencionadas respuestas a la propuesta de fusión; su presidente, Carlos de Palacio, al ser preguntado por este medio, y su CEO, Gonzalo Urquijo, en las últimas conferencias celebradas con analistas.

Pese a todo, desde la compañía reconocen que tomarán sus propias decisiones, una vez constatado que su futuro no pasará por Hungría. "Talgo continúa con su actividad industrial y de negocio y sus compromisos con trabajadores, clientes y proveedores como ha hecho a lo largo de sus más de 80 años de historia", aseguran desde la empresa, que sigue centrada en la producción de trenes para Alemania (Deutsche Bahn), Dinamarca (DSB) y España (trenes de la serie 107 para Renfe).