Zegona y la fusión de Orange y MásMóvil darán alas al bajo precio
- El fondo aportará agresividad comercial a la futura Vodafone
- Zegona reforzará Lowi con ofertas 'premium', pero con precios reducidos
- Telefónica adaptará su plan estratégico al nuevo escenario competitivo
Antonio Lorenzo
La semana más convulsa del negocio de las telecomunicaciones que se recuerda encumbrará a los operadores de bajo precio como ganadores del nuevo escenario competitivo. Por lo pronto, tres nombres propios destacan del resto: Digi, Lowi y la revivida Virgin Telco, ahora transmutada en Vodafone España. El acuerdo de compra de esta última compañía por parte de la firma de capital riesgo Zegona, anunciado el pasado martes por un importe de 5.000 millones, ha sacudido el tablero de juego y ha descolocado todas las piezas. Algunas de ellas, como a Orange-MásMóvil, les ha sorprendido el movimiento de Zegona en la recta final de su fusión, lo que multiplica la incertidumbre en un proceso ya sobrado de contratiempos.
El estado de perplejidad también invade a Telefónica, acuciada por las fuerzas implosivas de su accionariado, ante un futuro cada vez más empinado hacia la guerra de precios. Por si fuera poco lo anterior se añade la inminencia de un plan de negocio que su grupo detallará el próximo miércoles.
Los analistas consultados por elEconomista.es coinciden en que el futuro se pone áspero para los dos líderes del negocio, Telefónica y Orange. Las multinacionales española y francesa, que históricamente pedían a gritos la consolidación del sector para reducir el número de contendientes y acabar con la destrucción de valor en su actividad, tienen todos los visos de encontrarse en la casilla de salida, como un retorno al pasado. "No querían caldo y ahora tienen dos tazas", sentencia otro observador del mercado.
El motivo de la preocupación se resume en dos palabras: bajo precio. Ese low cost, tan aplaudido por los consumidores para reducir sus facturas, es letal para las grandes telecos. "La espiral de descuentos merma los ingresos y retrae las inversiones", esgrimen.
En el bando contrario de los grandes operadores se esperan movimientos. Los 'mavericks' del negocio confían en rescatar conceptos como "oferta premium con el máximo ahorro", que enarboló Virgin Telco, la marca de alcance nacional de Euskaltel, cuando Zegona mandaba en la teleco vasca, ahora integrada en el grupo MásMóvil.
La batalla de tarifas se presume inevitable en el futuro, algo que no se esperaba hace una semana
El fondo británico presidido por Eamonn O'Hare volverá a España en cuanto se formalice la compra de Vodafone España, a lo largo del primer semestre de 2024, una vez superada todas los requisitos burocráticos, incluida la autorización pandémica del Gobierno a cualquier gran inversión extranjera. Y además, lo hará con José Miguel García al frente de los mandos. Si por algo se distingue a este ejecutivo es por su capacidad para amargar la vida al poder establecido del sector con su receta de ofertas competitivas y de calidad, como ya practicó en sus tiempos con Jazztel. Con ese catecismo, la nueva Vodafone España cargará la suerte en los precios ajustados sin renunciar a los estándares de la primera fila.
El nuevo poder de Lowi y Digi
Como muestra de sus intenciones, O'Hare ya anticipó que impulsará Lowi, la enseña barata de Vodafone, un segmento que demanda acciones inmediatas. "Creemos que Lowi es una gran marca, pero necesitamos dotarla de armamento para competir con Digi en el bajo precio". Entre sus planes, por ejemplo, se contempla la incorporación de la televisión de pago.
La evolución de los acontecimientos promete convertir a Digi en el gran triunfador del nuevo mapa que se presupone para el próximo año. La compañía que dirige Marius Varzaru elude el término low cost para sustituirlo por el de precios inteligentes. Por el simple hecho de invitar a los clientes a no pagar por prestaciones que no utilizan, la factura mensual del usuario gana en la comparativa con otros planes promocionados como ofertas de derribo. Ahora Digi tiene por delante la gran oportunidad de comprar las frecuencias españolas de telefonía más baratas de la historia, en condiciones muy ventajosas como fruto de las condiciones de la fusión de Orange-MásMóvil.
De hecho, Bruselas tendrá fácil autorizar la unión del número dos y cuatro del mercado si se acompaña de cesiones generosas para que otros competidores ocupen las plazas que quedan vacantes. Y la compañía mejor situada es Digi.
Pero nada será gratis. Ni mucho menos. El propio Varzaru ha estimado en 2.000 millones la inversión que su compañía debería acometer si se ponen a tiro los remedios de Orange-MásMóvil. Los analistas de Barclays desarrollan el escandallo: unos 1.000 millones de euros en espectro y 1.000 millones de euros en inversiones en redes de radio, core y backhaul. Por lo tanto, el mismo operador debe medir sus fuerzas, para dar un salto de calidad en el mercado español y, 15 años después de su aterrizaje, convertirse en un operador de red, capaz de ganar plena autonomía en el negocio, así como flexibilidad comercial y operativa. En función del precio de las concesiones, Digi también podría hacer sus cuentas y mantener su statu quo, ahora con un acuerdo de alquiler con la red de Movistar, y sin los compromisos de inversión en frecuencias, despliegue de las mismas y mantenimiento de las infraestructuras, entre otras exigencias.
¿Un Digi con 90 MHz?
Las compensaciones derivadas de la fusión prevén incluir las transferencia de frecuencias de telefonía excedentarias de 3,5 GHz, cuya suma de Orange y MásMóvil provocaría desequilibrios en la competencia. La integración de Orange España y MásMóvil suma 190 megahercios de la referida banda, por lo que deberían poner en el mercado un mínimo de 70 MHz, para así no superar el límite de 120 MHz fijado por el Gobierno para cada operador. Con esa distribución del espectro, Telefónica conservaría sus 100 MHz, Vodafone haría lo propio con 90 MHz, mientras que Orange-MásMóvil podría desprenderse de hasta 90 MHz para así empatar con Telefónica. Semejante botín catapultaría al cuarto operador (presumiblemente Digi) hasta la altura de Vodafone, y muy cerca de Telefónica y Orange-MásMóvil. En la banda de 2.100 MHz, la fusionada teleco podría deshacerse de 30 MHz FDD y 5 MHz TDD; mientras que en la de 1.800 MHz peligran otros 29,6 MHz en el grupo en vías de fusión. En las bandas de 700, 800 y 900 MHz no hay que hacer cuentas ya que MásMóvil no dispone de estos recursos.
Pendientes de Telefónica
El plan estratégico que Telefónica presentará el próximo martes está llamado a contemplar el previsible impacto de la vuelta de Zegona a España, al menos en las proyecciones correspondientes a su filial doméstica. Según explican fuentes del sector, el grupo que preside José María Álvarez-Pallete está estaría obligado a revisar las hojas de cálculo ante el protagonismo que prevé ganar el segmento del bajo precio.
La batalla de tarifas se presume inevitable en el futuro, algo que no se esperaba hace una semana. Pero en el vuelco de la situación no sólo afecta la irrupción de la firma británica, sino que también impacta la próxima resolución de la fusión de Orange España y el Grupo MásMóvil. Según se desprende de las estimaciones de la CEO del grupo Orange, Christel Heydemann, la formalización de la integración se realizará a finales de año, tras el visto bueno de Bruselas a los remedios propuestos por Orange y MásMóvil.
Los efectos colaterales de la fusión de Orange-MásMóvil, con Digi como comprador de las frecuencias, resultará gravoso para Telefónica de España por la pérdida de su mayor cliente. Se trata de Digi. Una vez que este operador adquiera su propio espectro, dejaría de alquilarlo a Telefónica, cuya factura anual ronda los 300 millones, según valoraciones de los analistas de Barclays.
La filial española genera el 27% de los ingresos totales del grupo, según los datos del primer semestre del año, así como el 30% del oibda. Con esa dimensión, el peso de España en el plan de negocio del grupo resulta determinante. De hecho, el flujo de caja que aporta la subsidiaria española resulta clave para la sostenibilidad del dividendo. Hasta el primer semestre, los ingresos de la filial han mantenido la senda de crecimiento ya evidenciada el trimestre anterior abril-julio (+0,3% interanual), pero ahora ya incorporada la actualización de las tarifas al alza. En un entorno de mayor agresividad comercial, la teleco deberá ponderar la respuesta de los consumidores ante eventuales nuevas subidas de precios.
Por otra parte, Telefónica asume que el próximo año perderá el liderazgo en clientes en el mercado español, ya sea con la fusión de Orange y MásMóvil o, en caso de que esta no prosperara, con una hipotética integración de la nueva Vodafone España, ahora en manos de Zegona, y el propio grupo MásMóvil.