Opinión

Cómo afecta Putin a las mega tendencias


    Víctor Alvargonzález

    El mundo está en estado de shock. Putin le ha quitado la inocencia y lo ha devuelto a la realidad. El mal existe, las guerras también, el petróleo puede cotizar a 120 dólares, el gas puede llegar a costar una fortuna y ambos sirven para que un autócrata financie la invasión de un país europeo independiente. Peor todavía: las energías alternativas no están preparadas para sustituir ni a uno ni al otro.

    Putin también ha devuelto a la realidad a los inversores. Toca repasar conceptos e ideas que previamente se aceptaban como realidades absolutas. Hoy vamos a repasar cómo afecta el reality check de Putin a las mega tendencias de inversión comúnmente aceptadas.

    La transición de energías dañinas para el medio ambiente a energías verdes era sin duda una de las principales ideas de inversión que había en el mercado. De hecho, justo cuando las cotizaciones de estas empresas estaban languideciendo, llega Putin a recordarle al mundo que, cuanto antes deje de depender de regímenes autocráticos para obtener energía, mejor.

    Tendremos que agradecerle eternamente a Putin que Occidente se haya dado cuenta de que tiene que espabilar y que tiene que hacerlo rápido, porque, cuando no sea Putin, será un país árabe o por materias primas controladas por China. No es que nos vayamos a librar de la dependencia de las materias primas en general, gas y petróleo incluidos, pero cuanto menos dependamos, mejor. Los inversores en energías alternativas también le van a estar agradecidos a Putin, aunque a corto plazo también vamos a tener que "agradecerle" que se dispare el precio del carbón o del petróleo. O tal vez tenemos que agradecérselo a nuestros políticos y a su imprevisión de cerrar las centrales nucleares.

    Por el contrario, este baño de realidad que beneficia a la E del acrónimo ESG ("Enviromental") perjudica a la S de "socialmente responsable". Gracias a Putin también se va a proceder a un fuerte incremento del gasto militar que se ha notado en la cotización de las empresas armamentísticas. Desgraciadamente y teniendo en cuenta la mala pinta que se le está poniendo al mundo, el gasto militar va a ser claramente una mega tendencia. Y nada menos socialmente responsable que la guerra.

    En cuanto a las mega tendencias tecnológicas, está ocurriendo algo parecido a lo ocurrido en el entorno ESG. Gracias a Putin, la inflación, que podría haber sido relativamente transitoria, ahora es una realidad a medio y ya veremos si largo plazo. Así que otros que están entrando en un baño de realidad son los bancos centrales, y van a dejar de regar con dinero barato el sistema. Precisamente ese dinero que se invertía en todo tipo de proyectos tecnológicos más porque "molaba" que por su rentabilidad real. Ahora la búsqueda del unicornio tecnológico va a ser más cara y eso se notará en el sector.

    Pero, de nuevo, el efecto del realismo que impone Putin más que cambiar totalmente las tendencias las convierte en algo más selectivo. A las empresas que están pensando en tomar posiciones en el marketplace gigante que va a ser el metaverso, no les preocupa mucho lo que ocurra en Ucrania. Ni que el dinero les cueste un 2 % más. Especialmente a las que se dedican a la ciberseguridad.

    Las infraestructuras, otra mega tendencia comúnmente aceptada, probablemente se vean positivamente afectadas. Como se pagan con pólvora del rey, es decir, con inversión pública, no les afecta que suban los precios. Cuando el dinero lo manejan los políticos, el límite es el infinito. Además, muchas inversiones en infraestructuras serán también inversiones en transición energética, así que no es un sector que se vaya a ver perjudicado. De hecho probablemente se vea muy beneficiado.

    Porque una cosa ha quedado clara: si el efecto económico de los confinamientos se decidió que se pagaría fabricando dinero y emitiendo deuda, el coste de las sanciones a Rusia se va a pagar con deuda. Con deuda extra sobre la deuda que ya había. Deuda para compensar el impacto que generan las sanciones en la cesta de la compra, pero también para generar actividad económica que compense el menor crecimiento que generan indirectamente estás sanciones. En realidad vamos a una mega tendencia keynesiana en la que todo se arregla con gasto público o, como se dice técnicamente, estímulo fiscal. No vamos a entrar si habría otras alternativas, lo que está claro es que la orientación keynesiana no le viene nada mal a la mega tendencia de las infraestructuras.

    Pero hay más. El baño de realidad de Putin genera nuevas mega tendencias, algunas tan o más interesantes que las mencionadas anteriormente. Y no nos referimos a temas de armamento que, por cierto y por principios, no vamos a recomendar a nuestros clientes. El mundo que viene ofrece muchas oportunidades de ganar dinero sin necesidad de hacerlo con armas que causan sufrimiento a la gente. Pero de las nuevas tendencias hablaremos en otra ocasión, que aquí nos hemos quedado sin espacio.