Opinión
Finanzas de pizarra: de Inditex a Mercadona (I)
José María Gay de Liébana
Toda experiencia entraña lecciones. Aprender en tiempos de dificultades, fijarse en cuáles son las virtudes de los líderes, entender el porqué de las pifias de quienes se equivocan y conocer los matices del entorno en el que se desenvuelve la actividad económica. Los acontecimientos precipitan que las estrategias empresariales cada vez estén más expuestas a incertidumbres y, en consecuencia, tengan que readaptarse a las circunstancias que imperan. También el corto plazo está sometido al imprevisto devenir que, de la noche a la mañana, puede hacer variar planes de actuación. El abrupto shock de la pandemia ha supuesto alterar muchos esquemas empresariales, replantear modus operandi de negocios, reestructurar el funcionamiento de compañías, adecuarse con rapidez a fin de resistir en un escenario radicalmente distinto por no decir que hostil en muchos casos. Desinvertir y adelgazar activos fijos para concentrarse en las entrañas del negocio. Reconvertir endeudamientos.
En España tenemos muchas entidades que gozan de alta reputación empresarial, cuya trayectoria es atentamente seguida por la opinión pública por su notoriedad y calificadas como referentes, por su manera de hacer las cosas, por decisiones pioneras que toman y, sobre todo, por su capacidad camaleónica para adaptarse a las cambiantes circunstancias. Dos de las compañías que obtienen un reconocimiento singular son Inditex y Mercadona. Ambas llevan ejerciendo desde hace años un indiscutible papel de líderes: Inditex en el sector textil y Mercadona en la distribución alimentaria. Tanto la una como la otra han roto moldes, han hecho las cosas de modo diferente a como se venían haciendo y se han consolidado como sendos estandartes. Ambas tienen en común una serie de características que las dotan de su genuina energía.
Ambas firmas tienen capacidad camaleónica para adaptarse a las nuevas situaciones
Inditex, primera empresa por capitalización bursátil en el Ibex, es un ejemplo no solo de modelo de negocio, sino de internacionalización con presencia prácticamente en todo el orbe. Su modelo apuesta principalmente por las tiendas propias y el catálogo de sus enseñas es conocido en todos los rincones. La pandemia supuso un golpe para la empresa de Arteixo que se vio obligada a cerrar tiendas a causa de las restricciones. Sin Erte, la compañía de Amancio Ortega y encabezada por Pablo Isla, ha rediseñado con agilidad su estrategia. En 2020 sus ventas cayeron a 20.402 millones de euros frente a los 28.286 millones de 2019. Su resultado neto se ha recortado a 1.106 millones cuando en 2019 se elevó a 3.639 millones. Inditex ha aprovechado la ocasión para precipitar cambios en los formatos de sus plantas, optando por tiendas más grandes, que brindan más juego para la venta presencial y online, ha reforzado el comercio electrónico y acaba de lanzar su línea Zara Beauty. Sus resultados de este año retoman su habitual trayectoria. Con velocidad y flexibilidad, Inditex ha integrado su modelo de negocio combinando ventas en tiendas y online, imponiendo soluciones de omnicanalidad.
La textil ha sabido integrar su modelo de negocio, combinando ventas en tienda y online
Del balance de Inditex correspondiente al ejercicio 2020, cerrado a 31 de enero de 2021, destaca su afianzada solvencia: su deuda total, entre largo y corto plazo, asciende a 11.867 millones de euros, mientras sus activos suman 26.418 millones. El patrimonio neto de Inditex, 14.550 millones, equivale al 55% de su financiación total. Su solvencia a corto plazo, con activos corrientes por 10.957 millones y pasivos corrientes por 6.338 millones, es excelente. Y su liquidez, con 7.574 millones, cubre por completo su deuda a corto plazo de 6.338 millones. Evidentemente, los necesarios cambios de rumbo en la estrategia de Inditex, en la que su deuda financiera apenas suma 14 millones de euros entre largo y corto plazo, son factibles porque la empresa no es dependiente financieramente, cuenta con una liquidez que le imprime músculo y, por tanto, sus decisiones se implementan sin demoras. Cualidades indiscutibles de una empresa fuertemente capitalizada.