¿Un paso más cerca de la Unión del Mercado de Capitales?
Isabel Benjumea
La crisis sanitaria provocada por el COVID19 ha generado una crisis social y económica a nivel global cuyos devastadores efectos apenas estamos empezando a conocer en Europa. Las pequeñas y medianas empresas y los pequeños ahorradores están siendo los más golpeados y, por lo tanto, aquellos sobre los que se deben centrar todos los esfuerzos de recuperación. Evitar la destrucción de empleos y salvaguardar el tejido empresarial solo será posible si ofrecemos mejores opciones de financiación que permitan a las empresas acceder a la liquidez necesaria para sobrevivir.
La Unión Europea necesita una economía más competitiva y resiliente que nunca, y para conseguir tal objetivo uno de los caminos menos explorados, pero más útiles es la consecución del proyecto de la Unión de Mercados de Capital (UMC). Facilitar el acceso a financiación de las PYMES y aumentar las opciones de inversión de los pequeños ahorradores, estos son los dos principales objetivos que persigue el proyecto y ejes fundamentales del informe que esta semana se está debatiendo en el Parlamento Europeo y de cual soy ponente.
La UE necesita una economías más competitiva y resiliente que nunca
El informe se debate días después de que la Comisión Europea haya presentado su plan de acción. La CE ha presentado un buen paquete de medidas que, siguiendo las recomendaciones que el "High Level Forum" hizo públicas en junio, abordan los principales temas sobre los cuales se debe trabajar. Sin embargo, al igual que ocurrió con las propuestas del grupo de expertos, la Comisión no termina de abordar las cuestiones históricamente pendientes y largamente enquistadas.
No habrá mercados de capitales sin unión bancaria
En mi opinión, la CE no ha mostrado la ambición deseable en sus orientaciones y pronunciamientos sobre temas tan importantes como los impuestos, leyes de insolvencia, régimen de obligaciones o la cuestión de la supervisión europea. El plan de acción de la Comisión, además, no establece unos plazos de actuación que puedan animar a los países a completar las acciones necesarias para mejorar y construir el camino hacia unos mercados más fuertes y unidos. Los ciudadanos y negocios europeos no pueden seguir sufriendo las consecuencias de la prolongación en el tiempo de la toma de decisiones de aquellos asuntos en los que no hay una posición común. Es necesario no solo abrir el debate sobre los asuntos menos armoniosos y más conflictivos, sino también cerrarlo y concluir una línea de actuación y camino a seguir.
Uno de los asuntos más complejos es la dependencia del éxito de la UMC al de la Unión Bancaria. En mi opinión, no habrá Unión del Mercado de Capitales real sin Unión Bancaria, son interdependientes. La Unión Bancaria seguirá estando incompleta mientras carezca de un mecanismo de protección creíble para el Fondo Único de Resolución y mientras no se examine la necesidad de establecer y crear un mecanismo de estabilización fiscal para la zona del euro en su conjunto. En definitiva, la UMC debe complementarse con medidas políticas anticíclicas para garantizar la igualdad de acceso a la financiación y a las oportunidades de inversión en toda la Unión Europea.
No debemos olvidar que mientras nosotros debatimos, fuera de la UE otros mercados operan con éxito. La UE necesita convertirse en un mercado fuerte y atractivo, no solo para los propios ciudadanos europeos sino también para los empresarios e inversores extranjeros, especialmente después del Brexit. Es dramático comprobar la fuga de capitales e inversores que sufre Europa hacia mercados asiáticos o americanos. No podemos permitirnos que un inversor o un pequeño empresario no encuentre atractiva la oferta de capital europea y acuda a mercados extranjeros en busca de financiación. Si la Unión Europea quiere competir de manera global tiene que tener como prioridad el establecimiento de un tejido financiero fuerte, que facilite la entrada de nuevos actores o que refuerce la participación de los ya existentes. En definitiva, un mercado financiero que permita a las empresas e inversores operar de manera trasfronteriza de una forma más sencilla, unificada y rentable, facilitando un activo flujo de capitales dentro de la Unión.
Una unión del mercado de capitales real es más necesaria que nunca en Europa, sin embargo, a día de hoy, los altos costes, trabas burocráticas o los impuestos transfronterizos siguen dificultando una participación activa de las PYMES y los inversores minoristas en este tipo de mercados. De nada servirá este informe, ni el plan de acción de la Comisión Europa si no existe una respuesta conjunta y coordinada por parte de todos los actores involucrados en el mercado financiero. Solo la verdadera voluntad y compromiso de los Estados Miembro, de la industria y de las instituciones europeas puede hacer posible este proyecto. Espero que el informe que mañana se vota haga posible que pronto estemos un paso más cerca de lograrlo.