Motor
Aparcó un coche viejo en el patio trasero de su casa durante 14 años sin saber que podría valer más de 100.000 euros
- Lo dejó entre dos vallas para ocultarlo y nadie lo ha utilizado en más de una década
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Daniel Ceped
Para todos aquellos que no son amantes del motor, distinguir un simple coche viejo de un auténtico vehículo histórico no es fácil. Lo que para los coleccionistas es un auténtico tesoro, para otros puede ser un trozo de chatarra. Ese límite difuso hace que muchos propietarios abandonen sus automóviles pensando que no tienen valor, cuando realmente están descuidando una joya muy buscada por los expertos.
Y es que en ocasiones esas perlas de cuatro ruedas aparecen en los lugares más inesperados, como por ejemplo el patio trasero de una casa. Eso es precisamente lo que ha ocurrido en Sarasota, una ciudad de Florida, Estados Unidos. Una mujer aparcó un coche viejo en el patio trasero de su casa y no lo volvió a utilizar en años, sin saber que hay miles de apasionados del motor soñando con un modelo así.
14 años al aire libre
Hay coches que van pasando de manos en manos sin que nadie sepa realmente su valor. Es el caso de un Chevrolet Corvette de 1962, que ha pasado 14 años en el patio de una casa en Florida. Lo primero que llama la atención de este vehículo es, evidentemente, su antigüedad, ya que no es habitual que coches de hace seis décadas se conserven en la actualidad. Pero es que además se trata de un modelo que, en su momento, fue un automóvil de lujo y uno de los primeros deportivos de producción masiva.
El problema es que con el paso de los años se fue deteriorando hasta que en 2009 su dueño decidió construir una especie de caseta hecha de madera para proteger el vehículo. Logró levantar cuatro vallas alrededor del coche, pero en 2013 falleció y el coche quedó a la intemperie, ya que la construcción no tenía techo. Desde entonces nadie lo movió ni se molestó en revisar su estado, hasta que recientemente la heredera decidió deshacerse de él y de paso comprobar su valor.
El estado del vehículo
La mujer decidió contactar con Dennis Collins, experto en el rastreo de coches icónicos que voló hasta Florida para echarle un ojo en primera persona. En primer lugar, tuvo que destrozar la estructura de madera a base de fuerza para llegar hasta el Corvette. Una vez lo tuvo delante suyo, se llevó una gran decepción: el paso del tiempo había hecho de las suyas y el coche estaba en pésimo estado.
El clima, los insectos y los roedores destrozaron los asientos y los tableros. Las ruedas y la parte baja del vehículo estaban enterradas en la tierra, y tampoco tenía el marco del parabrisas, había perdido los pedales y, sobre todo, el motor. Sin embargo, la dueña del vehículo había conservado algunas piezas en el granero.
Pudieron rescatar el motor, el radiador, los faros, los indicadores, el techo, la palanca de cambios y la radio. Rápidamente comprobaron el número del motor, pero por desgracia de Collins, la pieza no pertenecía a un Corvette. Y lo más desagradable llegó al abrir el maletero, donde se encontró un nido de cucarachas.
Su valor
A pesar de las condiciones, Collins aceptó la oferta de la propietaria y se llevó el coche a su taller para desinfectarlo y darle una segunda vida. El objetivo es comprar un nuevo motor para, sí es posible, devolver el vehículo a la carretera. Una vez esté restaurado, el coche podría venderse por hasta 100.000 euros, por lo que el esfuerzo podría valer la pena.