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China no quiere sustos: mantiene los tipos de interés y se 'olvida' de la Fed

  • El Banco Popular no replica la subida en EEUU como hizo en marzo
  • Las tensiones de liquidez son habituales en junio en el sistema financiero
  • China está endureciendo su política monetaria de forma muy progresiva
<i>Reuters</i>

Reuters , elEconomista.es

El Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés) ha dejado los tipos de interés sin cambios a pesar de la subida anunciada ayer por parte de la Reserva Federal de EEUU, que situó la tasa de referencia en el rango del 1-1,25%. El banco central chino no ha dado más detalles sobre decisión, que difiere de la que tomó en marzo, cuando en apenas unas horas replicó la subida de tipos de EEUU con un endurecimiento de las condiciones de crédito. Desde entonces, el yuan se ha mostrado más resistente, pero los problemas de liquidez en el gigante asiático se han agrandado.

Los expertos no tenían una posición común sobre lo que haría el PBOC, si bien apuntaron que en China suele haber problemas de liquidez en junio, con el recuerdo fresco de lo que pasó en junio de 2013, cuando estos problemas asustaron a los mercados globales. 

A finales de aquel mes, el propio banco central tuvo que intervenir después de que el Shibor (equivalente chino del Euribor, referencia de los préstamos interbancarios) registrara la mayor subida diaria de su historia, 527 puntos básicos en solo una jornada. Entonces surgieron rumores incluso de impagos de algunas grandes entidades, con un sistema financiero que trataba de adaptarse a un Banco Popular de China que empezaba a mostrar que no estaba por la labor de seguir inundando de liquidez el mercado.

Replicando a la Reserva Federal

A pesar de no tocar los tipos, lo que si ha hecho es intervenir. El banco central ha inyectado hoy 90.000 millones de yuanes (unos 13.250 millones de dólares) en el sistema financiero para contrarrestar las tensiones de liquidez derivadas del tradicional pago de impuestos que se da en esta época. Además, en junio los bancos suelen acumular liquidez ante las inspecciones trimestrales del regulador.

En marzo, tras la anterior subida de tipos de la Fed de EEUU, el banco central encareció las operaciones de recompra de activos a corto plazo (las denominadas repos) y su facilidad de crédito a medio plazo, pero dejó los tipos de referencia a 1 año en el 4,35%. 

Animada por la mejora de la economía, no ha sido el único movimiento que se ha realizado en ese sentido. China ha elevado varias veces los tipos de interés a corto plazo este año como parte de un programa más amplio para reducir el riesgo y el apalancamiento en el sistema financiero tras años de estímulo propulsado por la deuda.

Aunque pequeños, estos movimientos llegaron de la mano de cambios regulatorios para controlar las formas más peligrosas de financiación, lo que en conjunto ha provocado un endurecimiento de las condiciones crediticias en los últimos meses. El temor a la banca en la sombra ha sido una costante en los últimos meses en un país que parece vivir siempre bajo la sombra de un archianunciado estallido de una burbuja inmobiliaria. 

Con todo, no hay pistas de que el Banco Popular de China vaya a seguir los pasos de la Fed y subir los tipos de referencia por los temores sobre el impacto que tendría en el crecimiento del país. China no ha tocado ni los tipos a 1 año ni los tipos de los depósitos desde octubre de 2015, cuando realizó la última bajada del 4,6% al 4,35% actual. Lo que sí que ha venido realizando, con sustos incluidos por el camino como la crisis que desató con la devaluación del yuan en 2015-2016, es un cambio de modelo económico para intentar sostener un crecimiento económico que hace apenas dos años parecía insostenible. 

De momento, los datos económicos están acompañando, pero las empresas empiezan a reportar unos mayores costes financieros y la banca está elevando el precio de las hipotecas, lo que eventualmente puede enfriar la economía del país. Desde BofA Merrill Lynch apuntan a que no creen que haya cambios en esta tendencia de moderado endurecimiento de las condiciones de capital mientras el crecimiento siga siendo superior al 6,5%.