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Cinco razones para no creer a los alcistas en Wall Street según Goldman Sachs


    José Luis de Haro

    Si la semana pasada estuvo marcada por la euforia desatada por los nuevos máximos del Dow Jones y el S&P 500, los expertos de Goldman Sachs optan por aguar la fiesta al mercado. Desde el banco estadounidense vuelven a reiterar que este último indicador terminará el año en los 2.100 puntos no antes sin sufrir una corrección que oscilará entre el 5% y el 10%.

    "Los inversores tienen problemas para reconciliar las extremas valuaciones en la renta variable y la renta fija", señala el equipo liderado por David Kostin en un informe publicado el lunes. Recordemos que el S&P 500 alcanzó los 2.164 puntos la semana pasada mientras que la rentabilidad de bono del Tesoro a 10 años tocó mínimos históricos en el 1,37%.

    "La brecha de rentabilidad entre la renta variable y los bonos se mantiene dentro de la media de la última década", avisan desde el banco al tiempo que advierten que igual que el apetito por el riesgo ha reinado desde que conocimos el resultado del referéndum a favor del Brexit, "este sentimiento puede revertirse muy rápido".

    De hecho, Kostin y los estrategas de Goldman ofrecen cinco razones para apoyar su tesis y frenar las creencias de los alcistas, que consideran que dada la política de tipos de interés ultraacomodaticios, el mercado puede sostener múltiplos de un PER (ratio precio-beneficio) superior a 20.

    En primer lugar, desde Goldman Sachs estiman que las valuaciones rozan ya "extremos históricos". En estos momentos el S&P 500 opera con un PER de 17,6, posicionándose en el percentil 89 si tomamos como referencia los datos cotejados desde 1976. Si el PER subiera por encima de estos niveles se situarían en extremos que sólo se justifican por los tipos de interés bajos.

    Por otro lado, el crecimiento nulo en los beneficios no respalda el encarecimiento en los precios de la renta variable que observamos actualmente. Con un crecimiento económico global anémico, una inflación baja y las políticas de tipos de interés negativos en Europa y Asía, la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU han tocado mínimos históricos. Al mismo tiempo, según proyectan desde Goldman, los beneficios empresariales sufrirán en el segundo trimestre su séptimo trimestre consecutivo de caídas interanuales en sus beneficios operativos acción.

    Tampoco hay que olvidar que la banca mantendrá su baja rentabilidad si los tipos de interés se mantienen en los niveles actuales, como vimos el lunes en el caso de Bank of America Merrill Lynch. Los analistas del sector bancario de Goldman han recortado sus proyecciones de beneficio por acción para la banca entre un 5% y un 7%.

    En cuarto lugar, los estrategas de Goldman también consideran que los tipos de interés bajos acabarán por pasar factura a los beneficios empresariales al incrementar el coste de sus obligaciones en lo que a pensiones se refiere. Esta situación no se daba desde 2012, cuando compañías como AT&T, Verizon o UPS, restaron hasta 2 dólares del beneficio por acción del S&P 500 a finales de dicho año. Este hecho podría volver a repetirse este año si los tipos de interés se mantiene bajos en EEUU.

    Por último, Kostin y sus chicos advierten que la caída en la tasa de paro, que en julio ascendió hasta el 4,9%, atisba un incremento de la inflación salarial. Según su indicador sobre este dato, los salarios han subido hasta un 2,9%. Un incremento de los costes laborales sugieren una caída de los márgenes y las valuaciones de la renta variable. Recordemos que a medida que las presiones inflacionistas crecen, la Fed podría verse obligada a subir tipos antes de lo esperado por el mercado, un hecho que también podría impulsar la rentabilidad de los bonos.