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¿Por qué la gobernadora Lisa Cook es la pieza clave que Trump debe eliminar para tomar el control de la Fed?

  • Su reemplazo por un 'trumpista' le daría la mayoría en la Junta de Gobernadores...
  • ...y podría usarla para cesar a todos los presidentes regionales el próximo febrero
Jerome Powell, presidente de la Fed, y Lisa Cook, la gobernadora que Trump quiere cesar. Foto: Bloomberg

Víctor Ventura

El pasado 23 de mayo, el Tribunal Supremo dio a Donald Trump el poder de cesar a cualquier funcionario y directivo de la Administración que quisiera, sin ningún motivo, poniendo fin a un siglo de medidas para profesionalizar el funcionariado y evitar las purgas partidistas cada vez que hubiera un cambio de Gobierno. Pero en esa sentencia, el Supremo añadió una excepción: la Reserva Federal, por su responsabilidad clave sobre el sistema financiero y la credibilidad del dólar, debe quedar fuera de esas purgas partidistas. Trump puede cesar a quien quiera, salvo a los directivos de la Fed. Pero ayer, el presidente decidió retar al Supremo, ordenando el despido fulminante de una de las gobernadoras de la Fed, Lisa Cook, por las alegaciones de unas supuestas irregularidades en la firma de una hipoteca. Un movimiento que, si sale adelante, le puede dar a Trump el premio gordo que el Supremo le denegó hace unos meses: la toma del control absoluto sobre la Reserva Federal.

La propia orden de cese ya es histórica: nunca jamás un presidente ha intentado cesar a un gobernador de la Fed. Además, la justificación es extremadamente tenue. Cook no ha sido formalmente acusada de nada, ni mucho menos imputada o condenada. Peter Conti-Brown, profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, explica que, hasta ahora, la interpretación que hacen los tribunales de las "causas justificadas" se aplica a actos cometidos dentro del ejercicio de su cargo público, por lo que una posible irregularidad en un documento privado ocurrida décadas antes de su nombramiento es "totalmente irrelevante e insuficiente" para justificar su cese: "Hablamos de cohecho, mala administración, abandono de las obligaciones, etc.", unas circunstancias que no se dan en este caso. Cook ha rechazado que esas alegaciones supongan una "causa justificada" para su cese fulminante y se ha negado a reconocer la orden de destitución. Los tribunales tendrán la última palabra en los próximos meses.

Pero, si tiene éxito, este órdago le puede salir muy rentable a Trump, porque abriría la puerta a la toma de control total del banco central. La Junta de Gobernadores de la Fed está compuesta por 7 miembros, con mandatos de 14 años. Cada 2 años queda vacante una plaza. Ahora mismo acaba de quedar una libre, la de Adriana Kugler, que dimitió seis meses antes del final de su mandato, y para la que Trump ya ha nominado a Stephen Miran, hombre de su máxima confianza. La siguiente plaza no quedará vacante hasta 2028, cuando le venza el mandato al actual presidente, Jerome Powell.

Por el momento, Trump ya ha nombrado a dos aliados, Christopher Waller y Michelle Bowman, durante su primer mandato. Con la plaza de Kugler y la de Powell, en enero de 2028 lograría sumar la mayoría de puestos y colocar a sus aliados al frente de la Junta de Gobernadores. Pero esa mayoría sería muy precaria: las siguientes elecciones son en noviembre de 2028, y el mandato de Waller expira en enero de 2030. Esa mayoría de un voto solo la podría aprovechar en su último año de mandato, y un hipotético presidente demócrata podría borrarla otro año después. Pero el cese de Cook lo cambiaría todo: la primera mujer negra en formar parte de la Fed fue nombrada hace un año, y su mandato expira en 2038. Su destitución supondría poco menos que 'robar' uno de los nombramientos de Joe Biden de forma retroactiva y cimentaría el control del 'trumpismo' sobre el banco central hasta, como mínimo, 2034.

¿La masacre de los gobernadores regionales?

Aun así, tener una mayoría en la Junta de Gobernadores no es suficiente para bajar los tipos, la obsesión principal de Trump, ya que el Comité de Mercados Abiertos incluye también a los presidentes de los 12 bancos regionales de la Fed, y los mandatos de todos ellos tienen aún casi una década por delante. Pero el próximo mes de febrero ocurre un evento clave: los 12 presidentes regionales deben ser reconfirmados en sus puestos. Históricamente, esa renovación ha sido una mera formalidad, sin debate alguno. Pero si Trump controla la Junta de Gobernadores el próximo mes de febrero, puede intentar hacer algo revolucionario y hasta ahora inimaginable: cesar a todos los presidentes regionales del banco central de golpe e intentar reemplazarlos por aliados.

Aquí la ley es bastante borrosa. De hecho, es incluso contradictoria: la Ley de la Reserva Federal dice en un artículo que los presidentes deben ser cesados por una causa justificada, pero otro artículo permite cesar a los directivos regionales "a voluntad". En su primer mandato, Trump ya aseveró que la Junta de Gobernadores podría cesar a esos directivos sin justificación, aunque no tuvo la ocasión de intentarlo, ya que el anterior mandato de Trump, de enero 2017 a enero de 2021, no coincidió con la renovación de los cargos, que se produce en febrero de los años terminados en -1 o en -6.

Los gobernadores regionales son nominados por una junta local a la que pertenecen los bancos asociados a cada uno de ellos: los bancos de California nominan al presidente de la Fed de San Francisco, por ejemplo. Pero su nombramiento definitivo requiere de la aprobación de la Junta en Washington. Si los 'trumpistas' toman el control y deciden ejercerlo de la misma forma que el propio presidente, podrían utilizar ese veto para denegar el nombramiento de cualquier candidato insuficientemente 'leal' a Trump. O, como mínimo, de 'halcones' que no estén de acuerdo con la propuesta de recortar los tipos a toda máquina.

Ebrahim Rahbari, analista de Absolute Strategy Research, advierte de que esa toma de control podría suponer "un cese significativo del personal de la Fed", en referencia a los funcionarios, analistas y reguladores de 'a pie' que sostienen las funciones del banco central, "un impacto en las políticas de regulación, y en la hoja de balance" de la Fed. Además, considera que el principal objetivo de Trump a la hora de tomar el control del banco central sería "defensivo". "El Gobierno está preocupado de que los 'vigilantes de los bonos' puedan bloquear sus políticas", respondiendo con ventas masivas de deuda estadounidense. Así, la Fed sería un "mecanismo de defensa potencialmente poderoso", para mantener el bono bajo control aunque los mercados entren en pánico ante alguna de sus decisiones.

La última palabra, de nuevo, la tendrá el Tribunal Supremo, que hasta ahora ha dado luz verde a prácticamente todas las medidas más polémicas y legalmente discutibles de Trump, salvo a una: la amenaza de cese de Powell. Trump ha decidido negociar a la baja y pedir a la Justicia que le deje cesar solo a una gobernadora, en vez de al presidente. Pero si el Supremo le da el visto bueno, puede desatar un terremoto a cámara lenta sobre la credibilidad de la Reserva Federal y de la economía estadounidense.