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La deuda alemana a largo plazo cotiza con una rentabilidad no vista desde 2011: ofrece un 3,35% para el que compre ahora

  • El rendimiento del bono alemán a 30 años roza el 3,35% en el mercado secundario
  • El precio del último título subastado con ese plazo soporta pérdidas del 13% en el año
Bandera alemana translúcida frente al sol. Dreamstime

Sergio Fernández

La incertidumbre geopolítica mantiene bajo tensión al mercado de bonos soberanos y eleva la rentabilidad de la deuda europea a más corto plazo. No obstante, los mayores vencimientos también registran su particular repunte de rendimientos. Los bonos alemanes a 30 años ya ofrecen un 3,35% de yield que supone alcanzar un nuevo máximo no visto desde junio de 2011 por el aumento del déficit fiscal que se espera en Alemania y por el encarecimiento de los costes de financiación ante el fin de los recortes de tipos de interés del Banco Central Europeo.

El mercado aún cuestiona que pueda llegar un último ajuste a la baja de 25 puntos básicos en 2025 por parte del Banco Central Europeo (BCE). La probabilidad sí está a favor de un nuevo recorte en la reunión de diciembre, según los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps). No obstante, no estaría tan claro como lo estaba al arrancar agosto.

Ante la posibilidad de que la tasa de depósito del BCE (la referencia del precio del dinero en la eurozona más seguida por el mercado) no pase del 2% actual al 1,75%, los bonos europeos registran una caída de los precios (sube la rentabilidad a vencimiento al moverse en sentido contrario). Y eso afecta más a la deuda alemana que a la de otros países de la Europa periférica, aunque los títulos soberanos teutones se presupongan más seguros que los españoles o los italianos.

Ocurre en el último mes y también en el acumulado del año. El bono alemán a 30 años se sitúa en el 3,35% de rentabilidad con el indicador genérico de Bloomberg para estos títulos de deuda. Están 75 puntos básicos por encima de lo anotado al arrancar el año, frente a los 52 puntos del español al mismo vencimiento y en el mismo plazo. Ambos arrojan pérdidas para el inversor desde que comenzó el 2025 por esa caída de los precios. Aun así, estas pérdidas son más sangrantes para el que hubiera priorizado la seguridad de la deuda alemana en lugar de comprar bonos españoles.

El último índice Ifo de expectativa empresarial en Alemania presentado este lunes arrojó una sorpresa inesperada al alcanzar su nivel más alto desde 2022. Sin embargo, la expectativa se opone frontalmente a la evolución del PIB de Alemania, que en la revisión del dato del segundo trimestre el mismo pasó de ser del -0,1% provisional al -0,3%. Esto afectó a toda la curva de deuda alemana, también a la europea, pero con mayor tensión al largo plazo.

Además, la resaca del simposio de Jackson Hole se traduce en la venta de bonos y la recogida de beneficios en la renta variable. "El mercado tiene ahora al presidente Powell de su lado, y los rendimientos deberían mantenerse bajos. A los inversores a largo plazo no les gusta eso porque probablemente refleja la sospecha de que la Fed podría estar asumiendo riesgos con la inflación", comenta el jefe de investigación para América de ING, Padhraic Garvey.

El bono alemán: ejemplos con casos reales

La Agencia Financiera Alemana (el equivalente al Tesoro Público de España en el país germánico) emitió su último bono del 2024 a 30 años con un cupón al 2,5%. Si un inversor hubiera acudido a la subasta ese día, ahora estaría perdiendo un 16,7% por la caída del precio de ese bono. La pérdida sería latente, puesto que no sería real hasta el momento de la venta. Solo en el 2025 las pérdidas serían del 13,6% (en comparación con el último bono español emitido en 2024, las pérdidas son del 8%). De hecho, con el bono alemán emitido en marzo de este año (antes del Día de la Liberación de Donald Trump), y que vence en 2056, ya se pierde un 5%.

Con el caso del bono alemán que cotiza en el mercado secundario durante todo el 2025 (fue emitido el año pasado) no habría por qué preocuparse de que el precio del bono haya caído si se acudió a la subasta y se espera al vencimiento (el cupón del 2,5% anual estaría garantizado). Para el que lo compró después de la emisión con idea de sacar rédito del cambio de precio, pensando que los tipos a la baja en la eurozona iba a incrementar los precios de los bonos (rentabilidad a vencimiento a la baja), la operativa no arrojaría beneficios.

Pero para el que quiera comprar ahora esa deuda a 30 años, implicaría hacerlo con un descuento de casi el 15% que resulta de la diferencia del precio del bono ahora, en los 84,68 euros (si el valor nominal fue de 100) frente a los 99,19 que dieron como resultado en la subasta de la Agencia Financiera de Alemania el año pasado. Es decir, ganancia de capital a vencimiento por la combinación de los cupones más el cambio de precio ascendería a ese 3,35% de TIR o yield a vencimiento.