Bolsa, mercados y cotizaciones
Corazones de acero… y el disparo que podría marcar techo
- Lo importante, como advertía Baruch, no es cuánto ganes, sino cuánto evites perder
- Lo prudente es seguir esperando con una exposición moderada, en torno al 30 o 40%
- Hay mercado todos los días, todas las semanas, todos los meses. Siempre llega la siguiente oportunidad
Joan Cabrero
Barcelona,
Hay semanas en las que el mercado se parece más a un tanque detenido que a un caballo desbocado. Como en Corazones de acero, donde Brad Pitt avanza en medio de la incertidumbre, sin saber cuándo llegará el ataque, los inversores viven estos días con la mirada fija en el calendario. El 9 de julio estaba marcado como el día clave: expiraba la tregua arancelaria de 90 días que Trump concedió en abril. Pero lejos de desatarse la tormenta, llegó un giro inesperado, la prórroga se alarga hasta el 1 de agosto. De momento, la incertidumbre reina y eso es lo que menos le gusta al mercado, que había encontrado en esta pausa arancelaria la excusa perfecta para superar las caídas de abril y marcar nuevos máximos históricos en Estados Unidos.
Lo ha conseguido el Nasdaq 100, el Nasdaq Composite y el S&P 500, pero chirría, y mucho, que el Dow Jones Industrial y el Russell 2000 no hayan logrado acompañarles. Ya sabemos que cuando no van todos de la mano, algo falla, y aunque todavía no hay una señal definitiva de agotamiento, conviene vigilar de cerca su evolución. Ese primer disparo que estamos esperando podría llegar en cualquier sesión, incluso en la menos esperada, en forma de un hueco bajista que no se cierre ni ese día ni al siguiente. Mi experiencia de más de 25 años analizando gráficos me dice que los grandes movimientos de mercado suelen venir precedidos de un hueco, ya sea al alza o a la baja, y ese hueco podría ser la señal de que hemos visto techo en el corto plazo.
Otra pista sería que un día viéramos cómo las siete magníficas (Apple, Microsoft, Google, Amazon, Meta, Nvidia y Tesla) corrigen simultáneamente más de un 2,5 o 3%. Es una técnica sencilla, casi tonta podría parecer, pero funciona: cuando todos los grandes blue chips caen al unísono más de un 2,5%, es que los grandes gestores han apretado el botón rojo y las alarmas empiezan a sonar.
Mientras tanto, en Europa, tanto el EuroStoxx 50 como el Ibex 35 han intentado romper el techo de la consolidación que desarrollan desde el 21 de mayo, cuando el Ibex alcanzó los 14.368 puntos. Ambos índices describen una figura idéntica, la de una clásica bandera, un patrón que suele anticipar continuidad alcista, pero incluso si esa ruptura se confirma, me temo que sólo servirá para regalarnos lo que ya denominamos en el último estratégico como la traca final.
De hecho, en Estados Unidos todavía podrían reservarse un último acto brillante, con un margen de subida adicional en torno al 5%, pero sería eso, los últimos destellos antes de que se apaguen las luces. Lo importante, como bien advertía Bernard Baruch, no es cuánto ganes, sino cuánto evites perder.
Por eso, en este escenario lo prudente es seguir esperando con una exposición moderada, en torno al 30 o 40%, manteniendo por tanto un nivel de liquidez del 60-70%, que es una de las más elevadas que recuerdo en los últimos años para un mercado claramente alcista y en máximos históricos.
Atentos a que suene el primer disparo, disfrutando de la playa o la montaña mientras tanto, porque el mercado está listo para moverse, pero aún no lo ha hecho. Y como bien recordaba también Bernard Baruch, la clave no está solo en cuánto se puede ganar, sino en cómo se evitan las pérdidas, en respetar los tiempos, en no precipitarse y en mantener la cabeza fría. Porque hay mercado todos los días, todas las semanas, todos los meses. Y siempre llega la siguiente oportunidad, solo hay que saber esperar.