Bolsa, mercados y cotizaciones
La guerra arancelaria de Trump es el Brexit de Estados Unidos: la libra saca al dólar un 8% en 2025
- La divisa británica avanza por quinto mes consecutivo frente al billete verde
- El halcón tránsfuga y las palomas del Banco de Inglaterra frenan los recortes
Sergio Fernández
Hay una pugna en el mercado de divisas desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca y la realidad es que el dólar estadounidense está perdiendo todos estos enfrentamientos. El propio presidente de Estados Unidos manifestó en varias ocasiones que quiere un dólar débil para favorecer al comercio nacional, pero puede haber llegado demasiado lejos visto el cruce del euro frente al dólar o de la libra del Reino Unido frente al billete verde. La divisa británica avanza en lo que va de año un 7,8%, a un ritmo que no cesa desde que comenzó el 2025. Hay voces incluso que hablan de que la política arancelaria de Trump puede provocar la desconexión de Estados Unidos del comercio global con un efecto similar al que provocó la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La guerra arancelaria propuesta por Trump está catapultando a la mayoría de grandes divisas del mercado frente al dólar estadounidense. Y la divisa de Estados Unidos tampoco se libra de caer frente a la libra. Con un cambio en los 1,347 dólares, la moneda del Reino Unido avanza en junio por quinto mes consecutivo frente a la referencia estadounidense. Ahora, un inversor británico tendría todo en su contra para comprar valores de la bolsa estadounidense y las pérdidas en el año serían altas si el primero de enero se hubieran comprado bonos del Tesoro de EEUU.
Por contra, aquellos inversores estadounidenses que están aumentando su exposición en valores europeos (también del Reino Unido) podrían encontrar una rentabilidad extra si las negociaciones comerciales con Donald Trump prosperan y el dólar recupera su trono en el mercado de divisas. Sin embargo, por el momento, no es así.
Los partidarios del Brexit se decían a sí mismos que las ventajas de salirse de la Unión Europea tardarían en llegar ante la ausencia de datos macroeconómicos que justificaran el divorcio con Bruselas. Y según la analista y columnista de Bloomberg, Merryn Somerset, los estadounidenses podrían aferrarse a esta misma idea. "La idea de que los beneficios de las medidas drásticas de Trump podrían tardar en aparecer, pero que finalmente aparecerán se debe a que los aranceles de Trump son el Brexit de Estados Unidos", explica Somerset.
"Así que aquí estamos. El Brexit y los aranceles de Trump son dos caras de la misma moneda: un reconocimiento de que la entusiasta aceptación de las fronteras abiertas y el libre comercio durante los últimos 20 años no ha funcionado como se esperaba", resume la experta en relación al proceso de globalización de las últimas décadas que habría beneficiado más a China que a otras economías desarrolladas del mundo.
Por ello, una de las grandes 'ventajas' que tendría el Reino Unido en este contexto es su baja producción enfocada a Estados Unidos. Quizá por eso su tasa arancelaria inicial en las negociaciones con Donald Trump sea de un 10%. Si siguiera dentro de la Unión Europea su arancel hubiera sido del 20%, la base con la que negocia la eurozona antes de que concluya la pausa que aún está en vigor.
Sin debilidad de la libra hasta 2029
En este contexto el consenso de mercado recoge que la libra esterlina mantendrá e incluso ampliará su fortaleza frente al dólar por lo menos hasta que finalice el 2025. De hecho, las expectativas sugieren que la libra no perdería los 1,34 dólares hasta 2029.
Esto se explica también por la deriva de las políticas monetarias de la Reserva Federal de Estados Unidos y por la del Banco de Inglaterra. La institución responsable del dólar se mantiene reacia a bajar sus tipos de interés por miedo a un repunte de la inflación por los aranceles. En paralelo, el Banco de Inglaterra sí que está recortando su referencia, aunque a un ritmo más lento que el Banco Central Europeo. Y todo ello mantiene a la libra en una situación predominante frente al dólar.
En 2025 el cambio de divisas cobra mayor relevancia para el inversor enfocado en activos fuera de sus fronteras de origen. Por ejemplo, un inversor europeo (con la divisa de origen, el euro) en deuda podría sacar casi un 6% de rentabilidad a una cartera diversificada de bonos. Sin embargo, el efecto dólar arrebata la mayor parte de rentabilidad si en esa cartera se tienen títulos de deuda estadounidenses (referenciados en dólares). Y las propias coberturas de divisa no merecen la pena porque se llevan la mayor parte del beneficio que se obtiene de la posición principal, como explican desde DWS a elEconomista.es.
Con la bolsa ocurre el mismo efecto y el caso más notorio se da con la comparación desde septiembre de 2022. En aquella época, la libra esterlina se desplomó a mínimos del siglo con el gobierno de Liz Truss (motivo por el cual cayó el ejecutivo de la primera ministra con la propia Truss). Si en este punto se hubieran invertido 100 libras esterlinas en la bolsa británica (Ftse All Shares) hoy el beneficio sería de 36 libras (una rentabilidad del 36%). Si en ese momento las 100 libras se hubieran invertido en el S&P 500 (índice de Wall Street en dólares), la rentabilidad sería casi la misma.