Bolsa, mercados y cotizaciones
¿Es momento de comprar deuda de Estados Unidos? Qué brókeres lo ofrecen y qué costes tiene
- La rentabilidad de la deuda ya supera al precio del dinero en EEUU
- Si el precio del bono vuelve a máximos del 2025 daría ganancias superiores al 5%
- A largo plazo, se podría ganar hasta un 5,5% anualizado a diez años
Sergio Fernández, María Domínguez
El reciente repunte de la rentabilidad de la deuda estadounidense plantea de nuevo la siguiente pregunta: ¿es el momento de comprar bonos estadounidenses pensando en el largo plazo o la oportunidad está en adquirir deuda ahora y esperar a un nuevo incremento de los precios en próximas fechas? Las posibilidades de comprar deuda del Tesoro de EEUU como inversor minorista en España son escasas. No obstante, eso no impide buscar rentabilidades brutas de hasta un 5,5% anualizado a diez años (con la premisa de retener el bono ese tiempo) o de obtener más de un 5% de ganancias si estos títulos de deuda marcan de nuevo el mínimo retorno visto en el mercado secundario este año.
El T-Note (Treasury Note de EEUU) a diez años ofrece en el mercado secundario un rendimiento del 4,5%. Está a menos de 30 puntos básicos de su máximo del año y lejos de su mínimo del 2025; por debajo del 4%. El cambio del precio de estos bonos deja pérdidas para aquellos que hubieran adquirido deuda estadounidense con la rentabilidad en mínimos del ejercicio (el precio de los bonos se mueve a la contra que la rentabilidad). Estas pérdidas aumentan con el anuncio de este viernes de Trump de aumentar los aranceles a Europa hasta el 50% si no prosperan las negociaciones. Pero el nuevo repunte puede suponer una ocasión si el mercado de renta fija se destensa. Más aún si el dólar recupera su posición como divisa de referencia para el mercado al bogar a favor del inversor europeo.
Tomando por ejemplo el último bono emitido por el Tesoro de EEUU a 10 años (cupón del 4,25% en la subasta de mayo), un inversor podría sacar casi un 5,5% de beneficio por el cambio de precio si éste se situara en el máximo visto en 2025 (que se correspondería a una rentabilidad del 3,99% en el mercado secundario). Por contra, si se va a mínimos del año, por precio, no por rentabilidad a vencimiento, se perdería un 1,5%. La ecuación rentabilidad frente a riesgo estaría a favor de la primera.
Este es el ejemplo con el T-Note a 10 años, pero la deuda soberana estadounidense a más largo plazo reaccionó recientemente con más virulencia. Ocurre con los títulos a 20 años y a 30 años que superaron durante la mayor parte de la semana el 5% de rendimiento. Es más, la última subasta del Tesoro de EEUU a 20 años ya implicó alcanzar un cupón superior al 5%.
La aprobación este jueves del proyecto de ley fiscal estrella de Donald Trump por parte de la Cámara de Representantes de EEUU fue el causante de que el interés del bono americano a 30 años se disparase a máximos de 2007, hasta el 5,14%. Esta ley, de salir adelante, elevaría el déficit y la deuda del país. El visto bueno que acaba de recibir disparó las alarmas de una crisis fiscal, lo que aceleró las ventas de bonos en una jornada muy volátil.
Una inversión a largo plazo
Vista la volatilidad de las últimas semanas, el precio de los bonos puede continuar bajando (rentabilidad al alza) ante la aversión del mercado. Según explica Matt Eagan, gestor de cartera y responsable de Full Discretion (Loomis Sayles): "Todo el mundo sabe ya que la trayectoria fiscal de Estados Unidos es insostenible. Con déficits superiores al 6% del PIB y sin solución a la vista, no es de extrañar que los inversores estén nerviosos. Los bonos del Tesoro estadounidense son el principal riesgo estructural del mercado actual". Eagan advierte que mientras los déficits sigan siendo altos habrá volatilidad, y se muestra más partidario de invertir en la parte delantera de la curva, hasta 5 años; "los bonos a largo plazo son mucho más arriesgados dado el contexto fiscal".
No obstante, los bonos soberanos estadounidenses son uno de los activos más líquidos al acceso del inversor español, por lo que puede venderse en cualquier momento antes de su vencimiento para evitar quedar atrapado por efectos desfavorables, como puede ser un cambio de divisa nocivo para un inversor en euros.
Aún así, las matemáticas en la operativa de comprar bonos estadounidenses están claras: con los cupones y rentabilidades actuales se puede batir con holgura la inflación prevista en el largo plazo. El índice de Bloomberg que recoge la expectativa de los precios hasta 2035 (el índice 5-Year, 5-Year Forward Inflation Expectation Rate refleja la inflación prevista en un lustro a partir de dentro de cinco años) prevé una inflación en Estados Unidos del 2,47%.
Aunque los brókeres que permiten comprar deuda estadounidense son escasos, de media, se puede obtener una rentabilidad de un 70% en diez años. Eso, anualizado en ese plazo, implica sacar más de 60 puntos básicos a la inflación prevista por los expertos. Si se toma por ejemplo una inversión de 10.000 euros en bonos estadounidenses a diez años (el Tesoro de EEUU permite compras a partir de los 100 dólares aunque los brókeres pueden incrementar esta cuantía mínima) el beneficio neto sería de 7.080 euros con la actual rentabilidad extendida en 10 años. Este cálculo está realizado con la comisión de corretaje, de amortización y de custodia que ofrece el sector de media para un inversor español y con una comisión por cambio de divisa media del 1,1%. Para realizar este ejercicio, elEconomista.es se ha puesto en contacto con los principales brókeres que operan en España y que permiten adquirir directamente este activo.
Del mismo modo, el ejemplo está elaborado sin tener en cuenta el cambio de divisa que puede producirse en 10 años (el cruce de un euro por 1,13 dólares actual sería, hipotéticamente, el mismo al vencimiento de este bono). Si el euro se fortalece hasta alcanzar el cruce de los 1,2 dólares (un 7% por encima del nivel actual) la inversión se vería dañada hasta sacar menos de un 55% a la inversión inicial. Por contra, si el euro cae un 7% (hasta los 1,04 dólares al cambio) se podría sacar más de 10 puntos porcentuales adicionales a la inversión inicial.
Con todo, y descartando un cambio de divisa, la rentabilidad anualizada por comprar un bono estadounidense ahora y aguantar hasta vencimiento podría dar una rentabilidad anualizada de hasta el 5,5%. Es más de lo que ofreció el Ibex 35 en la última década sin contar los dividendos.
Si, por el contrario, el cambio de divisa hace insostenible mantener la operación por más de un año, la opción sería vender en el corto plazo. Con una inversión de 10.000 euros, buscar un 4,5% (lo que ofrece ahora el T-Note) implicaría ser menos ambicioso que perseguir el precio del bono máximo del año. Esto, con las comisiones medias del sector para un año, supondría que el rendimiento real que sacaría del 3,2% una vez descontadas las comisiones de la operación de comprar un bono estadounidense a diez años y venderlo antes de que transcurran doce meses.
Con qué brókeres comprar bonos de EEUU
Entre los brókeres que permiten al inversor retail comprar directamente bonos de Estados Unidos, Revolut destaca por sus bajos costes. El neobanco británico cobra una comisión del 0,25% (al menos, un 1 euro por operación, la cantidad que sea mayor). Esta tarifa es la misma para los clientes de sus planes Standard (que es gratuito), Plus, Premium y Ultra, mientras que los usuarios de Revolut Trading Pro (una herramienta para inversores avanzado) se les cobra un 0,12 % sin comisión mínima. Al margen de esto, Revolut también aplica un 1% por el cambio de divisa (aunque es posible cambiar hasta 1.000 euros al mes sin coste alguno, si se hace de lunes a viernes). A efectos prácticos, si se invierten 10.000 euros con este bróker en el bono de EEUU a 10 años y se mantienen a vencimiento, con el cobro de cupones y descontando comisiones, el inversor se embolsaría hasta un 70% con el pago de los cupones y por el interés compuesto del retorno a vencimiento (con la hipótesis del 4,5% actual del bono a este vencimiento).
En el caso de Renta 4, la comisión por compra es del 0,20% (con un mínimo de 10 euros). A esto hay que sumar un coste por custodia del 0,0133% mensual sobre el nominal (aproximadamente un 0,16% anual) y un 0,30% por cambio de divisa, de nuevo con un mínimo de 10 euros; esta comisión se aplica sólo a aquellos clientes que no tengan una cuenta multidivisa.
Auriga se desmarca al permitir invertir en bonos del Tesoro de Estados Unidos desde sólo 100 dólares. Cobra un 0,25% por operación, y por custodia otro 0,20%. Desde la sociedad de valores destacan cómo los inversores estuvieron más interesados en los bonos estadounidenses antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca que después. Aun así, siguen registrando operaciones con bonos estadounidenses, principalmente en los vencimientos de 3 a 5 años, según la directora de AurigaBonos, Sofía Antón.
En el caso de Sabadell, la comisión de compraventa asciende al 0,60%, con un mínimo de 25 euros. Desde el banco señalan, en cualquier caso, que estas comisiones son flexibles, y que varían en función del perfil del cliente.
También desde CaixaBank, que permite comprar bono americano a través de su bróker Ocean, señalan que sus tarifas pueden ajustarse caso por caso, en función del perfil y de la vinculación de los usuarios. El banco establece un coste por compraventa que varía según el vencimiento del bono, y que va desde un mínimo de 0,15% para emisiones cuyo vencimiento es inferior a 1 año, hasta un máximo del 0,95% para bonos que vencen más allá de los 4 años. Por custodia cobra un 0,40% semestral, y por cambio de divisa la tarifa es variable, señalan.
Santander, por su parte, cobra entre un 0,45% y un 1,5% anual en función del vencimiento, y tiene establecidos para los valores internacionales una comisión de custodia del 1% anual. Y Unicaja permite realizar esta operativa a través de su bróker, aunque desde la entidad señalan a elEconomista que ofrecen un enfoque personalizado y que las condiciones pueden variar en función del perfil de cada cliente y de las características de la operación.
Está por ver cómo evolucionan los bonos en el mercado, después de los recientes repuntes de los rendimientos de los treasuries. Según explica Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, esta ley podría empeorar la trayectoria fiscal de Estados Unidos, empujando la consolidación fiscal hacia el futuro. "A corto plazo, los mercados de renta fija pueden servir de barrera. Un proyecto de ley que incremente todavía más el déficit que la versión de la Cámara puede resultar inaceptable para los inversores en bonos. Incluso la actual podría necesitar ajustes", advierte. Como mínimo, "es probable que las primas por plazo de los bonos sigan siendo elevadas en un futuro previsible", añade Olszyna-Marzys.