De ser más pobre que Venezuela y Ecuador a superar a EEUU: el país que más crece del mundo tiene cuerda para rato
- FMI: "Desde 2022 ha registrado un crecimiento real medio anual del 47%"
- Los próximos cinco años, hasta 2030, seguirá creciendo a doble dígito de media
- La clave de esta historia de éxito está en un gran descubrimiento de petróleo
elEconomista.es
Al norte de Sudamérica, entre Brasil y Venezuela, un pequeño país de apenas 800.000 habitantes está protagonizando uno de los mayores milagros económicos del siglo XXI. En un lugar donde a primera vista resultaría más sencillo encontrar una playa paradisiaca o un bosque o selva sin parangón en el mundo, una economía parece estar dejando con la boca abierta al Fondo Monetario Internacional (FMI). Guyana, que hasta hace apenas una década era una de las naciones más pobres de América, ha logrado en tan solo ocho años transformar radicalmente su economía gracias al hallazgo y explotación de una enorme reserva de petróleo. Pero lo que es más sorprendente: este boom económico aún tiene cuerda para rato. Este mismo año, según datos del FMI, Guyana superará en PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo a EEUU, un sorpasso simbólico (puesto que este indicador tiene importantes defectos), pero que deja entrever la espectacular tendencia de este indicador.
¿Dónde está el secreto de este crecimiento sin fin? La clave es mucho petróleo y una buena gestión con ayuda de inversión extranjera. Guyana ha pasado de no producir petróleo en 2019 a bombear unos 650.000 barriles diarios este año (con un crecimiento progresivo), lo que le convierte en el mayor productor per cápita de petróleo del mundo. Este boom energético ha sido el motor de una expansión sin precedentes del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Según un informe publicado por Fondo Monetario Internacional (FMI) la semana pasada, Guyana ha registrado desde 2022 un crecimiento medio anual del PIB real del 47%, el más alto del mundo. Solo en 2024, el PIB del petrolero creció un 58%, mientras que la economía no petrolera también lo hizo en un sólido 13%. Aunque el precio del petróleo ha bajado intensidad en los últimos meses, el crudo de Guyana es muy competitivo a nivel global.
Esta combinación de expansión energética y mejora del resto de la economía está cambiando el panorama nacional. La inflación, aunque ha repuntado ligeramente hasta el 2,9%, sigue siendo contenida pese al acelerado crecimiento económico. Además, el país ha logrado duplicar su superávit por cuenta corriente hasta alcanzar el 24,5% del PIB gracias al fuerte aumento de las exportaciones de crudo.
El crecimiento futuro también se presenta halagüeño. El FMI prevé una expansión media del PIB del 14% anual en los próximos cinco años (hasta 2030), con un crecimiento del PIB no petrolero en torno al 6,75% anual, casi tres puntos por encima del promedio anterior a la era del petróleo. El país está aprovechando los ingresos petroleros para construir infraestructuras, reforzar la sanidad y educación, y mejorar la red de transporte. "Los planes implementados por las autoridades están beneficiando a toda la población", asegura el FMI, al tiempo que recomienda mantener el actual equilibrio entre inversión y sostenibilidad.
Con todo, el PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo (elimina la distorsión que generan los precios entre diferentes países) de los guyaneses superará este año los 90.000 dólares, rebasando a EEUU. Hay que tener en cuenta que al PIB de Guyana le sucede casi lo mismo que al de Irlanda (donde las multinacionales desvirtúan este indicador), puesto que buena parte de ese PIB se 'marcha' en forma de dividendos fuera del país y termina en el bolsillo de los accionistas de las empresas que explotan el crudo guyanés o la reinversión de la propia actividad petrolera en el mejor de los casos. Dicho lo cual, no quita que el caso de Guyana es de mérito. Prueba de ello es el fondo soberano que están construyendo, que ya tiene un tamaño que supera el 12,5% del PIB, que en el caso de extrapolarlo a España sería el equivalente a unos 200.000 millones de euros ahorrados.
No obstante, una de las estadísticas más llamativas la ofrece el PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo, que se ha disparado desde unos modestos 12.000 dólares en 2017 hasta los 80.000 dólares actuales. En 2015, según estos datos, Guyana tenía una renta inferior a la de Venezuela o Ecuador. Según las proyecciones del FMI, Guyana superará a Estados Unidos este mismo año y se seguirá distanciando hasta 2030. Aunque este indicador es meramente estadístico y no refleja del todo el nivel de vida real de los guyaneses, sí evidencia la magnitud del salto económico que está viviendo el país. Parte de los ingresos del petróleo aún no se traducen directamente en bienestar porque se están destinando a un fondo soberano (el Natural Resource Fund), que ya ha acumulado más de 3.100 millones de dólares, y a beneficios de empresas extranjeras.
No obstante, el impacto en la economía real comienza a ser visible. El FMI elogia la gestión de las autoridades guyanesas por combinar desarrollo e inversión pública con prudencia fiscal. "Guyana está en condiciones de cosechar los beneficios del rápido aumento de los ingresos petroleros gracias a reformas bien aplicadas", aseguraba Kenji Okamura, subdirector gerente del FMI en otra revisión anterior de su economía. La institución destaca también que el país mantiene un bajo riesgo de sobreendeudamiento y está comprometido con preservar la estabilidad macroeconómica y fiscal a largo plazo.
Historias como la de Delroy McLean, un joven de 28 años que ahora trabaja en un astillero operado por una contratista de Exxon, muestran el impacto tangible del boom económico. "Puedo ahorrar, pagar mis cuentas y aun así llevar a mi familia al cine", asegura. Casos como el suyo evidencian que, aunque el reparto de la riqueza todavía tiene margen de mejora, muchos ciudadanos ya se están beneficiando del crecimiento.
Otro ejemplo es el de Sebastian de Freitas, un ingeniero civil que emigró a Brasil y ha regresado a su país gracias a una oferta laboral en el sector petrolero. "Los guyaneses no estamos hechos para esta industria, pero tenemos cualidades que podemos aplicar... solo hay que tener ganas de aprender", explica. Estos retornos están ayudando a fortalecer la capacidad productiva nacional.
Retos y oportunidades para Guyana
Aun así, el país se enfrenta a importantes desafíos. Primero, que ese fuerte crecimiento del PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo se convierte en un incremento mayor y más directo del bienestar de todos los ciudadanos guyaneses. Por otro lado, incluso el milagro petrolero presenta retos importantes. Por ejemplo, faltan trabajadores cualificados para atender la creciente demanda del sector energético, por lo que muchas empresas deben importar mano de obra especializada. Sin embargo, estos profesionales también consumen, invierten y dinamizan la economía local. Tiffany Balgobin, instructora de buceo, confirma este fenómeno: "Ahora hay más empresas, más empleo... y quieren contratar a locales".
El FMI considera que Guyana está gestionando con acierto esta transformación y recomienda mantener el rumbo. También ha valorado positivamente los avances en gobernanza, transparencia fiscal y lucha contra la corrupción. Si continúa por esta senda, el país podría consolidarse como un nuevo caso de éxito económico basado en recursos naturales, similar al modelo noruego.
Guyana está viviendo una historia sin precedentes. En menos de una década ha pasado de la marginalidad económica a protagonizar uno de los crecimientos más rápidos de la historia moderna. El petróleo ha encendido el motor, pero la clave estará en mantener el equilibrio entre crecimiento, inversión social y estabilidad macroeconómica. Si lo logra, Guyana no solo alcanzará el nivel de vida de los países desarrollados, sino que ofrecerá un ejemplo para otros países ricos en recursos que buscan convertir su riqueza natural en prosperidad sostenible.