Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor debe ocuparse de las valoraciones y no de las recesiones

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    Joaquín Gómez

    Si hay una regla del pensamiento positivo es la de ocuparse y no preocuparse frente a un problema. En el mundo de la inversión creo que la adecuación de esta filosofía es que hay que ocuparse de las valoraciones más que preocuparse por la desaceleración de la economía o, todavía más incontrolable para nuestra condición de humildes mortales, de una recesión que hoy no planea sobre la economía mundial.

    Si nos ocupamos, que no preocupamos, por el PER que se paga en el Nasdaq, el multiplicador se va a 34 y 28 veces, 2024 y 2025. En realidad si se cumplen las previsiones de ganancias que espera el mercado para las Siete Magníficas (Alphabet, Meta, Microsoft, Apple, Amazon, NVIDIA y Tesla) estamos hablando de multiplicadores razonables. Se espera que el crecimiento medio de sus beneficios crezca en los dos próximos años a una velocidad de crucero del 20%. Si esto acaba ocurriendo, el PER de 2026 sería sólo de 22 veces.

    ¿Pero qué ocurriría si estas proyecciones de ganancias no se cumplen? La respuesta es muy simple. Los grandes índices se verán abocados a una inevitable corrección, cuya profundidad sólo se podrá cuantificar en función de la desviación respecto a la previsión. Creo que cualquier corrección importante de los mercados directores se llevará consigo a toda la bolsa. Pero para nada creo que con la misma contundencia a todo el mercado. Pienso incluso en la posibilidad de que el dinero que salga de los grandes valores se desplace hacia la selección de compañías con negocios atractivos, en precios razonables.

    En el caso de la Cartera Eco30, que elEconomista.es construye con valores internacionales y es la base del fondo asesorado Tressis Cartera Eco30 –que en seis años de vida logra un 7,6% de rentabilidad anualizada– se paga un PER de 12 veces en 2025 y 10,5 en 2026; lo que supone una expectativa de revalorización del 8,3% y 9,5%, respectivamente. Puede producirse una desviación de los beneficios y una corrección de las compañías, pero ya cotizan con unos multiplicadores de mucha menor exigencia que los de los grandes índices. El Eco30, además, cuenta con una expectativa de crecimiento medio de las compañías que lo conforman dos o tres puntos superior al del bloque formado por las Siete Magníficas.