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Cómo funciona el último paso en la compra y venta de acciones: así es la liquidación en España

La liquidación se produce cuando el inversor realmente recibe las acciones. Foto: Dreamstime.

Isabel Blanco

Comprar y vender acciones es solo cuestión de un clic hoy en día. Pero a partir de ese momento se activa un proceso hasta que los títulos realmente cambian de dueño. Podría compararse con algo tan sencillo como realizar cualquier pedido online a domicilio. La recepción del paquete tras su transporte se asemeja a lo que en el mundo financiero se conoce como liquidación. El comprador tarda unos días en recibir su pedido, al igual que un inversor debe esperar hasta que los títulos que ha adquirido realmente estén en su poder.

La liquidación es el último paso para que se culmine una operación de compra y venta de acciones. En España, Iberclear (filial de Bolsas y Mercados Españoles, BME) es la entidad que lleva a cabo la liquidación y compensación de las operaciones bursátiles, gestionando el Sistema de Liquidación ARCO. Sería algo similar a la empresa transportista. Detrás de todas las transacciones en bolsa hay una logística cada vez más automatizada y ágil que permite que estas operaciones se realicen de manera más segura y en un menor periodo de tiempo. Aunque los plazos aún tienen margen para acortarse más. De hecho, el mercado español acaba de agilizar ya la liquidación en las salidas a bolsa.

Las transacciones en bolsa tardan en liquidarse dos días en España, es decir, que el comprador de acciones realmente no las tiene hasta dos días después de adquirirlas aunque en su entidad ya figuren como compradas. Desde ese momento es cuando queda inscrito el cambio de titularidad de los valores como consecuencia de la compraventa. Ese intervalo se conoce como T+2. Es un tiempo similar al de muchas partes del mundo, aunque ya hay países como Estados Unidos, Canadá, México, Argentina o India que han logrado reducirlo a un solo día (T+1).

No siempre se ha tardado tan poco. En Europa el sistema actual llegó con la normativa de Target 2 Securities (T2S), que se implantó en 2014 y supuso toda una revolución al integrar y armonizar las infraestructuras en 21 países europeos. En España, que se instauró algo después, supuso cambios profundos en la post-contratación de acciones y renta fija. Hasta entonces la liquidación, por ejemplo, requería de tres días hábiles.

El objetivo es no quedarse aquí. Europa busca recortar el ciclo de liquidación a solo un día hábil de forma coordinada en un gran conjunto de países entre los que se encuentra España. Ya se está trabajando en ello, y el objetivo provisional es tener todo listo para el último trimestre de 2027. Es un cambio más complejo que en Estados Unidos, por ejemplo, al coexistir multitud de cámaras de contrapartida central y depositarios centrales de valores.

No es descartable la idea incluso de un T+0, es decir, que todo el proceso, incluida la liquidación, logre hacerse en el mismo día. Técnicamente podría llegar a hacerse, aunque estos cambios requieren años de preparación. Algunos expertos de la industria señalan claramente hacia el blockchain para lograr liquidar incluso en el mismo instante.

Pero, ¿por qué es importante acortar los tiempos? Si pensamos en ese pedido online, los riesgos de que ocurra algo durante el transporte se reducen considerablemente al recortar los plazos. Esas posibles complicaciones se vieron, por ejemplo, durante los problemas con brókeres en la revolución de Gamestop y las acciones meme. Reducir la liquidación supone al principio inversiones para la industria, pero al final implica un ahorro de costes porque en ese periodo de tiempo de espera la banca debe ajustarse a unos requisitos de depósito, una especie de colateral que garantice la operación. "El tiempo es dinero, y el tiempo es riesgo", sentenciaba el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC), Gary Gensler, hace unos meses con la introducción de T+1 en Wall Street.