Bolsa, mercados y cotizaciones

De una crisis al estilo griego al Frexit: Francia amenaza con llevar el caos financiero a Europa

  • Los expertos tienen dudas pero abren la puerta a una crisis crediticia
  • El bloqueo en el parlamento llegaría en un momento crítico para las finanzas galas
  • El impacto afectaría a todo el continente y podría llevar a los países de la periferia a la recesión
Torre Eiffel con la bandera de la UE (Dreamstime)

Álvaro Moreno, Víctor Blanco Moro, Vicente Nieves

Unas elecciones legislativas de alto riesgo político han activado una bomba financiera que llevaba amenazando en las sombras a todo el continente. La situación de Francia amenaza con ser crítica porque la elevada deuda, un enorme déficit estructural, la solución a medio plazo pasaba por reformas agresivas para cuadrar los presupuestos. Sin embargo, el ascenso de Marine Le Pen o la coalición de izquierdas ha puesto de acuerdo a agencias de deuda y expertos de que ese camino quedaría, probablemente, bloqueado, abriendo de par en par la puerta a una crisis crediticia. El propio ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, hablaba abiertamente de una hecatombe financiera al estilo de la que tumbó el breve mandato de Lizz Truss en Reino Unido, haciendo que la libre se desmorone y desatando el caos en los mercados.

De momento, los temores ya se están plasmando en la prima de riesgo y la rentabilidad de los bonos franceses. El primer indicador (diferencia de la rentabilidad entre sus títulos de deuda y el bund alemán) ha pasado de cotizar por debajo de los 50 puntos a escalar a los 73 puntos actuales, aún por debajo de España e Italia pero ya siendo superado por Portugal (70 puntos). "Si el diferencial supera los 75 puntos nos situamos en los niveles de la crisis financiera, cuando nos preguntamos si la unión saltaría por los aires", comenta Alexis Bienveu de La Financière de l'Echiquier. El propio bono luso ya paga una retribución menor que el galo.

En cualquier caso, los expertos temen que estos movimientos no sean más que el primer paso de una escalada aún mayor que puede desatarse en función de lo que ocurra en las elecciones y, posteriormente, la travesía en el desierto en un ejecutivo en minoría hacia las presidenciales de 2027. París puede convertirse en el epicentro de una auténtica crisis, con este país, que representa el 17,2% del PIB de la eurozona, amenazando la estabilidad económica y financiera de toda la región. Aunque las implicaciones de la misma para el grupo y la posibilidad de un rescate puedan ser discutidas, la realidad es que abre las puertas a la próxima 'gran crisis' que puede marcar el devenir del continente.

¿Rescate? No, pero sí impactará en Bruselas y el BCE

Las dudas que han surgido sobre la sostenibilidad de su deuda han disparado el precio de los seguros de impago que cubren a los inversores en caso de que Francia impague. Los credit default swaps (CDS) del país han pasado de 23 puntos a 41 en pocos días. El coste de los CDS ha llegado a superar los máximos que se vieron en 2018, cuando tuvo lugar la revuelta de los chalecos amarillos, pero, a pesar del rápido incremento, todavía no descuentan una probabilidad alta de impago por parte del país: se mantiene en el entorno del 3%. En el peor momento de la crisis de deuda soberana, en 2012, estos seguros llegaron a descontar una probabilidad de impago era mayor que la actual. El nivel actual de los CDS no presupone así un riesgo real de impago, y se mantiene en niveles similares a los que tienen grandes empresas como Amazon, Allianz o el banco HSBC.

Francia tiene deberes por delante y tiene que reducir su endeudamiento, lo cual no quiere decir que ahora tenga un problema urgente o que corra peligro de ser rescatada. En su último informe, Citi ha analizado la posibilidad de que el Banco Central Europeo tenga que salir al rescate del país con el Instrumento de Protección de Transmisión (TPI). "Lanzamos una pregunta que consideramos parte del contexto institucional de estas elecciones, y es si el BCE podría, y lo haría, intervenir, en caso de que las elecciones causen más volatilidad en los mercados. En otras palabras: ¿Podría tener que utilizarse el TPI?", pregunta Citi. "La respuesta es que es posible, pero muy poco probable", indica el banco.

Las únicas dos situaciones en las que el banco central podría terminar interviniendo, a juicio de Citi, son "una en la que la volatilidad y la magnitud de los cambios de precio sean manifiestamente excesivas en relación con los fundamentales", y señalan un ejemplo concreto: "Podría ocurrir si los diferenciales de crédito se ampliasen mucho en una parte de Europa, y se estrechasen en la otra, generando una nueva fragmentación en la transmisión de la política monetaria", señalan. El otro sería "que haya una aceleración que se retroalimenta en los movimientos de los precios, donde un ajuste inicial, que está justificado por los fundamentales, termina contagiándose a un grupo de activos, y esto suponga una amenaza para la estabilidad financiera.", indican.

Se trata de dos escenarios poco probables, a juicio de los analistas, pero tampoco se debe descartar rotundamente que Francia pueda tener nuevos episodios de volatilidad en el futuro. Al fin y al cabo, el mercado se basa en la confianza, y en el pasado ha quedado demostrado que esta se puede perder muy rápidamente. La Comisión Europea parece tenerlo claro, y ha amonestado la semana pasada a Francia e Italia por incumplir los compromisos de déficit que se exigen a los miembros de la zona euro. "Los retos para la sostenibilidad fiscal son bajos ahora en todos los miembros de la Unión Europea a corto plazo, pero a medio y largo plazo son elevados en varios países debido a un aumento proyectado de las ratios de endeudamiento", ha señalado la Comisión. Por las ratios de deuda que mantienen, es evidente que el aviso se centra especialmente en Francia e Italia.

Y no sólo la Comisión está alerta y vigila ahora de cerca la situación fiscal de los miembros de la Unión: también lo hace el Banco Central Europeo, que se ha sumado esta semana a los avisos, con la publicación de un informe en el que reclama a los países miembros de la UE que recorten inmediatamente su endeudamiento, de cara a poder enfrentarse a los retos fiscales que amenazan al Viejo Continente, como son el envejecimiento de la población, el aumento necesario de la inversión en defensa y el cambio climático.

Gordon Shannon, gestor de carteras de TwentyFour Asset Management (boutique de Vontobel) también cree que "es probable que se evite una crisis de deuda en toda regla", pero afirman que hay enormes costes que la situación de bloque puede generar. En ese sentido, aunque la situación empeorase, no ven a un BCE entrando de lleno y, de hecho, ven grandes diferencias con las crisis financieras que se dieron en países como España o Grecia en 2009. "Se podrían establecer paralelismos con la forma en la que se apoyó a la periferia" pero hay varias diferencias como "problemas de mayor duración, la complicidad en el núcleo de Europa para ignorar su acumulación y el hecho de que no se puede culpar a las condiciones de crecimiento mundial".

"Banque de France sugiere que para los bancos europeos en general, una caída del 10% en los precios de las acciones de los bancos daría como resultado una contracción del crédito"

En cualquier caso, Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, explica que, aunque las probabilidades de un rescate o una cierta intervención puedan ser bajas, la realidad es que la situación de Francia sí puede afectar duramente tanto al BCE como a Bruselas. "Los tipos a la baja de la Fed ofrecen cierta protección, pero el impulso populista en Francia y Europa en su conjunto no puede dejar de tener un impacto en la política de Bruselas. Esto hace que el enfoque específico de la Comisión respecto de las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China sea aún más delicado".

Además, la caída de los bonos franceses tiene un impacto claro en la transmisión de la política financiera en el país y, al ser una de la segunda economía más importante de la región esto tendría un impacto en las políticas del BCE. "Un documento de trabajo de 2020 de Banque de France sugiere que para los bancos europeos en general, una caída del 10% en los precios de las acciones de los bancos (que están totalmente expuestos a los bonos franceses) daría como resultado una contracción del crédito a corporaciones y hogares equivalente al 0,3% de los activos de los bancos", comenta Moëc. "Esto equivaldría a más de 20.000 millones de euros si aplicamos el coeficiente a los cuatro mayores bancos franceses".

Emmanuel Macron, presidente de Francia y Christine Lagarde, presidenta del BCE (Bloomberg)

Benjamin Melman, CIO de Edmond de Rothschild AM señala en declaraciones a elEconomista que el diferencial actual Bund-bono francés es todavía muy limitado y haría falta un movimiento mucho más amplio para ver al BCE entrar en escena. Aunque coinciden en que solo el hecho de que Francia pueda desatar un procedimiento de déficit excesivo "supone un obstáculo innegable para el BCE". Además esto se mezclaría por "una retórica más conservadora también en Alemania", con la extrema derecha de AFD en ascenso y que "está considerando un referéndum sobre el DEXIT (salida del país de la UE)". El BCE tiene ahora margen de maniobra pero no debe sobrevalorar en un contexto político europeo cada vez más fragmentado y dividido".

El equipo de investigación macro y de mercados, Generali AM señala que esta situación hace que "sea muy probable que se ponga en marcha un procedimiento de déficit excesivo". Y esto tendrá implicaciones para toda la UE. "La deserción de un país clave como Francia complicaría considerablemente la aplicación de las nuevas normas fiscales. En otoño se debatirá y presentará a la CE el presupuesto para 2025". Además, la Comisión Europea tendrá pocas ganas de aprobar propuestas insuficientes, lo que dejará margen para nuevas tensiones entre la CE y un nuevo gobierno francés en otoño, especialmente en caso de cohabitación.

No hay que olvidar que el problema de la inestabilidad política en Francia va más allá de sus fronteras, y los analistas avisan de que se puede producir un contagio a toda la zona euro si finalmente la derecha populista termina ganando las próximas elecciones: "Es todavía más importante para Europa, que está en proceso de transformación, con el desarrollo de políticas industriales en un momento en el que sufre la presión creciente de otros poderes. Si el nuevo Gobierno francés fuese contrario a esta transformación, o dejara de contribuir a ella por un bloqueo institucional, las consecuencias irían mucho más allá de Francia", señala Citi. El problema sería mucho mayor si el nuevo gobierno fuese a plantear una salida de la unión, el temido Frexit, con el que la derecha populista ha especulado en el pasado.

De crisis en Francia a crisis en Europa

Uno de los indicadores que evidencia que algo se cuece en la economía y en las finanzas francesas es el tipo de interés que paga por su deuda. Francia es una economía históricamente respetada, con una demanda intensa de los bienes y servicios que produce (probablemente el mejor marketing del mundo) y con una influencia en Europa que a veces parece superar a la de Alemania. Pese a todo lo anterior, la deuda gala está pagando lo mismo por su deuda que Portugal. Este lunes, el bono portugués a 10 años paga un 3,169% de interés frente al 3,161% del francés.

"El mayor desafío que enfrenta la economía francesa es normalizar las cuentas fiscales. Al igual que sus otros socios europeos, Francia se ha visto afectada por la reimposición de reglas fiscales que fijan límites para los déficits y la deuda pública, 3% y 60% del PIB, respectivamente. Los resultados a finales de 2023 fueron bastante pobres, con un déficit fiscal del 5,5% del PIB, frente al 4,9% esperado por el gobierno. Esto significa que Francia tendrá que partir de una posición bastante débil, lo que requerirá un ajuste fiscal más fuerte de lo previsto inicialmente", apuntan desde CaixaBank Research.

En ese sentido, el programa electoral del frente de izquierdas sumaría, según la patronal empresarial Medef, cerca de 200.000 millones de euros de gasto público adicional cada año. La candidata socialista Valerie Rabault reconoció en una entrevista en Les Echos que su programa elevaría el gasto 106.000 millones de euros. El partido de Marine Le Pen, aunque ha prometido "un enfoque fiscal responsable" y no ha explicado un programa económico especificando las cifras de sus medidas. Sin embargo, los expertos de Asteres Research creen que elevarán el déficit en 3,9% porcentuales, basándose en sus propuestas concretas de mayor gasto y reducción de impuestos. Según la firma, se trataría del doble de impacto que el que generaba el polémico presupuesto de Lizz Truss que desató una crisis en los mercados.

Thomas Gillet y Brian Marly, analistas de países soberanos y sector público para Scope Ratings defienden que "el resultado de las elecciones anticipadas en Francia podría limitar aún más la capacidad del Gobierno para abordar sus retos más urgentes en materia de crédito, incluido el saneamiento de las finanzas públicas, si los partidos de la oposición refuerzan su control sobre la Asamblea Nacional".

La agencia de rating ve tres escenarios. El primero, una victoria sorpresa de Macron que impulse las reformas de ahorro, en el que se reducirían los déficits aunque haría falta un consenso que puede limitarlo. El segundo, un estatus quo que impida las reformas y en tercer lugar una "cohabitación" de Macron con una Agrupación Nacional triunfante. Este escenario "podría aumentar el riesgo de políticas poco favorables para empresas y una mayor relajación fiscal". En general, "el entorno político dinámico de Francia y la falta de claridad de la agenda política para hacer frente a sus principales retos crediticios apoyan nuestra Perspectiva Negativa", sentencian.

Además, la llegada de elecciones presidenciales en 2027 (las más importantes para la economía) impiden cualquier tipo de ajuste. Imaginen un Gobierno que quiere revalidar su mandato (en este caso el partido de Macron) realizando recortes e imponiendo la austeridad como política clave, esto sería entregar directamente las elecciones a la oposición. Todo ello fuerza a Francia a seguir gastando, a posponer recortes o incluso anunciar ciertas medidas 'populistas' como la subida del salario mínimo en un país que ya presenta uno de los SMI más altos del mundo y que tiene problemas en ciertos sectores de la población por su elevado desempleo.

"Si parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato, entonces debemos proceder bajo el supuesto de que realmente podría ser un pato. . Y este pato en podría ser una crisis del mercado de divisas y bonos"

"Entonces, después de una larga experiencia de estas y otras crisis, he llegado a una conclusión convincente: si parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato, entonces debemos proceder bajo el supuesto de que realmente podría ser un pato. . Y este pato en particular podría ser una crisis del mercado de divisas y bonos en Francia", avisa Charles Gave, economista de Gavekal Research.

Este experto explica que durante los próximos 12 meses, el Tesoro francés tiene que emitir alrededor de 400.000 millones de euros en deuda. En los últimos años, alrededor de la mitad de la emisión de deuda francesa ha sido absorbida por inversores extranjeros. "Pero ahora que la derecha populista euroescéptica está logrando sorprendentes avances políticos en Francia, es dudoso que los extranjeros sigan tan entusiasmados con la compra de deuda francesa", asegura el experto de Gavekal. La teoría económica dice que si los inversores extranjeros se retiran y toda la oferta debe ser absorbida en el mercado doméstico, los tipos de interés tendrán que subir para atraer al inversor nacional. Al final todo quedaría en Francia, pero los costes del Estado se dispararían.

Desde Zurich Insurance señalan que "incluso si la manifestación nacional de Marine Le Pen no logra una mayoría absoluta en la próxima votación "el mercado seguirá exigiendo un mayor rendimiento para comprar deuda francesa". Otros expertos, incluidos Société Générale SA, anticipan que la incertidumbre política que ha pesado sobre los bonos "persistirá hasta las elecciones presidenciales de 2027", como mínimo. Todos estos factores elevarán la presión sobre la ya maltrecha situación financiera francesa. El Ministerio de Finanzas de Francia estima que el mayor precio del endeudamiento (actual) le costaría al Estado 800 millones de euros adicionales al año.

Marine Le Pen durante la campaña a las elecciones europeas (Bloomberg)

A su vez, esta subida de los tipos de la nueva deuda "generaría un siniestro para los bancos franceses, no sólo porque poseen bonos gubernamentales equivalentes a alrededor de un tercio de su capital y reservas, sino también porque existe una posibilidad considerable de que se les "pida" que absorban gran parte de la emisión interna adicional", apunta el analista de Gavekal.

Hoy en día, Francia tiene un gran déficit en cuenta corriente, además de su déficit presupuestario primario, por lo que necesita el respaldo del BCE, el FMI y otras instituciones para mantener su estructura. Sin embargo, "si la agrupación nacionalista de Marine Le Pen sale victoriosa en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, el 7 de julio, la gente que dirigirá el nuevo gobierno de Francia no tendrá gran simpatía por la Unión Europea, el Banco Central Europeo o el FMI. Y, a su vez, las personas que están en la cima de la arquitectura institucional internacional no tendrán ninguna simpatía por los tipos que dirigen el nuevo gobierno de Francia. Las instituciones internacionales tendrán la tentación de intentar someter a Francia de la misma manera que impusieron su voluntad a Grecia a principios de la década de 2010. Esto sería un error. Era posible imaginar a Europa sin Grecia. No es posible imaginar a Europa sin Francia".

En resumen, el experto de Gavekal lo tiene muy claro: "Existe una posibilidad apreciable de que se produzca una crisis financiera y política si de repente el mercado percibe que el futuro de Francia está en juego", sentencia este experto.

Pero no solo eso, la 'caída' de la deuda francesa puede ser un golpe en la línea de flotación del euro: "En la actualidad, aproximadamente la mitad de la deuda del Estado francés está en manos de inversores extranjeros. Y poco más de la mitad de esa cantidad pertenece a inversores del sector privado (no bancarios); en otras palabras, a cuentas de gran movilidad", explica este experto. Las compras de bonos franceses por parte de inversores extranjeros han desempeñado un papel importante en los últimos años para respaldar el tipo de cambio del euro. ¿Qué quiere decir esto? Si estos inversores extranjeros se retiran "el euro puede empezar a tambalearse. Y si deciden liquidar algunas de sus tenencias de bonos franceses y convertir los ingresos en dólares estadounidenses, libras esterlinas o yenes, entonces el euro tendrá mucho espacio para depreciarse", advierte este experto.

Por si eso no fuera suficiente, el economista de Gavekal compara este movimiento con otras crisis financieras pasadas que fueron especialmente duras y que comparan a Europa con regiones que sufrieron crisis de deuda o de divisas devastadoras: "Esto es esencialmente lo que ocurrió en anteriores crisis de deuda y de divisas: en América Latina, en Asia y durante la crisis del euro. No veo ninguna razón por la que las cosas deban ser diferentes esta vez", sentencia este economista.

El peligro en el euro y sus consecuencias

María Marcos, FX MArket analyst de Monex, explica en declaraciones a elEconomista.es que la situación de Francia está arrastrando con claridad a la moneda continental. "En los mercados de divisas, los efectos indirectos de estos movimientos también están afectando al euro, que ha caído casi un 1% desde el 9 de junio, convirtiéndose en la segunda moneda del G-10 con peor comportamiento, después del yen japonés". En cualquier caso, señala que es difícil pensar en una potente caída del euro, más allá de la alarma actual. Sin embargo, el rumbo de Francia sí puede definir un escenario de caída constante de la divisa.

Marcos explica que "esta situación se prolongue en el tiempo (descenso del euro) dependerá de varios factores. En primer lugar, dependerá del resultado de las elecciones y de la agenda de prioridades del nuevo gobierno". En segundo lugar, dependerá "del impacto que cualquier ampliación persistente de los diferenciales de rendimiento frente a la deuda alemana tenga en el nivel de fragmentación de la zona del euro en su conjunto, y de cómo este riesgo se traslade a las valoraciones del euro/dólar". De acuerdo con las encuestas actuales," es probable que en Francia se produzca un aumento del déficit público, ya que tanto RN como la Coalición de Izquierda prometen un aumento del gasto público". Esto significa que "los diferenciales OAT-Bund seguirán siendo elevados, lo que pesará sobre el euro".

Además, esto también pondría a Francia en rumbo de colisión con la UE, "aunque dudamos que el 'Frexit' sea una consideración seria independientemente del ganador de las elecciones. Por lo tanto, incluso si la Agrupación Nacional se proclama vencedora, "es poco probable que veamos un estallido explosivo de los diferenciales de rendimiento que desencadene una fuerte caída del euro".

Respecto a las declaraciones de Bruno Le Maire, donde abría la puerta a un escenario parecido al de Liz Truss, donde la libra se desplomó, desde Monex ven una situación diferente, aunque hay grandes riesgos. "Dado el alto grado de concentración y polarización que se espera en la nueva Asamblea Nacional, creemos que la aprobación de los presupuestos será una lucha para el nuevo ejecutivo, donde un fracaso político será sin duda penalizado por los mercados".

"Aparte de Francia, serían probablemente las economías periféricas altamente endeudadas. Un fuerte aumento de los costes de endeudamiento podría llevar a muchos de ellos a la recesión"

De materializarse, este impacto volvería a ser más pronunciado en los mercados de renta fija, donde "probablemente se produzca una fuerte ampliación de los diferenciales OAT". Dicho esto, "hay que señalar también una diferencia clave. El euro debería estar relativamente más protegido que la libra esterlina frente a un movimiento adverso de los bonos nacionales, a menos que empiece a surgir un riesgo creíble de contagio".

En cualquier caso, esta situación de tensión con un potente aumento de los diferenciales tendría un impacto claro en todo el continente. "Aparte de Francia, las afectadas serían probablemente las economías periféricas altamente endeudadas. Un fuerte aumento de los costes de endeudamiento de estos países podría llevar a muchos de ellos a la recesión. Esta sería una prueba clave para el BCE y su Instrumento de Protección de la Transmisión Monetaria (TPI)". El impacto también podría ser pronunciado en las economías satélite de la eurozona, como Hungría, Polonia o la República Checa, que suelen ser muy sensibles a la evolución adversa de la propia eurozona.

Impacto en el mercado

En cualquier caso, los expertos ven, tanto ante el bloqueo político de grupos más extremos controlando el parlamento, como posteriormente un ejecutivo formado por estos mismos, una amenaza real para el mercado francés (y, por su gran aportación, al europeo). Desde La Financière de l'Echiquier ponen el ejemplo de Italia y el ascenso de La Liga y 5 Estrellas en 2018. "El programa económico índice en un gasto excesivo con recortes de impuestos". En ese sentido, señalan que "el resultado fue muy claro, desde el ascenso de la coalición se perdió un 10% respecto al Stoxx 600 europeo y la prima de riesgo se disparó 200 puntos básicos, llegando a máximos de 2013". Los expertos señalan que "mientras duró la coalición M5S-Liga, el diferencial entre Italia y Alemania se mantuvo en cotas altas, elevando así el coste de la deuda italiana, que ya era considerable. En cuanto la Liga abandonó la coalición, el diferencial se normalizó".

En ese sentido, remarcan que, al margen de ideas políticas, "la agitación del mercado proviene de la misma fuente: el riesgo de endeudamiento desmesurado". A la luz de este ejemplo, "se podría contemplar que las empresas cotizadas francesas, en especial aquellas cuyos ingresos son más sensibles a las iniciativas públicas, puedan seguir sufriendo castigo durante algún tiempo en el escenario de un parlamento dominado por partidos contestatarios". Sin embargo, "la situación podría normalizarse progresivamente, en la medida en que la actividad empresarial no se vea impactada de forma significativa".

Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, explican que las elecciones generales y este cambio de paradigma "afectan al mercado más allá de Francia". En ese sentido, cree que los diferenciales soberanos de la periferia se pueden ver dañados al ritmo de París debido a que el impacto de la crisis francesa puede limitar la capacidad de UE para proteger sus bonos.

¿Frexit?

Además, la crisis francesa abre la puerta a un golpe a la propia Unión Europea. A pesar de que los dos partidos que ganarían son euroescépticos, críticos con la UE, Marine LePen ya ha indicado que no discutiría, en principio, su pertenencia a la UE. Sin embargo, ya hay empresas financieras que advierten de la posibilidad de un golpe al proyecto europeo o incluso una Francia agitando la posibilidad de una salida ante los continuos choques que una crisis financiera lleva con Bruselas.

"En efecto, los programas de la extrema izquierda y la derecha populista divergen marcadamente de los principios del mercado y la responsabilidad fiscal, serían desviaciones radicales de la política económica actual y socavarían las relaciones de Francia con la UE", escribieron los estrategas globales de Macquarie en una nota de investigación del lunes.

El propio ministro de Finanzas francés, Bruno le Maire, comentaba tras las elecciones europeas abiertamente que el ascenso del bloque de izquierdas podría provocar la salida efectiva de Francia del grupo, tal y como ocurrió con Gran Bretaña. "Su programa es una completa locura", dijo Le Maire. "Garantizará una rebaja, un desempleo masivo y una salida de la Unión Europea".

Más presión para las finanzas

Según el documento que han compartido todos los partidos de la coalición, todos han convenido en rechazar las "restricciones de austeridad" del pacto fiscal de la UE. Es decir, se negarán de facto a cumplir los objetivos de déficit que plantea Bruselas. "Nos oponemos al presupuesto de austeridad propuesto por la UE", dijo el miércoles el jefe del Partido Comunista, Fabien Roussel, a la radio Franceinfo. "Estamos rechazando estas reglas".

La alianza de izquierdas de Francia tiene entre sus planes un incremento del gasto equivalente a 200.000 millones de euros para sus prioridades durante los próximos cinco años si gana las elecciones. Al mismo tiempo, busca revertir las reformas laborales y de pensiones del presidente Emmanuel Macron, lo que dispararía el gasto, por un lado, y encarecería los costes sobremanera para las empresas. Jean-Luc Melenchon, líder del partido Francia Insumisa, que forma parte de la coalición, cree que no deben existir preocupaciones sobre este gasto adicional. Además, este político espera que el Estado obtenga unos ingresos de 230.000 millones de euros durante el mismo período gracias a un "impulso de la actividad".

Jean-Luc Melenchon durante un Mitin para las elecciones legislativas (Bloomberg)

Esta coalición quiere revertir, por ejemplo, la reforma de las pensiones del gobierno, restablecer el derecho a jubilarse a los 60 años (más gasto público), aumentar el salario mínimo (más costes para las empresas) e imponer un impuesto adicional a los beneficios de ciertas empresas industriales (también reducirá la competitividad de un sector exterior que ya está tocado), entre otras medidas. Esta batería de propuestas podría agudizar el naciente déficit exterior de Francia, puesto que todas estas medidas conducen hacia un encarecimiento de los costes de producción y, por ende, suponen un lastre para la competitividad del tejido productivo francés.

Si al elevadísimo déficit público se le empieza a sumar un creciente déficit exterior, Francia tendrá que lidiar con los conocidos como déficits gemelos en un momento en el que el coste de la deuda es relativamente alto. Los gastos financieros de Francia aumentarían de forma notable, reduciendo la parte de la renta y gasto que se puede emplear para la economía crezca más y mejor. De este modo, parece casi imposible que el resultado de las elecciones francesas tenga un impacto positivo para los mercados y la economía.