Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor norteamericano empieza a migrar su dinero de liquidez a productos de riesgo

  • Fondos y ETF de bolsa y deuda suman 206.600 millones de dólares de entradas netas en 2024
  • Los fondos monetarios todavía poseen un volumen patrimonial importante, de 6 billones de dólares
Wall Street. iStock.

Ángel Alonso
Madrid,

Los inversores norteamericanos han empezado a trasvasar una parte de la enorme cantidad de dinero acumulado en productos ultraconservadores hacia otros de riesgo. Según las cifras de Investment Company Institute, la asociación que agrupa a la industria de inversión en Estados Unidos, los fondos y ETF de renta variable y deuda suman desde principios de año 206.581 millones de dólares, con datos a 22 de mayo, lo que marca un punto de inflexión respecto a los dos últimos años, cuando comenzó el proceso de normalización de tipos de interés por parte de la Reserva Federal y otros bancos centrales, lo que propició una entrada récord en fondos monetarios al calor de la recuperación de las rentabilidades en el activo libre de riesgo.

De hecho, este tipo de vehículos ha alcanzado la cifra récord de los seis billones de dólares este año, un fenómeno que se vio acentuado en 2023 cuando surgieron los problemas en Sillicon Valley Bank y se temió el contagio a otras entidades financieras regionales. Los norteamericanos empezaron entonces a traspasar sus ahorros en depósitos a los productos monetarios, que le podían ofrecer una rentabilidad similar pero sin temer el riesgo de quiebra de algún banco.

Esta incipiente migración de dinero hacia productos de inversión a largo plazo se está produciendo de forma paralela a la perspectiva de que la Fed no muestra síntomas de tener prisa por comenzar a bajar los tipos de interés dada la resiliencia que está mostrando la economía norteamericana.

Los expertos ya descuentan solo una bajada del precio del dinero para este año en EEUU, que sería en septiembre, según el consenso de analistas que recoge Bloomberg. Y los máximos históricos que han alcanzados los índices bursátiles norteamericanos, con el Dow Jones coqueteando con los 40.000 puntos, al tiempo que el rendimiento cercano al 5% con que se ha movido a lo largo de estos meses el bono norteamericano a diez años, parecen haber convencido a los inverores estadounidenses de que es necesario traspasar parte de sus ahorros hacia productos con mayor expectativa de rentabilidad a largo plazo.

Este proceso comenzó a vislumbrarse tímidamente a finales del año pasado, un ejercicio en que los fondos y ETF sufrieron salidas netas de dinero por valor de 67.416 millones de dólares, mucho menos de los reembolsos de algo más de medio billón de dólares que experimentaron en 2022. En noviembre y diciembre del año pasado, estos productos de inversión ya lograron entradas netas de 56.667 millones, que han continuado desde principios de 2024 de manera progresiva. Solamente abril volvió a ser un mes de salidas de dinero, de 14.200 millones de dólares, pero en mayo han vuelto a recuperar las suscripciones netas, por valor de 44.257 millones, con datos a 22 de mayo del Investment Company Institute, lo que parece indicar que los ahorradores norteamericanos están convenciéndose de que los mercados pueden proporcionarles más rentabilidad.

Este trasvase de flujos hacia productos de inversión, siguiendo la estela de la subida del 11% que está cosechando el S&P 500, se ha producido, no obstante, de manera conservadora, pegándose a los índices, como demuestran las fuertes captaciones que han logrado los mayores ETF de bolsa norteamericana. El Vanguard S&P 500 ETF, por ejemplo, acumula 37.000 millones de dólares desde enero, muy cerca del récord de 50.000 millones que tiene un fondo cotizado en todo un ejercicio; mientras que el iShares S&P 500 ETF amasa 16.000 millones en captaciones y el iShares US Aggregate Bond ETF suma 9..000 millones de dólares, con datos a 17 de mayo. Cifras que les colocan entre los diez fondos cotizados con mayores entradas netas de dinero hasta la fecha indicada.

Una mención aparte merece el tema de las criptodivisas, que desde que se aprobaron los primeros ETF sobre el Bitcoin en EEUU han despertado un furor entre los inversores por aprovechar la mayor facilidad, y el bajo coste, de invertir en este activo. Un solo fondo cotizado, el iShares Bitcoin Trust, ya se acerca a los 20.000 millones de dólares de captaciones.

Este sentimiento de no querer perderse totalmente la revalorización de los mercados bursátiles está en consonancia con la asignación de activos que están realizando los grandes gestores, según la encuesta mensual que realiza Bank of America. En su edición de mayo, la exposición a renta variable ya es la más alta desde enero de 2022, mientras que el peso de la liquidez en sus carteras se reduce hasta mínimos de junio de 2021.

Ahora, el 41% neto de los gestores (el porcentaje de los que dicen sobreponderar, menos el de aquellos que reconocen infraponderar) sobrepondera la renta variable, y ya son nueve meses consecutivos en el que la bolsa gana peso en las carteras de los gestores encuestados. A cambio, la liquidez se ha reducido desde el 6% al 4%, e nivel más bajo que se ha visto en casi tres años. De media, cada gestor cuenta ahora con un 4% de liquidez en su cartera. A finales de 2022 este porcentaje superaba el 6%, un reflejo de cómo los inversores han ido volviendo al mercado poco a poco con el paso de los meses.