Bolsa, mercados y cotizaciones

La renta fija recobra el mayor brillo en las carteras ante el recorte de tipos

  • Los expertos recomiendan ampliar la duración de manera progresiva
  • Algunas firmas recomiendan incluir high yield o deuda asiática más allá de China
La renta fija recobra el mayor brillo en las carteras ante el recorte de tipos. Archivos.

Ángel Alonso
Madrid,

El universo de la inversión ha recuperado el Norte. La normalización del precio del dinero por los bancos centrales ha devuelto su sentido genuino al activo libre de riesgo, la deuda soberana, que en la larga década de bajos tipos de interés, cercanos a cero, había perdido su utilidad como guía para navegar por un mercado en el que, sin el brillo de Polaris, la estrella polar más cercana al hemisferio septentrional, los inversores debieron afrontar fuertes oleajes en busca de rentabilidad, teniendo que recurrir a los bonos de high yield si querían obtener lo mismo que antes lograban con los de grado de inversión.

Pero con el repunte de rentabilidad de los bonos soberanos, que llegó a rozar el 5% en el caso del T-Note norteamericano, surgieron de nuevo oportunidades para los inversores más conservadores, que a falta de remuneración en los depósitos encontraron en los fondos monetarios y los de renta fija a vencimiento una forma cómoda de lograr rendimiento para su dinero, pese a que no compense en algunos casos la pérdida que implica la inflación.

Pero ya no hace falta cambiar de perfil de riesgo ni adentrarse en el océano de la renta variable para encontrar buenos datos de rentabilidad. Con una cesta de bonos corporativos se está ganando este año un 7,15%, 160 puntos básicos más de lo que se está obteniendo una cesta de bonos de deuda pública, según los índices de Bloomberg, y únicamente invirtiendo en deuda europea se está logrando un 7,74% en el año.

Y aunque la expectativa de que los bancos centrales van a comenzar a rebajar los tipos el próximo año para no dañar la economía relajó el rendimiento de la deuda soberana desde los máximos que alcanzaron en octubre, la expectativa para un inversor conservador no pierde brillo, ya que con una cesta de bonos corporativos se podría ganar todavía un 5% y con una cesta de bonos de gobiernos se llegaría al 4,63%.

Además, con la bajada de los rendimientos de los bonos también se gana por precio, ya que se mueve de manera inversa, como han podido comprobar numerosos inversores conservadores en sus fondos de renta fija este año, que desde noviembre han visto cómo conseguían más de la mitad de la revalorización de sus fondos de deuda en muchos casos.

El regreso del brillo de esta estrella polar para los activos de renta fija no implica que no haya riesgos en el horizonte, como una recesión o, lo que prevén más probable la mayoría de firmas de inversión, un aterrizaje suave de la economía norteamericana, dados los datos de resiliencia que sigue mostrando. De ahí que la actuación de los bancos centrales vuelva a ser la verdadera brújula con la que navegar por unos mercados en los que la inflación se mantendrá moderadamente elevada.

"La inflación podría mantener su tendencia a la baja, aunque podría continuar superando el objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal durante algún tiempo, lo que podría llevar a la entidad a mantener los tipos de interés en niveles elevados en 2024, escenario que no es el que descuentan las valoraciones actuales. La solidez del mercado laboral y la capacidad de resistencia que muestra el consumo podrían continuar respaldando el crecimiento de la economía estadounidense.

Un aterrizaje suave supondría una recesión muy leve, o podría incluso lograr que se evitara la recesión, y favorecería el retorno a un nivel de actividad económica propio de las etapas iniciales del ciclo", explica Jeremy Cunningham, director de inversiones de Capital Group, para quien, no obstante, el crecimiento económico se enfrenta también a ciertos riesgos, como el efecto retardado de las subidas de tipos.

Para Marco Giordano, director de inversiones de renta fija en Wellington Management, el aterrizaje suave requiere que continúen los datos económicos favorables, como el enfriamiento de la inflación, un aumento del desempleo que no sea más que leve y un crecimiento estancado, pero advierte de la posibilidad de que se produzcan errores de política a medida que los bancos centrales y los mercados navegan por "una traicionera disyuntiva entre crecimiento e inflación".

De hecho, de la última reunión de la Fed quedó claro que la mayoría de sus miembros esperan tres bajadas de tipos durante el próximo año, con un total de 75 puntos básicos, dos recortes menos de lo que estimaban algunas firmas de análisis. Pero el mero hecho de que interpreten una confirmación del inicio de este proceso de rebaja del precio del dinero les ha bastado para dar por cumplidas sus expectativas. Pero eso no significa que no existan riesgos. "La política fiscal estadounidense, incluida la emisión de bonos del Tesoro, sigue siendo el mayor riesgo al alza para los rendimientos de sus emisiones en el futuro", comenta David Kohl, economista jefe de Julius Baer.

En Europa, el hecho de que la economía dé señales de mayor debilidad, ha llevado a pensar que el Banco Central Europeo podría anticiparse a la Fed en el recorte de tipos, que muchos analistas sitúan incluso en el primer trimestre del próximo año.
"Una caída de la inflación más rápida de lo previsto probablemente llevaría al BCE a recortar los tipos más pronto que tarde. Esto favorecería a los bunds alemanes, pero debilitaría al euro. La política monetaria del BCE ha endurecido considerablemente las condiciones financieras en la zona euro, como demuestran la caída drástica de la demanda de préstamos de hogares y empresas, y las condiciones crediticias se han endurecido. Y esto se ha visto exacerbado por los efectos de contagio procedentes de Estados Unidos, donde el temor a una subida de los tipos de referencia y los altos volúmenes de emisión de deuda pública han provocado caídas fuertes y persistentes en los mercados de bonos del Tesoro estadounidenses", señalan en la gestora T. Rowe Price.

No todo es de color de rosa para las firmas de inversión. BlackRock, unos de los gigantes globales de la industria de gestión de activos, advertía en sus últimas perspectivas sobre la complacencia del mercado con las bajadas de tipos, ya que consideran que nos encontramos en un lo que denominan un cambio de régimen, caracterizado por un menor crecimiento y una inflación más alta de lo que muchos analistas estiman. Y algunas firmas, como M&G, alertan de que entre los potenciales riesgos de cara a 2024 figuran la posibilidad de que no se logre vencer a la inflación, una oleada de oferta de deuda soberana y dificultades para empresas y gobiernos debido a los mayores tipos de interés.

Con este panorama, las firmas recomiendan mantener la cautela con la duración de los activos de renta fija en cartera, e ir incrementándola a medida que se confirme el inicio del proceso de rebaja de tipos. "La renta fija de alta calidad es atractiva tanto desde el punto de vista de los ingresos como de la protección del capital, ya que ofrece una combinación de carry, un colchón sustancial frente a posibles subidas de tipos (aunque improbables) y un importante recorrido al alza en un entorno de aversión al riesgo. El carry en este tipo de estrategias no ha hecho sino aumentar su atractivo, proporcionando amortiguadores adicionales frente a la volatilidad de los tipos", apunta Giordano.

Richard Woolnough, gestor del M&G (Lux) Optimal Income, uno de los mayores fondos mixtos de corte defensivo, asegura que el fin del ciclo de subidas de tipos y las mayores TIR de la deuda esbozan un entorno favorable para los activos con duración. "Tras más de diez años manteniendo una postura corta en duración y larga en crédito, hemos cambiado de postura, poniendo de relieve nuestro enfoque activo y flexible de inversión en renta fija. Enfocamos 2024 con una estrategia de duración larga y por lo general neutra en deuda corporativa", subraya el veterano gestor.

Para Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, el mercado de deuda estadounidense es más atractivo dada la convicción de la firma de que la Reserva Federal ha llegado al final de su ciclo de subidas de tipos. "En Europa, tendremos que ser más pacientes antes de invertir en duración. Actualmente, los mercados no prevén más subidas por parte del BCE, pero no estamos del todo de acuerdo con esta opinión. Para 2024 vemos una gran oportunidad en la renta fija asiática más allá de China, que creemos que puede suponer un antídoto contra la desaceleración mundial prevista y la volatilidad de los mercados en general", explica.

En Abrdn aconsejan tomar cierta exposición a bonos de alta rentabilidad o high yield en los que, pese a que en el universo de bonos con grados de inversión se pueden encontrar oportunidades, el rendimiento total que ofrece hoy en día muestra signos alentadores de una posible protección frente a los riesgos a la baja, al tiempo que ofrece un potencial de rentabilidad. "Creemos que se producirá una cierta ampliación de los diferenciales a medida que los inversores exijan una mayor compensación por asumir el riesgo crediticio, pero se verá compensado por un descenso de los rendimientos subyacentes (el componente de deuda pública del rendimiento global)", apunta Álvaro Antón Luna, responsable de la firma en España.