Bolsa, mercados y cotizaciones
Las agencias de 'rating' ESG discrepan sobre cuáles son los mejores y peores bancos
- BBVA obtiene la nota más alta de S&P, pero es la última del sector para Sustainalytics
- Sabadell se coloca la primera a ojos de Sustainalytics, pero queda rezagada según S&P
María Domínguez
¿Es posible que una empresa sea la mejor de su sector en sostenibilidad y, al mismo tiempo, la peor? Sí, lo es. En banca española, ocurre con BBVA. Para S&P Global, esta entidad es la mejor entre sus comparables delIbex 35, al recibir 84 puntos sobre un máximo de 100 en cuestiones ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo, por su acrónimo anglosajón). Sin embargo, para Sustainalytics es la más rezagada: su nivel de riesgos ESG es de 23,2 puntos sobre 100, riesgo medio. Sin ser una mala nota (también existen el riesgo alto y el severo, mucho peores), sí es superior al de sus semejantes. En el baremo de puntuación de Sustainalytics, cuanto más baja es la nota, mejor (más reducidos son los riesgos de sostenibilidad que afronta la compañía). Visite el portal especializado elEconomista ESG.
Es algo que siempre se ha comentado, y criticado, de los ratings y puntuaciones de sostenibilidad: su dispersión. Una empresa puede obtener una nota muy buena a ojos de un proveedor, y una calificación mediocre por parte de otro. El de la banca no es un caso aislado. También ocurre en el ladrillo (Neinor obtiene una excelente nota de Sustainalytics, pero un simple aprobado en el examen de S&P, que le da 57 puntos sobre 100); otro ejemplo es Logista, riesgo bajo para Sustainalytics, pero aprobado raspado en S&P (con una nota de 53 sobre 100).
Por eso no sorprenden las dispares puntuaciones que reciben los bancos españoles. Hace unos días, Sabadell recibía una mejora por parte de Sustainalytics, desde 18,8 puntos hasta 15. Esto la sitúa como la entidad doméstica menos expuesta a riesgos ESG que pueden afectar a su negocio y que no están siendo abordados. En opinión de los expertos de S&P Global, sin embargo, Sabadell se coloca como la segunda peor, sólo por detrás de Unicaja (aún así, Sabadell saca un notable para S&P y pisa los talones a Bankinter y a Santander).
Al mismo tiempo, resulta llamativo que Unicaja, con un riesgo medio para Sustainalytics, se quede completamente descolgada de resto de bancos en la clasificación de S&P, que la suspende, con un 33 sobre 100. Este tipo de situaciones no se producen con los ratings de deuda, que cuentan con unas métricas mucho más definidas.
Distintas metodologías
No puede olvidarse que cada agencia tiene su propia metodología. Como hemos señalado, Sustainalytics se centra en los peligros que pueden perjudicar el negocio, mientras que S&P mide el posicionamiento de las empresas en las tres dimensiones ESG. Esta puntuación -a la que las empresas acceden tras responder a un minucioso cuestionario- es muy relevante de cara a la posible inclusión de esas cotizadas en alguno de los índices sostenibles de la familia S&P Dow Jones.
A esto se suma que los datos con los que trabajan las agencias son, en gran medida, estimaciones. Esto mejorará a medida que avance la implantación de la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad, más conocida por sus siglas en inglés como CSRD. En base a estos datos, cada agencia aplica su metodología particular, asignando a cada métrica una ponderación determinada para llegar a una puntuación final. Le puede interesar: Los retos del 'rating' ESG ahora que el Informe no Financiero "ya no es un publirreportaje".
La UE regulará estas agencias
Esta dispersión y la opacidad con la que tradicionalmente han operado estas agencias en lo que respecta a sus procesos para asignar ratings "preocupan muchísimo" a la UE, señala Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, plataforma que promueve la inversión sostenible en España. Por este motivo, el pasado 13 de junio la Comisión Europea lanzó una Propuesta de Reglamento Europeo de Ratings ESG. Para la Comisión es importante que las metodologías que utilizan estas agencias sean transparentes, dada la relevancia que tienen en la toma de decisiones de inversión por parte de las gestoras. Según explica Pablo Esteban, experto en finanzas sostenibles de Spainsif, "el regulador pretende mejorar la transparencia respecto a los procesos y a los criterios internos de evaluación que utilizan en las agencias para detectar posibles sesgos en el tratamiento de la información". Está por ver en qué medida tendrán que desvelar su fórmula de la Coca-Cola, el algoritmo con el que fabrican sus ratings. Otro de sus objetivos es lograr la independencia de estas agencias, evitar conflictos de interés con otros participantes de los mercados financieros y establecer mecanismos de autorización (y una serie de requisitos) para que estas agencias puedan desarrollar su actividad. Todo esto, añade Esteban, "para aumentar la confianza en los ratings ESG".