Bolsa, mercados y cotizaciones
El par euro/dólar ve limitadas las subidas a corto plazo
- Seguiremos viendo una volatilidad en divisas por encima de las medias históricas recientes
María Marcos
Tras un 2022 volátil, marcado por el aumento de las presiones inflacionistas y una retirada agresiva de la acomodación monetaria, es poco probable que el entorno macroeconómico se suavice en 2023.
En nuestra opinión, además de persistir los temas dominantes del año pasado, surgirán nuevos contratiempos en forma de riesgos para la estabilidad financiera, de reapertura económica de China en medio de unos tensos mercados de materias primas, de creciente fragmentación política o de una política fiscal con menor margen de maniobra para suavizar las fluctuaciones económicas.
Centrándonos en la cotización del Índice Dólar, parece poco probable que se den de nuevo las condiciones que respaldaron la meteórica subida del dólar en 2022. Pero tampoco esperamos una depreciación estructural del billete verde en los primeros meses de 2023, ya que los mercados siguen intercambiando impulsos variables de crecimiento e inflación que mantendrán limitado el sentimiento de riesgo. Vemos más probable una depreciación del dólar en el segundo trimestre del año, a medida que las condiciones de crecimiento mundial mejoren con la reapertura económica de China, haciéndose entonces visible en los datos de actividad mundial, y ante la posibilidad de recortes de tipos por parte de la Fed en el segundo semestre, que pesarán sobre los diferenciales de tipos positivos del dólar estadounidense.
La mejora de las perspectivas de crecimiento fuera de Estados Unidos, principalmente en la eurozona y China, conocida en las últimas semanas, junto con la reticencia de los mercados a creer las previsiones de la Fed de no recortar tipos este año, ha provocado un estrechamiento de los diferenciales de crecimiento y unas condiciones de riesgo más favorables, lo que se ha traducido en un repunte del euro/dólar en los primeros días del año. En la eurozona, con una menor demanda de gas en un invierno con temperaturas más moderadas de lo esperado, la mejora de las perspectivas de crecimiento se ha visto impulsada casi exclusivamente por la estabilización de los precios al contado de la energía, en niveles bajos frente a la segunda mitad de 2022. Los niveles de almacenamiento de gas en la eurozona se han estabilizado así en torno al 80% de su capacidad, un 13,5% por encima del nivel medio de esta época del año, reduciendo el déficit de suministro previsto para Europa.
Esto, no sólo limita las probabilidades de que se impongan medidas de racionamiento energético, también reduce el pico máximo que pueden alcanzar los precios europeos del gas en los meses centrales de 2023. Sin embargo, y pese a la mejora de las condiciones energéticas y al comportamiento del euro/dólar, los riesgos para el euro siguen inclinándose a la baja. En primer lugar, Europa aún depende en gran medida de las condiciones meteorológicas durante el resto de la temporada de calefacción de este año. Un informe meteorológico negativo que afecte notablemente a las reservas europeas de gas podría invertir el impacto positivo para la eurozona de un crecimiento sustancial en China. Además, los mercados podrían retomar la confianza en las previsiones de la Fed tras los últimos datos de inflación y el posible tamaño de las próximas subidas.
Finalmente, anticipamos que la libra terminará por verse afectada por los datos económicos desalentadores. Los titulares relativos a las sombrías perspectivas económicas del Reino Unido aún no han afectado gravemente a la libra tras su recuperación desde mínimos históricos después del colapso de los Gilt. Sin embargo, a medida que los nuevos datos revelen la verdadera profundidad de la recesión en el primer trimestre, a la vez que el Banco de Inglaterra sigue subiendo los tipos y añadiendo más presión a las condiciones de crecimiento, creemos que el sentimiento en torno a la libra comenzará a agrietarse. Como divisa de beta alta, esperamos que repunte frente a un dólar que se debilita ampliamente en el segundo semestre del año, a medida que mejoren las condiciones de riesgo mundiales y, gradualmente, la actividad económica del Reino Unido.
Los mercados se enfrentan, en general, a un entorno de inversión complejo en 2023 en el que todo apunta a que seguiremos viendo una volatilidad de las divisas que se mantendrá por encima de las medias históricas recientes, tendencias más cortas en los principales pares de divisas y la necesidad de que la inversión macro se agilice