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La credibilidad de la Fed y del BCE pende del próximo dato de inflación

  • El endurecimiento del tono del BCE sentó peor al mercado que el discurso

Sergio Fernández
madrid,

La Reserva Federal de Estados Unidos impuso un tono restrictivo tras la reunión de esta semana dando por sentado que los tipos de interés seguirán altos (y por más tiempo). Al cierre de 2022, los tipos de referencia en el país se sitúan en el 4,5% y el propio presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, deja la puerta abierta a que durante el año que viene se supere la barrera del 5%. De hecho, solo dos de los diecinueve miembros de la institución se mostraban a favor de situar los tipos por debajo de esa cifra al cierre de 2023.

La inflación en EEUU no está controlada, según la Fed, y eso a pesar de que los últimos datos de IPC no solo reflejaron una tendencia decreciente sino que se situaron incluso por debajo de las previsiones del mercado. Es ahí donde los inversores se preguntan si la Fed está elevando el tono ahora solo para enfriar al mercado y rebajar las expectativas. Una postura que podría rectificar a medida que avance 2023.

Según Bloomberg, los expertos siguen barajando que se producirá un recorte de tipos de interés en Estados Unidos en los últimos compases del próximo año. Un planteamiento que no daría credibilidad a la hoja de ruta marcada por la Fed tras la reunión de diciembre. El IPC de noviembre se situó en el 7,1% (las previsiones apuntaban a un 7,3%) y la evolución de los precios en diciembre podría reflejar otra caída (el consenso baraja una horquilla del 6 al 7,5%). Un dato -se adelantará el 12 de enero- que puede dar la puntilla al plan de la Reserva Federal antes de su próxima reunión a primeros de febrero.

Pero antes de adelantar tanto los acontecimientos el mercado también debe mirar cómo evoluciona el empleo y la economía de Estados Unidos a las políticas monetarias. "Si la tasa de desempleo se mantiene por debajo del 4,5% (actualmente es del 3,6%), no creemos que la Reserva Federal sienta mucha presión para relajar su política", según el gestor de carteras en TwentyFour Asset Management Eoin Walsh. Y como las próximas grandes referencias macroeconómicas en Estados Unidos no empezarán a llegar hasta finales de enero de 2023, el mercado tendrá que navegar a ciegas durante las próximas siete semanas.

Si el mercado dudó del rumbo de la Fed, en el caso del discurso del Banco Central Europeo no hubo titubeos, como reflejó el mercado de deuda soberana en el continente. De hecho, no se descarta ver al bono alemán a diez años con un rendimiento cercano al 2,7% en los próximos doce meses, según Bloomberg. La inflación en la eurozona también cayó con los últimos IPC de la economía comunitaria pero el miedo a un descontrol de los precios energéticos endureció la postura del BCE. A riesgo de extender o profundizar en una recesión, el Banco Central Europeo podría subir la tasa de interés de depósito hasta el 3,5% para el segundo semestre de 2023, según el analista de Citi, lo que supone un movimiento al alza de 150 puntos básicos desde el nivel actual.

El IPC de la eurozona sigue clavado sobre el 10%, según los datos hasta noviembre, aunque puede que para diciembre se dibuje una caída hasta el 9,6% si se atiende a las previsiones del mercado. Estos niveles siguen estando muy lejos del objetivo del 2% al que aspira el BCE. "Sólo en el segundo semestre de 2025 la inflación volverá a bajar al 2%", según las estimaciones de Generali Investments que no descartan dos subidas más de 50 puntos básicos consecuttivas hasta alcanzar el 3% en el tipo de interés terminal.

El efecto del endurecimiento de la política monetaria en la eurozona llevará a la economía a una recesión, con el retroceso del PIB en 2023 de un 0,1%, según el mercado. Esta previsión es mucho más pesimista que la que realizó esta semana el Banco Central Europeo. En el nuevo cuadro macroeconómico de Lagarde, el crecimiento del PIB del 2023 será del 0,5% (frente al 0,9% de la revisión anterior).