Bolsa, mercados y cotizaciones
Lo que hoy está barato, en días lo estará más
- Antes de la invasión el Eurostoxx era una excelente zona de compra
Joaquín Gómez
Madrid,
El escenario que nos encontramos entre una solución inmediata a la guerra en Ucrania y que se aprieten los botones nucleares tiene cientos de alternativas intermedias. El problema para los inversores es que se ha acabado el tiempo para decidir si esto es una guerra larga o hay una rápida solución.
Si el escenario era el optimista, valía la referencia del soporte técnico al que nos aferramos -3.600 puntos de EuroStoxx-, que antes de la invasión era una excelente zona de compra y ahora separa un precipicio de otro 15%.
Una guerra larga nos aboca a tomar esa decisión que separa quién es inversor de quién es gestor, que es el cirujano que corta por lo sano para comprar más abajo. El cirujano de mercado que interpreta que lo que hoy puede estar atractivo, en unos días lo va a estar mucho más. Esos inversores debaten hoy recortar entre un 25% y un 50% de exposición. Para una cartera de medio millón supondría evitar más de 45.000 euros de pérdida con un 70% de exposición. Es la decisión más difícil de tomar porque supone adelantarse al escalofriante debate del mercado.
Quienes tienen claro que vamos a una estanflación deberían estar ya fuera; quienes pensamos que el escenario de hiperinflación -vamos a ver puntualmente hasta doble dígito del 10%- se irá atemperando a finales de primavera y seguirá existiendo un crecimiento menos fuerte, pero con beneficio de las compañías, lo tenemos mucho más complicado porque pensamos que la corrección no acabará en un mercado bajista, de caídas superiores al 20%.
Pensando en el particular caso de la bolsa española nos encontramos que el retroceso que nos ha metido en un escenario de corrección, con recortes superiores al 10%, ha dejado la rentabilidad de las grandes retribuciones por dividendo por encima del 7%. En casos como el de Enagás, ACS, Mapfre y Endesa, por encima del 8%.
Las remuneraciones de las cotizadas españolas no están ni por asomo en cuestión como ocurrió hace justo ahora dos años cuando comenzó el Covid, cuando la principal preocupación que había en todos los departamentos financieros era cuantos meses se podía sobrevivir consumiendo caja y un desplome de los ingresos.
La guerra seguirá en Ucrania y las materias primas provocarán una alta inflación, pero las compañías seguirán existiendo y, seguramente, generado beneficios. Además de la retribución al accionista, la inversa del PER (veces que el beneficio está en el precio de las acciones) de la bolsa española dice que la expectativa de ganancias debe generar retornos anualizados para la próxima década en torno al 8%. Aunque también es cierto que, si entramos en un mercado bajista, esta expectativa podría superar el 10%.
En ambos casos son retornos a los que aferrarse cuando se siente ese frío en el cuerpo de sangre congelada al ver las cotizaciones y uno es inversor y no gestor.