Bolsa, mercados y cotizaciones
Con la liquidez del mercado se podría comprar el 5% de todo Wall Street
- Los expertos creen que ese dinero podría drenar hacia activos de riesgo
- Las recompras serán un catalizador, con una demanda de 470.000 millones
José Luis de Haro
En los últimos tres años, los inversores se han tomado al dedillo aquello del "efectivo es el rey" y han engordado sus posiciones en el mercado del dinero en alrededor de un billón de dólares. Tanto es así, que su apego por la liquidez ha tocado ya niveles no vistos en la última década. Según la compañía de servicios financieros Lipper estaríamos hablando de 3,4 billones de dólares mientras que Crane Data calcula ya hasta 3,87 billones de dólares tras el incremento del 2,2% registrado a lo largo del mes de octubre. En último año, hasta el pasado mes, los mercados de dinero han ofrecido un rendimiento anual medio de alrededor del 1,6%.
A medida que los nubarrones geopolíticos y comerciales acabaron por tronar a finales de 2018 sobre la bolsa americana y en los nueve primeros meses de este año han seguido empañando las perspectivas de muchas mesas de inversión, la salida de capital de los mercados de renta variable de Estados Unidos han alcanzado en los últimos doce meses alrededor de 173.000 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de EPFR y Goldman Sachs Global Investment Research. Por el contrario, hasta 259.000 millones de dólares han entrado en el mercado de bonos patrio y más de 592.000 millones de dólares han quedado aparcados en efectivo.
Sin embargo, ahora que la Reserva Federal ha revertido su normalización monetaria al rebajar en 75 puntos básicos el precio del dinero desde el pasado mes de julio y la incertidumbre comercial se disipa tímidamente, el apetito por el riesgo vuelve a reanimar el sentimiento del mercado. Al fin y al cabo, las señales que telegrafiaban una recesión en el horizonte han dejado de brillar mientras la economía patria continúa diferenciándose por su resistencia al hastío que caracteriza a otros países avanzados.
"Las probabilidades de un Brexit duro parecen haber disminuido significativamente, al igual que las perspectivas de una escalada arancelaria", señala Joseph Quinlan, jefe de estrategia de Merill, quien considera que el cambio de política de 180 grados de la Fed es un catalizador aún mayor para el próximo año.
En este sentido Quinlan explica como en lugar de drenar otro billón de dólares, los bancos centrales demuestran su compromiso por inyectar dicha cantidad al sistema financiero global durante el próximo año. "Dados estos cambios fundamentales, no debería sorprendernos que el mercado esté comenzando a revaluar los activos de más riesgo con la expectativa de que el crecimiento económico, los ingresos y beneficios empresariales probablemente se aceleren en 2020", añade.
En estos momentos, la capitalización de la renta variable estadounidense asciende aproximadamente hasta los 34,6 billones de dólares mientras la renta fija acumula alrededor de 27,4 billones de dólares. Si tomamos como referencia los niveles actuales en el mercado de dinero, existe un potencial para comprar más de un 5% del mercado estadounidense. La pregunta ahora es la apetencia entre las distintas clases de activos.
La capitalización de la renta variable estadounidense asciende aproximadamente hasta los 34,6 billones de dólares mientras la renta fija acumula alrededor de 27,4 billones de dólares
"Aunque las valoraciones de las acciones estadounidenses son elevadas, el hecho de que sean bajas cuando se comparan con los bonos corporativos de EEUU sugiere que ofrecerán rendimientos superiores en los próximos dos años", aclara John Higgins, economista de mercados de Capital Economics.
Las recompras de acciones, clave
Desde Goldman Sachs, su estratega jefe, David Kostin, y su equipo prevén que las asignaciones de capital en la bolsa americana permanecerán "relativamente estables". El banco estima que las recompras de acciones propias por parte de las compañías estadounidenses seguirán siendo el pilar de la renta variable, con una demanda por valor de 470.000 millones de dólares.
Por su parte, la debilidad del dólar y un crecimiento económico estable harán que los inversores extranjeros inyecten hasta 50.000 millones de dólares y los patrios alrededor de 30.000 millones de dólares a lo largo de 2020. La inversión en fondos cotizados en bolsa será de 150.000 millones de dólares, por debajo de la media de 220.000 millones de dólares registrada durante los últimos cinco años.
Aún así, Mike Schwager, estratega jefe de Guggenheim Funds, reconoce que la perspectiva actual de riesgo y recompensa no es particularmente atractiva. "El sólido desempeño hasta la fecha ha estado impulsado casi exclusivamente por la expansión en el múltiplo del PER que a su vez deja al mercado vulnerable a desarrollos negativos en el ámbito comercial y político".
A ojos de este experto, el crecimiento de los beneficios se convertirá en el motor clave del rendimiento de ahora en adelante. "Es probable que surjan mejores oportunidades de compra en el futuro, pero ahora no es el momento de perseguir alzas en la renta variable de EEUU", matiza.