Inversión sostenible y ESG

La demanda para el bono verde de España multiplica por 12 la oferta y el cupón se sitúa en el 1%

  • La emisión se realiza a un precio 6 puntos básicos por encima de la referencia a 20 años

María Domínguez, Jorge Valero

Este martes el Tesoro ha llevado a cabo, al fin, una colocación que el mercado llevaba largo tiempo esperando: la del primer bono verde soberano del Reino de España. Para una oferta de 5.000 millones de euros a 20 años, la demanda rebasó los 60.000 millones, 12 veces más. El cupón quedó fijado en el 1%, 6 puntos básicos por encima de su referencia, el bono español estándar a 2 décadas, que se situaba en el 0,94%. Consulte más noticias sobre bonos verdes en elEconomista Inversión sostenible y ESG.

España se suma así a países como Italia, Francia o Alemania, que ya habían emitido deuda sostenible. Fue a finales de julio, coincidiendo con el arranque del road show dirigido a institucionales, cuando Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, confirmó que sería en septiembre cuando el organismo realizaría esta primera emisión. También desveló que ya habían identificado más de 13.600 millones de euros en gasto verde elegible para financiar una "amplia" variedad de programas medioambientales. 

Anteriormente, en noviembre, el entonces secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio (a quien desde el mes pasado sustituye Carlos Cuerpo en la institución), había señalado que la idea era lanzar "un bono a 20 años, que tendría una primera emisión sindicada, con unos valores en torno a 5.000 o 10.000 millones de euros". Está por ver si el organismo aún realiza alguna reapertura de este bono de aquí a final de año.

En línea con lo esperado

Esos 60.000 millones de euros en peticiones no suponen un récord: la emisión sindicada de Italia, ligada a proyectos de energía renovable y de biodiversidad, en marzo de 2021, a 24 años y para obtener 8.500 millones de euros, elevó la suscripción a 80.000 millones. Pero la colocación sí constituye un éxito para este debut del Reino de España como emisor sostenible, según comenta Julián Romero, presidente de Ofiso, el Observatorio Español de la Financiación sostenible, que señala que la demanda ha ido "en línea" con la que han recibido colocaciones soberanas sostenibles previas, y que "demuestra el gran interés que existe por la deuda española y, en concreto, por esta primera emisión verde".

Por su parte, Chris Iggo, responsable de inversiones en AXA IM, coincide -según recogió Bloomberg- en que "existe una demanda muy potente para activos verdes soberanos". Iggo explica que en el mercado hay ya muchos bonos verdes corporativos, pero los inversores "necesitan diversificación", y que entre los compradores naturales de esta emisión del Reino de España se incluirían "fondos específicamente dedicados a bonos verdes, fondos más amplios de renta fija sostenible, fondos de pensiones y compañías de seguros".

Incluso sin haber llegado todavía esa mega colocación soberana, España se situó ya en 2020 como el quinto país de Europa en emisiones verdes, y como el octavo colocador mundial, de acuerdo con los datos de la Climate Bonds Initiative (CBI), la organización de referencia a nivel global. Este puesto podría sufrir modificaciones durante 2021, ya que esos 5.000 millones de euros emitidos ayer representan un 55% de todo el papel verde emitido en España en 2020 (que ascendió a 9.123 millones, de acuerdo con los datos que recaba Ofiso.

Bonos verdes de Bruselas

La Comisión Europea arrancará en octubre la emisión de bonos verdes para financiar al menos un tercio del fondo de recuperación de 800.000 millones de euros. La Comisión explicó ayer que los 250.000 millones que planea obtener de esta manera hasta 2026 situarán a la UE como el líder en el mercado de bonos verdes y servirán para doblar el volumen existente de este tipo de obligaciones en crecimiento constante.

Los proyectos de gas o energía nuclear no serán financiados por el esquema de bonos verdes diseñado para el fondo. Los Estados miembros han podido incluir algunos proyectos de gas en sus planes de recuperación, pero estos serán financiados por fondos conseguidos a través de bonos corrientes de Bruselas.

Esta exclusión del gas y la nuclear de la financiación verde del fondo de recuperación llega justo cuando la UE está considerando si estas actividades pueden ser consideradas como sostenibles, tal y como quieren socios como Francia para reducir la huella de carbono. En función del veredicto de la Comisión, podrían quedar igualmente excluidas del estándar de bonos verdes que está preparando la UE en paralelo al fondo de recuperación y para mantenerlo más allá de 2026.