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La Casa Blanca filtra las claves del siguiente paquete de estímulos: 1,5 billones más para gasto social

  • Los principales gastos estarían en ayudas a la maternidad y formación profesional
De izq. a der., de frente: el ministro de Transportes, Pete Buttigieg; el presidente, Joe Biden; y el senador demócrata Angus King.

Víctor Ventura

El enorme paquete de infraestructuras de unos dos billones de dólares presentado hace unas semanas por el presidente de EEUU, Joe Biden, era solo la primera parte. Tal y como habían ido avanzando, el Gobierno del país norteamericano iba a presentar en poco tiempo otro gran paquete de estímulo, esta vez destinado principalmente al gasto social. Y la Casa Blanca ha filtrado ya las líneas maestras del plan, que se centra en aumentar las ayudas a la maternidad, la educación y el cuidado infantil, con más de 1,5 billones de dólares sobre la mesa.

Según ha adelantado el Washington Post, los grandes paquetes de gasto rondarían los 200.000 y 300.000 millones cada uno. Con ese dinero, se financiarían las matrículas de todos los estudiantes en colegios universitarios -que ofrecen títulos de FP y grados de dos años-, se establecería una paga de maternidad -que no está regulada a nivel nacional en EEUU-, se financiarían las guarderías para todos los niños menores de 5 años, se darían ayudas para el cuidado infantil y se reforzaría el programa de ayudas económicas para la alimentación de las familias más pobres, que ofrece una paga mensual para gastar en supermercados.

A todo eso se añadiría un paquete de 500.000 millones de créditos fiscales para ampliar las deducciones a familias con hijos menores de 25 años. El paquete de estímulo aprobado el mes pasado ya incluía una expansión de este programa, que lleva en funcionamiento desde 1998 y que los demócratas han ampliado durante la pandemia para, según sus cálculos, reducir la pobreza infantil a la mitad. Gran parte de los congresistas del Gobierno quieren hacer esta expansión permanente, pero Biden ha ofrecido solo extenderla hasta 2025, ya que las normas del Senado harían imposible aprobar una prórroga indefinida sin el apoyo de 10 senadores republicanos.

La gran pregunta es cómo pretende financiar este nuevo paquete, aunque sea parcialmente. Biden había puesto sobre la mesa subidas de impuestos a las personas que cobraran más de 400.000 dólares anuales, un proyecto que no llegó a aparecer en el programa de infraestructuras, que centró todas las subidas sobre las empresas.

De entrada, nadie espera un solo voto a favor por parte de los republicanos, aunque algunos de sus senadores han ido proponiendo de forma individual medidas muy parecidas a las que recoge este proyecto. Biden espera poder negociar algo con algún miembro de la oposición, aunque mantiene sobre la mesa la opción de aprobarla con su ajustadísima mayoría absoluta en ambas cámaras, como ya hizo con su primer paquete de estímulo.

Si Biden logra sacar adelante este proyecto, habría gastado casi unos 6 billones de dólares en ayudas a las familias e inversiones en su primer año en el Gobierno, un récord absoluto y sin precedentes. El presidente quiere aprobar todo lo posible antes de enfrentarse a las urnas de nuevo en las legislativas de 2022, y la única duda es si podrá convencer a Joe Manchin, el senador más conservador de su partido.