Joaquín Prat asume este lunes (15.45) el que probablemente es el reto más importante de su trayectoria: levantar la tarde de Telecinco. "Me pone", nos cuenta el presentador, consciente de que situación por la que atraviesa la cadena es "jodida". El comunicador tiene experiencia en superar este tipo de adversidades, porque hace unos años ya enderezó la audiencia de Cuatro al día. Luego volvió a las mañanas de Telecinco (Vamos a ver) y ahora desembarca en la sobremesa con El tiempo justo, un título que homenajea al mítico concurso que presentó su padre. "Me lo propusieron y acepté, porque en Mediaset no imponen nada, salvo en la época de Vasile, que era 'Aquí se hace lo que yo diga". Joaquín Prat competirá contra su gran amiga Sonsoles Ónega -"Nos conocemos desde que éramos preadolescentes"- con un magacín que está producido por Ana Rosa Quintana, "mi mentora y mi amiga". "¿Cómo voy a tener mala relación con ella?", contesta cuando le preguntamos por los rumores sobre un supuesto distanciamiento de la comunicadora.
Nuevo cambio en tu carrera. ¿Cómo afrontas tu paso a las tardes?
Suma y sigue en mi vida profesional. En los últimos cuatro años, el tiempo que llevo volando libre desde que salí de El programa de Ana Rosa, he pasado de la mañana a la tarde, de la tarde a la mañana y, ahora, de nuevo a la tarde. Estoy acostumbrado. Es más, te tienes que acostumbrar. Espero asentar este programa y quedarme tranquilito unos años.
¿Te apetece estabilidad?
Sí, estabilidad, estar tranquilo y saber cuál es tu horario, a qué hora empiezas y cuándo terminas, y que el espectador te sepa reconocer.
Siempre has dicho que la cadena decide y vosotros acatáis. ¿Estás contento con el cambio a las tardes?
Mucho, muy contento, porque las herramientas que me dan son las que yo hubiese pedido. Tener a Óscar de la Fuente, que es mi director desde hace años, es muy importante, porque entendemos el trabajo de la misma manera.
¿Te propusieron hacer la tarde o te lo impusieron?
Me lo propusieron y dije que sí. En Telecinco nunca me han impuesto nada. Bueno, en la época de Vasile era distinto. Vasile era otra cosa, porque Vasile era: 'Aquí se hace lo que yo diga'. En este caso, me lo propusieron. En un primer momento, me quedé callado, porque no me apetecía hacer las tardes como se están haciendo ahora, pero empezaron a hablarme del planteamiento que tenían para El tiempo justo y no me lo pensé ni un segundo porque era, precisamente, el que yo tenía.
Entiendo que te refieres a que El tiempo justo va a tener un contenido nuevo (política, actualidad), más semejante al que hacías en Cuatro al día...
Exacto. Para mí, Cuatro al día fue un regalo maravilloso.
O sea que pusiste esa condición para hacer las tardes...
No, no hizo falta, porque ellos me plantearon directamente una idea que concordaba con la que yo tenía.
Telecinco vive una crisis de audiencia y, especialmente, en la tarde. ¿Cómo ves la situación?
Es un momento muy jodido y la franja de tarde, todavía más, pero eso me pone. Después de casi dos décadas siendo líderes, ha cambiado la situación y estamos en el furgón de cola. Pues vamos a revertir esa situación, ¿no? Me pone, me mola el desafío de levantar las tardes. La cadena está en un momento complicado y las tardes es más complicada porque el público tiene hábitos de consumo muy asentados. Pero, ¿qué hago? ¿No lo intento? Cuando llegué a Cuatro al día, el programa tenía un 2% y lo dejé en un 6%.
Ana Rosa ha dicho que la crisis de Telecinco no se debía a la cancelación de Sálvame, sino que había otros motivos. ¿Estás de acuerdo?
Hay otros factores. Unos cuantos. El cambio de tendencia no se produce de un día a otro porque quites un programa. Ellos pueden tener su opinión sobre las formas, pero el final de Sálvame fue un alivio para los que lo hacían y para el espectador.
¿Por qué?
Porque es un modelo que estaba empezando a resquebrajarse, junto con algún error de planteamiento de algunos temas.
¿Te refieres al documental de Rocío Carrasco?
Eso lo has dicho tú. Pero hubo otras cuestiones. Yo creo que todos han pasado página, incluso el propio Jorge Javier, que me mandó un mensaje cariñosísimo hace unos días diciéndome que estaba encantado de recoger mi testigo. Yo creo que todos los que hacían Sálvame han pasado página, y el que no lo haya hecho se lo tiene que hacer mirar.
Ha pasado página hasta Lydia Lozano, que vuelve a Mediaset... ¿La veremos también en El tiempo justo?
Hasta donde sé y he leído, va a De Viernes. Bienvenida, Lydia. Es una tía estupenda. Me la encontré hace tres meses, cuando ni ella sabía que iba a volver a Mediaset ni yo que iba a hacer las tardes.
Si no me equivoco, eres amigo de Sonsoles Ónega. ¿Cómo se ha tomado que vayas a competir contra ella?
¡Es mi amiga, nos conocemos desde que éramos preadolescentes! ¡Cómo me voy a enfrentar yo a Sonsoles! Es una de las mejores amigas de mi hermana, conozco a su familia y ella a la mía... Sus padres y mis padres eran amigos. ¿Que me quiere ganar? Claro. ¿Que yo la quiero ganar a ella? También.
¿Cómo es tu relación con Ana Rosa? Ella desmintió que vuestra amistad se hubiera enfriado...
Estoy muchos fines de semana en Baleares y no me da tiempo a ver a muchos amigos, pero la relación con Ana Rosa es excelente, es la madrina de mi hijo y es mi mentora y la que me lo ha enseñado todo. Es mi amiga. ¿Cómo voy a tener mala relación con ella?
Dijo que eras el mejor comunicador que hay.
Soy un mero soldado, un tipo al que le encanta su trabajo y una persona que se siente muy afortunado por hacer lo que me gusta. Intento ser honesto y estar cerca de la gente. En este trabajo, el protagonista tiene que ser el espectador, no el presentador. Tenemos una deuda de servicio público con el ciudadano, da igual si eres televisión pública o privada. Y, luego, tiene que haber una parte de entretenimiento.
En TVE vas a tener como rival a Cintora o, si hay cambio de planes, a Marta Flich y Gonzalo Miró.
Fíjate qué endogámico es este mundo. Cintora fue mi compañero en la SER y estuvo muchos años con Ana Rosa. A Marta la veía todos los días en Mediaset, la adoro, es un ser de luz, una buena persona. Pero, como con Sonsoles, lo que quiero es ganarles. Pero es TVE, ojo, no juega con las mismas cartas de la baraja, no tienen publicidad.
¿Qué te parece el fichaje de Gonzalo Miró por TVE?
No le conozco. Se ha convertido en un contertulio relevante en la esfera de la comunicación. Pues fantástico. José Pablo [López, presidente de RTVE] no tiene un pelo de tonto. Puedes acertar o no, como con La familia de la tele, pero de tonto no tiene un pelo. Si me preguntas por Gonzalo, ni idea, pero nunca olvidaré la llamada que su madre, doña Pilar Miró, hizo a mi padre, porque yo estaba en el salón ese día, para decirle que hiciera El precio justo, que fue un éxito.
Por cierto, ¿te propusieron el nombre de El tiempo justo o fue tu idea?
Yo ni pincho ni corto. Soy comunicador y lo que me pone es el pilotito rojo. En lo demás, tengo poco poder de decisión, pero porque tampoco lo quiero tener. El nombre me lo dijeron en la productora cuando salí de la reunión con la cadena y me encantó, porque tiene sonoridad -queremos dedicar el tiempo justo a cada asunto- y hay una parte de evocación emocional muy bonita.
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