La aparición de Melody en el programa DeViernes, de Telecinco, que se materializará en una o dos semanas, no es un movimiento improvisado. Detrás del fichaje de la polémica artista que representó a España en Eurovisión en Basilea hay una historia de tensiones, estrategias cuidadosamente calculadas y motivaciones que van más allá de la mera promoción artística. Según fuentes cercanas a las distintas cadenas y productoras con las que ha negociado, el dinero y la venganza han sido dos factores determinantes en la ruptura con Televisión Española y su posterior desembarco en la competencia.
La intrahistoria de este conflicto comienza tras el desenlace del Festival de Basilea, donde Melody se sintió agraviada por el trato recibido tanto por parte de RTVE como de algunos programas de la cadena pública, especialmente La Revuelta, con David Broncano al frente. La cantante, que había sido una de las grandes apuestas de Televisión Española tras su paso por el Benidorm Fest, decidió vetar toda relación con la Corporación Pública tras la rueda de prensa donde se despachó con su cadena delante del presidente y de la cúpula directiva en una exhibición mediática sin precedentes que, a al mismo tiempo, aumentaba su valoración como objeto de deseo para programas de la competencia de TVE.
Según nuestras fuentes, fue ella misma quien ordenó que en futuras negociaciones se excluyera explícitamente a RTVE y a cualquier programa afiliado, con especial mención a Broncano. Pero la decisión de no acudir el lunes posterior a la final de Eurovisión a La Revuelta había sido comunicada con antelación a TVE, y por tanto es falso que Broncano ignorara su ausencia; es falso que les dejara plantados, como ellos dijeron. De hecho, toda España sabía de su retiro, explicado públicamente, con el argumento de que necesitaba desestresarse y estar con su hijo y con el resto de su familia.
Pero la despechada reacción de Broncano y los suyos sentó muy mal a la sevillana. Decidieron hacer leña con el tema: reírse de ella, asegurar públicamente que les había dejado tirados, erigirse en víctimas y hacer caja con la polémica, es decir, lo contrario que argumentaron cuando montaron la pelea contra Motos: ya no era la voluntad libre de cada invitado el asunto a respetar; aquí argumentaban lo contrario: había un contrato. Justo lo mismo que dijo Pablo Motos cuando le señalaron poco menos que como chantajista por adelantarse con un campeón de Motociclismo.
Lo que tal vez no esperaban ni Broncano ni RTVE es que Melody montara una incendiaria rueda de prensa, en lugar de tragarse el sapo, callarse, sonreír y acudir más tarde a La Revuelta y otros programas con el rabo entre las piernas. Una incendiaria rueda de prensa delante de José Pablo López y sus directivos, incluida la responsable de Comunicación y el director de Contenidos de la cadena, para ponerles de vuelta y media, echarles en cara lo mal que ha sido tratada, que limitaran su creatividad y su puesta en escena, se burlaran de ella en programas de la Casa y despreciaran las necesidades personales y familiares de una madre sometida a un descomunal estrés con ganas de descansar y estar con hijo; es decir, que no se rieran de los problemas de ansiedad, de la conciliación y todas esas cosas que oímos de su boca.
Hemos podido comprobar que los responsables de La Revuelta fueron avisados con más de 24 horas de antelación sobre la cancelación de la visita. Y acusaron recibo. De hecho, toda España sabía ya desde el lunes e incluso desde el domingo por tarde, que Meody se retiraba tras la final para darse un tiempo con su familia. Pese al aviso, Broncano y compañía convirtieron su plantón en un espectáculo mediático que, según el entorno de la artista, buscaba dañar su imagen pública.
A este conflicto se sumaron los comentarios irónicos vertidos en plató y en redes sociales sobre su retirada temporal por motivos familiares. Melody había solicitado un periodo de descanso tras el festival para pasar tiempo con su hijo, algo que no fue respetado públicamente. Ese último desencuentro terminó por sellar su ruptura con RTVE.
Mientras tanto, las negociaciones con otros grupos audiovisuales ya estaban en marcha. Tanto Mediaset como Atresmedia comenzaron a moverse con rapidez. En el caso de Atresmedia, la productora de Pablo Motos mostró un interés especial por contar con ella en El Hormiguero y, en el futuro, en otros formatos de prime time. Tal vez El Desafío, donde en esta edición estuvieron Victoria Federica o Genoveva Casanova. Sin embargo, el punto clave en todas las conversaciones era la cláusula de no exclusividad, exigida por el equipo de Melody, comandado por su propio hermano, para que la artista pudiera seleccionar libremente en qué programas aparecer, siempre con la condición de excluir a RTVE.
El primer paso fue cerrar su asistencia a El Hormiguero. Aunque no habría un pago directo por su intervención en ese espacio, el verdadero valor para Melody estaba en la venganza simbólica: acudir al programa estrella de la competencia directa de Broncano, quien, según hemos visto, nunca se disculpó por sus burlas, e incluso ahondó en la herida. Hasta ex novias de Broncano le han afeado esa chulería. Esta aparición es un golpe mediático cuidadosamente planeado.

Pero el auténtico incentivo vino de la mano de Telecinco. La productora Mandarina y la cadena apostaron fuerte por llevar a Melody a su espacio estrella de los viernes, presentado por Beatriz Archidona y Santi Acosta. Las cifras iniciales rondaban los 100.000 euros, pero los representantes de Melody, con su hermano al frente, no aceptaban menos de 150.000. Finalmente, tras una dura negociación, el acuerdo se cerró en 120.000 euros, como avanzamos en exclusiva, pero dejando que fuera antes a ver a Pablo Motos.

La aparición de Melody este viernes en DeViernes no será un acto aislado. Fuentes del programa aseguran que podría haber más de una intervención: una entrevista grabada previamente y otra en directo en plató. El objetivo es maximizar el impacto mediático y ofrecer un relato amplio, probablemente inédito, sobre su experiencia en Eurovisión, su conflicto con RTVE y sus planes futuros. La pregunta que queda en el aire es: ¿Qué dirá Melody que no ha dicho hasta ahora? Con el foco puesto sobre ella y una audiencia expectante, su aparición promete ser uno de los momentos televisivos más comentados del año. En juego está no solo su versión de los hechos, sino también su reposicionamiento en la industria musical y televisiva española.