Televisión

Paz Padilla y Pablo Motos, en shock por la inesperada respuesta de un espectador muy cabreado: "Uy lo que ha dicho..."

Este miércoles ha ido a divertirse a El Hormiguero la actriz Paz Padilla. En plena promoción de su último libro y su obra de teatro, la gaditana ha hablado con Pablo Motos del duelo y de cómo aprender a vivir con la pena por la pérdida de un ser querido y es que ella ha afrontado en muy poco tiempo las muertes de tres personas esenciales en su vida: su madre, su marido y su hermano. A este último, además, le ha rendido un particular homenaje tomando el testigo de su famoso chiringuito en Cádiz, El Trompeta: "Nada más morir Luis, me vino mi cuñada llorando diciéndome que había alguien que quería coger el bar. No hacía ni unas horas que habíamos llegado del tanatorio y del entierro. La cogí y le dije 'No llores, nosotros vamos a coger El Trompeta'. Este año lo cogemos mi hija, mi cuñada y yo. Lo abrimos en abril".

Paz ha recordado a su hermano, fallecido hace cuatro meses, con mucho cariño: "Mi hermano un tío muy alegre y yo quiero ser así. Estoy triste porque ahora mismo estoy en un proceso de duelo pero con alegría y con ganas de vivir la vida. Era un tío muy cachondo y con ganas de vivir". En pleno duelo por su pérdida, decidió viajar a Paiporta para ser voluntaria con la ONG de José Andrés tras la DANA: "Lo mejor que puedes hacer para superar la pena es ayudar a quien está peor que tú. Era todo muy triste, la gente perdió a sus seres queridos sin poder despedirse. Me ha dado mucho miedo y me siento desprotegida, no estaba preparada para que algo así pasara en España", ha dicho emocionada. "Me he borrado de la política, falta mucha vocación, allí lo único que había era humanidad, gente venida de todas partes, voluntarios. Nada más".

También ha habido tiempo para las risas. Su hija, Ana Padilla, ha sacado unas cuantas al sentarse junto a su madre y desvelar algunas anécdotas familiares: "Se hacía la muerta cuando yo era pequeña, llegaba a casa, la llamaba, no contestaba y la encontraba como muerta. Unos sustos...". También la ponía en evidencia delante de sus amigos: "Se hacía la borracha, venía y nos pedía una copa", ha recordado entre risas.

Pero, sin duda, el momento más impactante de la noche llegaba casi al final del programa, cuando Pablo Motos ordenaba hacer la llamada a un teléfono anónimo para ofrecer los 12.000 euros de la tarjeta OpenBank. La invitada era la encargada del saludo: "Hola, soy Paz Padilla", comenzaba. "Sí, claro, y mi madre es puta", ha respondido al otro lado de la línea un señor muy enfadado. El presentador y la humorista no daban crédito: "¡Uy lo que ha dicho! Verás cuando te oiga mañana... Ha dicho una palabrota... Anda, anda...", reaccionaba Paz. "No era tan difícil, ni que fuera yo Shakira".

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